San Mateo hace un retrato certero de Dios en esta parábola donde compara el reino de Dios con un propietario que salió a contratar jornaleros para su viña. El evangelista dice algo tan sencillo como que Dios es bueno. Deja ver que Dios tan bueno que incluso puede escandalizar.
Si recordáis la parábola los jornaleros veían injusta la actitud del propietario de la viña. Entendemos bien su enfado. Aquellos jornaleros preguntaban cómo podía ser tratados de igual manera quienes han pasado todo el día trabajando y quienes solo han trabajado una hora. “Esta manera de hacer es injusta”. Comprendemos esta queja. Es posible que también nosotros digamos que Dios está siendo bueno con los que han llegado los últimos, pero nos preguntemos si está siendo igual de bueno con los que han llegado los primeros.
Para poder interpretar esta situación nos ayuda una expresión de la primera lectura. El texto sagrado pone en boca de Dios esta expresión: “Mis planes no son vuestros planes, vuestros caminos no son mis caminos… mis caminos son más altos que los vuestros”. Podemos concluir que nosotros usamos unos criterios y una lógica, la humana, la que tenemos; pero, que Dios utiliza otros criterios y otra lógica, la de Dios. Sus caminos son más altos. Él mira de otra manera. Dios es bueno y se preocupa especialmente de los pequeños, de los que menos tienen, de los que sufren, de los últimos. Esta grandeza de Dios es siempre una alegría y trae esperanza a este mundo.
¿Esta manera de ser de Dios nos está pidiendo algo? En primer lugar creo que nos está pidiendo ser consciente de que nosotros no conquistamos a Dios con nuestras buenas obras sino que Él nos ha conquistado con su amor. En segundo lugar está claro que las lecturas de este domingo invitan a buscar a Dios, volver a Él, estar dispuestos a la conversión, porque “el Señor es justo en todos sus caminos, es bondadoso en todas sus acciones”. Y, por último, creo que hoy la Escritura nos invita a algo tan sencillo como a ser buenas personas. Ojalá que se pueda decir de los cristianos que somos buena gente, buenas personas, buenos. ¡Qué bueno es Dios que tiene tan buenos siervos!
Koldo Gutiérrez, sdb
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