04 agosto 2017

Domingo 6 de agosto



(Fuente: Padrenuestro.net)
La situación que se vive hoy en nuestras comunidades cristianas no es nada fácil. En nuestro corazón de seguidores de Jesús surgen no pocas preguntas: ¿dónde reafirmar nuestra fe en estos tiempos de crisis religiosa? ¿qué es lo importante en estos momentos? ¿qué hemos de hacer en las comunidades de Jesús? ¿hacia dónde hemos de orientar nuestros esfuerzos?
Jesús, antes de ascender al cielo convocó por última vez a sus discípulos para confiarles su misión, la misión de «hacer discípulos» suyos en todos los pueblos. No les manda propiamente a exponer doctrina, sino a trabajar para que el mundo haya hombres y mujeres que vivan como discípulos y discípulas de Jesús. Seguidores que aprendan a vivir como él.
Que lo acojan como Maestro y no dejen nunca de aprender a ser libres, justos, solidarios, constructores de un mundo más humano. Seremos muchos o pocos. Entre nosotros habrá creyentes convencidos y creyentes vacilantes. Cada vez será más difícil atender a todo como quisiéramos.
Lo importante será que entre nosotros se pueda aprender a vivir con el estilo de Jesús. Él es nuestro único Maestro. Los demás somos todos hermanos que nos ayudamos y animamos mutuamente a ser sus discípulos.

LECTURAS PARA LA EUCARISTÍA DE ESTE DOMINGO

1ª LECTURA
Lectura de la profecía de Daniel 7, 9-10. 13-14
Durante la visión, vi que colocaban unos tronos, y un anciano se sentó; su vestido era blanco como nieve, su cabellera como lana limpísima; su trono, llamas de fuego; sus ruedas, llamaradas. Un río impetuoso de fuego brotaba delante de él.
Miles y miles le servían, millones estaban a sus órdenes. Comenzó la sesión y se abrieron los libros. Mientras miraba, en la visión nocturna vi venir en las nubes del cielo como un hijo de hombre, que se acercó al anciano y se presentó ante él.
Le dieron poder real y dominio; todos los pueblos, naciones y lenguas lo respetarán. Su dominio es eterno y no pasa, su reino no tendrá fin. Palabra de Dios.

COMENTARIO A LA 1ª LECTURA

La visión que nos cuenta Daniel en esta lectura es una profecía misteriosa. En ella podemos prefigurar un anuncio de la presencia gloriosa de Dios en el mundo por medio de Jesús, el Hijo del hombre.

Salmo Responsorial Sal 96, 1-2. 5-6.9

R,- El Señor reina, altísimo sobre toda la tierra.
El Señor reina, la tierra goza, se alegran las islas innumerables. Tiniebla y nube lo rodean, justicia y derecho sostienen su trono. R.
Los montes se derriten como cera ante el dueño de toda la tierra; los cielos pregonan su justicia, y todos los pueblos contemplan su gloria. R.
Porque tú eres, Señor, altísimo sobre toda la tierra, encumbrado sobre todos los dioses. R.

2ª LECTURA

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pedro. 1, 16-19
Queridos hermanos: Cuando os dimos a conocer el poder y la última venida de nuestro Señor Jesucristo, no nos fundábamos en fábulas fantásticas, sino que habíamos sido testigos oculares de su grandeza.
Él recibió de Dios Padre honra y gloria, cuando la Sublime Gloria le trajo aquella voz: «Éste es mi Hijo amado, mi predilecto.»
Esta voz, traída del cielo, la oímos nosotros, estando con él en la montaña sagrada. Esto nos confirma la palabra de los profetas, y hacéis muy bien en prestarle atención, como a una lámpara que brilla en un lugar oscuro, hasta que despunte el día, y el lucero nazca en vuestros corazones.
Palabra de Dios

COMENTARIO A LA 2ª LECTURA

Los apóstoles que estuvieron con Jesús y lo acompañaron en su camino por tierras de Palestina nos han transmitido lo que Jesús hizo y vivió.
Según el testimonio de Pedro este anuncio no lo hicieron fundados en fábulas hechas con astucia, sino por haberlo visto con sus propios ojos en toda su grandeza.

EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según san Marcos 9, 2-10

En aquel tiempo, Jesús se llevó a Pedro, a Santiago y a Juan, subió con ellos solos a una montaña alta, y se transfiguro delante de ellos.
Sus vestidos se volvieron de un blanco deslumbrador, como no puede dejarlos ningún batanero del mundo. Se les aparecieron Elías y Moisés, conversando con Jesús, Entonces Pedro tomó la palabra y le dijo a Jesús: -«Maestro, ¡qué bien se está aquí!
Vamos a hacer tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías. » Estaban asustados, y no sabía lo que decía.
Se formó una nube que los cubrió, y salió una voz de la nube: -«Éste es mi Hijo amado; escuchadlo.» De pronto, al mirar alrededor, no vieron a nadie más que a Jesús, solo con ellos.
Cuando bajaban de la montaña, Jesús les mandó: -«No contéis a nadie lo que habéis visto, hasta que el Hijo del hombre resucite de entre los muertos.»
Esto se les quedó grabado, y discutían qué querría decir aquello de «resucitar de entre los muertos».
Palabra de Dios

REFLEXIÓN SOBRE EL EVANGELIO

En el texto del Evangelio que nos narra la Transfiguración del Señor, se nos descubre la clave de la fe. La voz del Padre nos invita a escuchar a Jesús, su Hijo amado, porque es la verdad, el camino y la vida, porque
Él es la palabra definitiva del Padre, anunciada por la ley y los profetas; porque sólo Él tiene palabras de vida eterna.

PARA NUESTRA REFLEXIÓN PERSONAL

LA GRATUIDAD Y EL DESCANSO

Todos los días tenemos al alcance de la mano un gran número de experiencias estupendas que no nos han costado ningún esfuerzo: nadie se merece una puesta de sol maravillosa en verano; gozar de buena salud, de las personas que nos quieren por lo que somos y no por lo que tenemos, disfrutar de un sueño reparador…
Hemos perdido la capacidad de admirarnos con las maravillas cotidianas y de valorar en su justa medida a las buenas personas que jalonan nuestra vida. No hay como caer enfermo o sufrir el azote del paro o la soledad para ordenar el chip de las prioridades…
Ansiamos muchas cosas pero, curiosamente, las esenciales no se logran con dinero. Con dinero no se puede comprar el tiempo, ni el sueño, ni la salud, ni el respeto y la aceptación, ni la vida.
Lo fiamos casi todo a la seguridad del dinero y del poder, incluso cuando se trata de realidades tan poco ligadas al vil metal, como la paz, la alegría, el amor.
En pleno verano ya, deberíamos ser capaces de cumplir los buenos propósitos de cargar las pilas que nos humanizan, pero sabiendo que muchas personas no van a poder descansar, aunque sea un derecho elemental.
Dios es el primero que desea unas felices vacaciones porque necesitamos el descanso tanto el físico como el anímico.
Algunos no aprenden a desconectar engullidos por el trabajo muy mal entendido, otros no pueden porque sus dolores no se lo permiten y otros lo fían todo al consumismo, como si gastar más dinero en vacaciones garantizase el descanso que tanto necesitamos, cosa que no es verdad, ni remotamente.
Como buen maestro, Cristo nos muestra que descansar es un derecho y un deber. Jesús mismo, cansado del camino, se sentó junto a un pozo.
En otro momento Jesús les dijo a sus apóstoles: Venid vosotros aparte a un lugar desierto, y descansad un poco.
¡¡ Feliz descanso veraniego, que no es el menor regalo de nuestro Padre Dios!! Gabriel Mª Otalora

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