Oración
Señor Jesús:
Tú dijiste: “mi madre y mis hermanos son los que escuchan la Palabra de Dios y la ponen en práctica”.
Abre nuestro corazón y nuestro ser entero a tu Palabra, para que seamos hermanos tuyos, tu familia.
Danos el corazón abierto, confiado y obediente de María tu madre.
Y que escuchando tu Palabra, podamos decir, como ella: “haz tu voluntad en mí, en nosotros”. AMEN.
Ecos a la Oración
– Id a toda la creación y anunciad que el Reino ya está aquí
– Cada árbol se conoce por su fruto: el que es bueno, de la bondad que atesora en su corazón, saca el bien (Lc 6)
– ¿Qué más cabía hacer en mi viña que yo no haya hecho?
– Soy labrador y enviado, fariseo y enamorado de Ti, Tú conoces mis sendas pero siempre me llevas tatuad@ en la palma de Tu mano
– Cada árbol se conoce por su fruto: el que es bueno, de la bondad que atesora en su corazón, saca el bien (Lc 6)
– ¿Qué más cabía hacer en mi viña que yo no haya hecho?
– Soy labrador y enviado, fariseo y enamorado de Ti, Tú conoces mis sendas pero siempre me llevas tatuad@ en la palma de Tu mano
Mt 21, 33-43
«33“Escuchad otra parábola. Era un propietario que plantó una viña, la rodeó de una cerca, cavó en ella un lagar y edificó una torre; la arrendó a unos labradores y se ausentó.
34Cuando llegó el tiempo de los frutos, envió sus siervos a los labradores para recibir sus frutos. 35Y los labradores, agarrando a los siervos, a uno le golpearon, a otro le mataron, a otro le apedrearon.
36De nuevo envió otros siervos en mayor número que los primeros; pero les hicieron lo mismo.
37Finalmente les envió a su hijo, diciendo: ‘A mi hijo respetarán’. 38Pero los labradores, al ver al hijo, se dijeron entre sí: ‘Éste es el heredero. Vamos, matémosle y quedémonos con su herencia’. 39Y, agarrándole, le echaron fuera de la viña y le mataron.
40Cuando venga, pues, el señor de la viña, ¿qué hará con aquellos labradores?”.
41Le dicen: “A esos miserables les dará una muerte miserable y arrendará la viña a otros labradores, que le paguen los frutos a su tiempo”.
42Les dice Jesús: “¿No habéis leído nunca en las Escrituras: La piedra que desecharon los constructores, en piedra angular se ha convertido; fue el Señor quien hizo esto y es maravilloso a nuestros ojos? 43Por eso os digo: Se os quitará el Reino de Dios y será dado a un pueblo que haga sus frutos».
¡PALABRA DEL SEÑOR!
CONTEXTO
Estamos en la parábola central de un grupo de 3: la de los dos hijos (21,28-32), que leímos el domingo pasado, y la del banquete de bodas (22,1-14). Las tres parábolas contienen una respuesta negativa: la del hijo al padre, la de los labradores al dueño de la viña, la de algunos invitados al rey que celebra las bodas de su hijo. Las tres parábolas tratan de mostrar un único punto: los que no acogieron la predicación y el bautismo de Juan, ahora rechazan a Jesús. Son los sumos sacerdotes, los ancianos del pueblo y los fariseos. Ellos ponen en cuestión la autoridad de Jesús y a ellos Jesús dirige estas tres duras parábolas. Tras ellas, continuará el desencuentro de Jesús con los fariseos a cuenta del tributo al César (22,15-22) y con los saduceos a cuenta de la resurrección de los muertos (22,23-33). La Pasión de Jesús se está fraguando.
TEXTO