Fuente: Catequesis de Galicia
Una
voz grita en el desierto: Preparadle el camino al Señor Preparación del adviento con las velas y la
Biblia
PREPARAR LA
VENIDA DE JESÚS EXIGE DE NOSOTROS UNA TRANSFORMACIÓN RADICAL
(Segundo
domingo de adviento)
(De ser posible, se prepara un niño vestido de
ángel, que proclame muy bien la siguiente monición, y una persona que encienda
la segunda vela de la corona de adviento)
Monitor o Ángel del Adviento: os traigo una Buena
Noticia: a los que estáis cansados, en crisis, desilusionados o desesperanzados
os anuncio que Dios no nos ha abandonado ni olvidado. Aquí está vuestro Dios,
llega con fuerza. Preparad el camino al Señor, ¡convertíos! Dejad que el Señor
transforme vuestro corazón.
Saludo
Celebrante:
Hermanos,
comenzamos nuestra celebración en este segundo domingo de adviento, en el
Nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo. R/
Amén.
C.- Recibimos este II domingo de Adviento la PALABRA. El Señor te habla
hoy a través del profeta Isaías y de Juan el Bautista, y lo más importante es
que te habla al corazón. Dios se detiene
a tu lado para mirarte con amor y con
ternura; su deseo es consolarte y animarte a dejar atrás el tiempo de la ruptura
y el alejamiento, y a emprender el tiempo nuevo del
reencuentro, a la comunión y la Alianza. Encendemos la segunda vela de Adviento y con
ella todos los sentidos del corazón y dejamos que Dios encienda en él la llama
del amor, del perdón y de la misericordia.
Canto:
Marana tha, Preparad el camino al Señor... O alguno semejante
Marana
tha.-
1.- Haz que abandone la alforja
que hasta ahora he llevado,
haz que rechace el vestido
que traje hasta aquí,
haz que me quede desnudo
ante tu presencia,
haz que abandone mi vieja
razón de vivir.
MARANA THA,
VEN SEÑOR JESÚS.
MARANA THA,
VEN SEÑOR JESÚS.
2.- Dame valor en la lucha
que tengo conmigo,
y haz que comprenda que sólo
un rival tengo yo:
ese rival es el odio
que llevo en mi adentro,
cuando me venza a mí mismo,
seré ya de Dios.
Palabra de Dios del domingo primero de adviento
Del Profeta Isaías 40, 1-5. 9-11
Salmo responsorial Sal 84, 9ab 10.
11-12. 13-14
De la primera carta del Apóstol San Pedro 3, 8-14
Del santo
Evangelio según San Marcos 1, 1-8
Entrega del signo a la comunidad (antes o
después de la homilía, según sea el momento apropiado)
Motivación catequística:
Hermanos y
hermanas:
Hoy damos un
paso más con la celebración de este II Domingo de Adviento. En la Palabra se
nos ha dicho que no estamos solos, que el Señor viene a nosotros. ¿Qué es lo que nos impide recorrer el camino que Dios nos propone y nacer
a una vida más libre y más feliz? Preparar la venida del Mesías pasa por la
conversión, la transformación total del hombre.
Cambiar nuestra actitud equivocada por una nueva actitud de base, por
otra escala de valores; por una radical mudanza de pensamiento, por una postura
vital enteramente nueva, por un movimiento radical que lleve al hombre a
recolocar su vida y situar a Dios en el centro de su existencia y de sus
intereses.
Entrega e interrogatorio (con la
Palabra de Dios en las manos)
Hoy, con el
profeta Isaías y Juan el Bautista os pregunto a vosotros, a quienes el Señor
llama “Mi pueblo”:
¿Estáis
dispuestos a preparar el camino y, por tanto, a escuchar al Señor hoy, que os
habla al corazón? R/ Sí, estoy dispuesto
¿Queréis vivir
en vuestra vida una nueva experiencia del amor y de
la bondad de Dios y redescubrir los caminos de la comunión y de la Alianza?
R/ Sí, quiero
¿Queréis, como
Juan el Bautista, anunciar a los demás la Buena Noticia de que el Señor está
cerca e invitarles a preparar el camino a través de la conversión? R/Sí, quiero
Oración:
“Preparadle el camino al Señor, allanad sus senderos”. Señor, dame un corazón dócil, atento y lleno de amor por Ti, que
me permita salir de mis seguridades y mi egoísmo para ir a tu encuentro.
(Como signo familiar de que en casa, esperáis también
la nueva vida que da esta palabra, podéis durante este adviento, hacer un altar
para la biblia y con unas cuatro velas de adviento)
Opcional
ORACIÓN EN FAMILIA (dialogo que comenzó el I Domingo
de Adviento)
HIJO (A)- ¿Porque es tan importante la Biblia?
PADRE O MADRE- Porque en ella está la Palabra y promesa de Dios desde nuestros
antiguos padres, Abraham, Moisés, y muchos más profetas, hasta la venida en la
carne de Jesús el Mesías el Hijo de Dios…
HIJO (A)-¿Si es Palabra de
Dios, quien la escribió?
PADRE O MADRE- Los autores Sagrados, personas que Dios inspiro y les instruyo su
mente, para que escribieran lo que Dios quería decir a la humanidad entera.
HIJO (A)-¿Las cosas que
dice entonces son históricas?
