06 diciembre 2017

La Inmaculada: Moniciones


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MONICIÓN DE ENTRADA

Sed bienvenidos a esta eucaristía dedicada a la Inmaculada Concepción de María, la Madre de Jesús. Y hoy comprendemos que la fiesta de hoy no es una pausa en el Tiempo de Adviento es una consecuencia de dicho tiempo. Maria de Nazaret es fundamental en el plan divino de la Redención del género humano. Y cuando en el Adviento esperamos la llegada del Señor, sabemos que María, su Madre, estará siempre con él. Deciros también que en España –y, por tanto, en muchos países de la América Hispana— la creencia sobre la Inmaculada Concepción de María es muy anterior al decreto del Papa Pío IX que el 8 de diciembre de 1854 convirtió en dogma de fe el que Maria, por especial privilegio, fue preservada de toda mancha de pecado original. Es pues una fiesta muy nuestra. Y dentro de un día nos reuniremos aquí mismo para celebrar el II Domingo de Adviento.




MONICIONES SOBRE LAS LECTURAS

1.- La primera lectura de hoy procede del capítulo tercero del Libro del Génesis, en el que Dios Padre dice que establece hostilidades entre la serpiente y la mujer. María es, pues, la nueva Eva. La vencedora de la Serpiente. De ella, de su Hijo, vendrá la salvación.

S.- El salmo 97 era cantado en el Templo de Jerusalén en ocasiones muy solemnes. Se glorifica al Dios grande y poderoso que ha creado el mundo y lo mantiene. Para nosotros, hoy, es una oportunidad de dar gracias al Padre que nos envió a su Hijo por medio de Maria

2.- El párrafo que vamos a leer como segunda lectura de hoy es de la Carta del Apóstol San Pablo a los Efesios. Y son palabras bellísimas convertidas en un precioso himno litúrgico desde tiempos muy antiguos. Señala que todos fuimos elegidos por el Padre, en la persona de Cristo, antes de crear el mundo.

3.- La escena de la Anunciación de María, narrada por el evangelista San Lucas, es sin duda, una de las más bellas de todos los evangelios. Y eso es lo que vamos a escuchar ahora. El relato de Lucas nos acerca, y mucho, al Nacimiento de Belén. Por eso decíamos al principio que esta fiesta de la Inmaculada Concepción se enmarca perfectamente en el Tiempo de Adviento que estamos celebrando en estos días.

Lectura de Postcomunión

MONICIÓN

Fray Luis de Granada, de la Orden de Predicadores, y que vivió entre 1504 y 1588, compuso en latín esta preciosa oración a María que hemos destinado hoy a estos momentos finales de la Misa de la Inmaculada Concepción de María.

MEMORARE

No me desampare tu amparo, 

no me falte tu piedad, 

no me olvide tu memoria. 

Si tú, Señora, me dejas, ¿quién me sostendrá? 

Si tú me olvidas, ¿quién se acordará de mí? 

Si tú, que eres Estrella de la mar 

y guía de los errados, no me alumbras, ¿dónde iré a parar? 

No me dejes tentar del enemigo, 

y si me tentare, no me dejes caer, 

y si cayere, ayúdame a levantar.

¿Quién te llamó, Señora, que no le oyeses? 

¿Quién te pidió, que no le otorgases?

Exhortación de Despedida

Maria siempre será auxilio en nuestras necesidades. Qué esta celebración nos sirva para incrementar nuestro amor, nuestra confianza y nuestra devoción a María Virgen, la Madre de Jesús.

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