13 enero 2018

Guión Litúrgico 2: Domingo 14 enero

PREPARACIÓN: 
Antes de la salida del celebrante

Hermanos, hemos concluido el tiempo de Navidad: la celebración del Nacimiento y la Manifestación del Hijo de Dios. Hoy volvemos a empezar el ciclo de los domingos del tiempo durante el año. El domingo es el Día del Señor, en que los cristianos nos reunimos para expresar nuestra fe en la resurrección de Cristo y en su presencia permanente entre nosotros por medio de la Eucaristía.

AMBIENTACIÓN: 
Luego del saludo inicial y antes del acto penitencial

El Señor hoy nos manifiesta la elección que Él hace de sus discípulos: no busca a los sabios, los poderosos o los destacados; llama a hombres como los demás, insertos en sus propios ambientes y dedicados a su profesión. Y hoy el Señor pasa, pero no pasa de largo. También hoy nos sigue buscando uno a uno, porque no somos nosotros los que buscamos al Señor, sino que es Él el que nos busca a nosotros. Así nos invita a cada uno de nosotros a seguirle como cristianos.

1ª. LECTURA:  (1 Sam 3, 3b-10. 19)     (Ver texto)


Este texto del Antiguo Testamento nos recuerda la vocación de Samuel, un emotivo ejemplo del llamado divino para una función de servicio a todo el pueblo; es una llamada imperiosa pero que deja libertad de respuesta-

SALMO RESP.:      (39, 2. 4ab. 7-10)    (Ver texto)

                    R.   Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.

2ª. LECTURA:     (1 Co 6, l3c-15a. 17-20)     (Ver texto)

El apóstol Pablo nos exhorta a una línea de conducta que debe abarcar toda la realidad de nuestras vidas, y que es el producto de nuestra respuesta de entrega al Señor que nos ha llamado.

EVANGELIO:    (Jn 1, 35-42 )    (Ver texto)

En este pasaje del santo Evangelio, se nos muestra el llamado que hace Jesús a sus primeros discípulos, llamado que se hace actual hoy para todo el que quiera seguirlo de verdad.

ORACIÓN DE LOS FIELES:

CELEBRANTE:

Nuestro Padre siempre está dispuesto a escuchar las oraciones de sus hijos, por eso ahora, presentémosle con sencillez y humildad, nuestras peticiones.

GUÍA:  A cada una de las peticiones responderemos orando:

"SEÑOR, QUEREMOS RESPONDER A TU LLAMADO"

v Para que la Santa Iglesia, como los primeros apóstoles, sienta siempre la alegría y la ilusión de predicar la Buena Noticia a todos los hombres del mundo, te pedimos...

v Para que nuestra Iglesia diocesana, conducida por los pastores que Tú mismo has elegido para guiarla, tenga siempre una actitud de apertura y acogida a tu Palabra, te pedimos…

v Para que todos los pueblos del mundo comprendan y respeten la dignidad que tiene cada persona, y así se terminen definitivamente las guerras y todos los hombres puedan vivir en tu paz, te pedimos…

v Para que en cada hermano pobre, enfermo, sólo, abandonado, injustamente marginado, descubramos a tu mismo Hijo que hoy nos urge a que en él lo ayudemos, te pedimos…

v Para que cada miembro de nuestra comunidad descubriendo ese momento personal contigo, tu llamada a ser testigos de tu Palabra en este mundo pagano y secularizado en el que vivimosno nos cansemos de buscarte siempre y en toda circunstancia, te pedimos…

CELEBRANTE:

Dios rico en misericordia, junto a estas peticiones queremos pedirte que nos des fuerzas para que, escuchando tu llamada y siendo fieles a tu Palabra, cumplamos siempre tu voluntad y seamos en el mundo discípulos entusiastas de tu Hijo, que contigo vive y reina por los siglos de los siglos.

PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS:

El Señor nos llama en forma personal a seguirlo; ahora, junto al pan y el vino presentémosle el compromiso de ser siempre oyentes fieles de su Palabra y encarnar esta respuesta en nuestras vidas.

Al término del “Lavatorio de Manos” y cuando el celebrante vuelve al centro del altar y antes de la oración siguiente, se hace poner de pie a la asamblea

DIÁLOGO DEL PREFACIO:
Al iniciarse el Prefacio (antes de "El Señor esté con vosotros")

Cada vez que celebramos el memorial del sacrificio de Jesús, se lleva a cabo la obra de nuestra redención; por eso ahora, con inmensa alegría demos gracias a nuestro Padre del Cielo.

COMUNIÓN:

El llamado proviene de un encuentro personal con Jesús, y el momento privilegiado de ese encuentro se da en nuestra participación en la Eucaristía, en hacernos uno con Cristo y con los hermanos, sólo así podremos dar testimonio de que lo hemos encontrado.

COMUNIÓN ESPIRITUAL:
Al término de la distribución de la comunión.

Hermanos:
Todos aquellos que no han podido acercarse a recibir a Jesús Sacramentado, pueden hacer la Comunión Espiritual rezando la siguiente oración:

Creo Señor mío que estás realmente presente
en el Santísimo Sacramento del altar.
Te amo sobre todas las cosas y deseo
ardientemente recibirte dentro de mi alma;
pero, no pudiendo hacerlo  ahora sacramentalmente,
ven al menos espiritualmente a mi corazón.
Y como si te hubiese recibido, me abrazo
y me uno todo a Ti;
Oh Señor, no permitas que me separe de Ti.
Amén.

DESPEDIDA:


Cada Eucaristía, cada encuentro con Cristo, debe producir en nosotros una respuesta que comprometa profundamente nuestras vidas; la de hoy y de cada día, debe ser la misma de Samuel: "¡Habla, Señor, que tu siervo escucha!"

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