PADRE O MADRE- No al pie de la letra, como la historia actual. Las historias de la
Biblia son narraciones de los hechos y acontecimientos como los vivió el pueblo
y muchas cosas fueron escritas de una forma propia de aquellos tiempos, y con
explicaciones e imágenes que Dios inspiró para que nosotros las entendamos.
HIJO (A)-¿Entonces cómo
debemos entender lo que la Biblia dice?
PADRE O MADRE- Primero: leerlo con la luz de la fe, por eso tenemos la vela, para
no inventar ni poner obstáculos y creer
el mensaje del amor de Dios que revelan sobre la salvación y la compañía de
Dios desde antiguo hasta hoy. Y su venida en la historia humana en Cristo
Jesús. Y en segundo lugar: estudiar la catequesis y prepararnos para comprender
la gran riqueza que Dios nos dice en su Palabra.
PADRE O MADRE- Vamos pidiendo a
Dios esa gracia
Diálogo II Domingo de Adviento
HIJO (A) – Dices que las
historias de la Biblia son narraciones de los hechos y acontecimientos como los
vivió el pueblo. ¿Cuál es el acontecimiento más importante que vivió el pueblo?
PADRE O MADRE- El acontecimiento más importante tiene nombre propio: es Jesucristo,
es el Dios con nosotros, el Enmanuel.
HIJO (A) – ¿Y antes de que
viniera Cristo?
Nos narra la
Biblia que antes de que viniera Cristo
el pueblo recorre una interesante historia llamada Historia de salvación, desde
Abraham hasta Juan el Bautista precursor de Jesús.
HIJO (A) – ¿Juan es el que
viste con piel de camello?
PADRE O MADRE- Sí. Y es la voz en el desierto que anuncia que Jesús está cerca y
que invita a prepararle el camino.
HIJO (A) – ¿Porque en la
Biblia hablan de desierto como algo importante?
PADRE O MADRE- Sí que es importante el desierto.
En el desierto Israel vive grandes experiencias que quedan profundamente
grabadas en su pueblo, a las que hace referencia continuamente hasta nuestros
días.
HIJO (A) – Pero el
desierto es árido, no tienes ni lo más necesario, es un lugar incómodo en el
que sufres sed y calor. No puedo imaginar ninguna experiencia positiva en el
desierto que el pueblo pueda recordar hasta nuestros días.
PADRE O MADRE- Te entiendo. Pero verlo con
los ojos de la fe es como tener unos lentes que te ayudan a descubrir en el
desierto un lugar de escucha, de
silencio, y de desprendimiento de las cosas que no son indispensables.
HIJO (A)- Vale, ya
entiendo, ¿Tal vez por eso Dios llevó por el desierto al pueblo de Israel y a
Juan?
PADRE O MADRE- En el desierto el hombre experimenta su fragilidad y sus propias
limitaciones; es el lugar de la prueba y de la purificación. ¡Fíjate! Desde
Abraham y Moisés a Juan Bautista, es paso obligado y preparación inmediata a la
entrada en la Tierra Prometida.
HIJO (A)-¿Y nosotros ahora
como hay que prepararnos?
PADRE O MADRE-Y ya sabes,
el camino es la conversión del corazón, y la liberación de todo lo superfluo
para acogerle a Él. Es ir al desierto, al encuentro entre Él y yo, entre Él y
tú. En la oración también se vive un desierto de encuentro personal y de
escucha a Dios. El pueblo de Israel vive muchas situaciones antes de encontrarse
con Jesús.
HIJO (A) – ¡Ahora sí que el desierto tiene sentido para mí que antes no lo
entendía!…
TODOS: ¡Ven Espíritu Santo a esta familia!
Señor Jesús abre nuestros ojos y nuestros oídos a tu
palabra.
que leamos y escuchemos tu voz y meditemos tus
enseñanzas,
despierta nuestra alma y nuestra inteligencia
para que tu palabra penetre en nuestro corazón
y pueda podamos cada uno saborearla y comprenderla.
Danos una gran fe en ti
para que tus palabras sean para nosotros otras tantas
luces que nos guíen
hacia ti por el camino de la justicia y de la verdad.
y no escucharé a nadie sino a ti. Amén. TODOS: ILUMINA
SEÑOR NUESTRA FAMILIA CON LA LUZ DE TU PALABRA (3 VECES)
El evangelio de la misa por si se
quiere recordar, porque lo ideal es que se haga la oración una vez llegando de
la celebración eucarística.
Lectura del santo evangelio según san Marcos 1, 1-8
Comienza
el Evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios.
Está escrito en el profeta Isaías:
«Yo envío mi mensajero delante de ti
para que te prepare el camino.
Una voz grita en el desierto:
"Preparad el camino del Señor,
allanad sus senderos."»
Juan bautizaba en el desierto; predicaba que se convirtieran y se bautizaran,
para que se les perdonasen los pecados. Acudía la gente de Judea y de
Jerusalén, confesaban sus pecados, y él los bautizaba en el Jordán.
Juan iba vestido de piel de camello, con una correa de cuero a la cintura, y se
alimentaba de saltamontes y miel silvestre. Y proclamaba:
–«Detrás de mí viene el que puede más que yo, y yo no merezco agacharme para
desatarle las sandalias.
Yo os he bautizado con agua, pero él os bautizará con Espíritu Santo.»
Palabra del Señor
Unos momentos de silencio y
compartir
¿Qué me quedó del Evangelio de hoy?
¿Qué me gustaría seguir recordando?
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