08 agosto 2017

Domingo 13 agosto: Liturgia 1


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13 DE AGOSTO DE 2017
Liturgia de las Horas – Tercera Semana del Salterio.

R I T O S    I N I C I A L E S

CANTO DE ENTRADA.
Juntos cantando la alegría, de vernos unidos en la fe y el amor.  Juntos sintiendo en nuestras vidas, la alegre presencia del Señor.

Somos la Iglesia peregrina que El fundó, somos un pueblo que camina sin cesar.  Entre cansancios y esperanzas hacia Dios, nuestro amigo Jesús nos llevará. 
   
SALUDO Y  MONICIÓN.

ACTO PENITENCIAL.

GLORIA.

ORACIÓN COLECTA.


LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA.
Lectura del primer libro de los Reyes 19, 9a. 11-13a.

En aquellos días, cuando Elías llegó al Horeb, el monte de Dios, se introdujo en la cueva y pasó la noche. Le llegó la palabra del Señor que le dijo: «Sal y permanece de pie en el monte ante el Señor».
Entonces pasó el Señor y hubo un huracán tan violento que hendía las montañas y quebraba las rocas ante el Señor, aunque en el huracán no estaba el Señor. Después del huracán, un terremoto, pero en el terremoto no estaba el Señor. Después del terremoto fuego, pero en el fuego tampoco estaba el Señor.
Después del fuego, el susurro de una brisa suave. Al oírlo Elías, cubrió su rostro con el manto, salió y se mantuvo en pie a la entrada de la cueva.  
     PALABRA DE DIOS

SALMO RESPONSORIAL. Salmo 94.
Antífona: Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación.

Voy a escuchar lo que dice el Señor: «Dios anuncia la paz a su pueblo y a sus amigos. La salvación está cerca de los que lo temen, y la gloria habitará en nuestra tierra.

La misericordia y la fidelidad se encuentran, la justicia y la paz se besan; la fidelidad brota de la tierra, y la justicia mira desde el cielo.

El Señor nos dará la lluvia, y nuestra tierra dará su fruto. La justicia marchará ante él, y sus pasos señalarán el camino.  

SEGUNDA LECTURA. 
Lectura de la carta del apóstol San Pablo a los Romanos 9, 1-5.

Hermanos:
Digo la verdad en Cristo, no miento —mi conciencia me atestigua que es así, en el Espíritu Santo—: siento una gran tristeza y un dolor incesante en mi corazón; pues desearía ser yo mismo un proscrito, alejado de Cristo, por el bien de mis hermanos, los de mi raza según la carne: ellos son israelitas y a ellos pertenecen el don de la filiación adoptiva, la gloria, las alianzas, el don de la ley, el culto y las promesas; suyos son los patriarcas y de ellos procede el Cristo, según la carne; el cual está por encima de todo, Dios bendito por los siglos. Amén.
PALABRA DE DIOS

ALELUYA.
Antífona: Espero en el Señor, espero en su palabra.
    

EVANGELIO. 
Lectura del santo Evangelio según San Mateo 14, 22-33.

Después que la gente se hubo saciado, Jesús apremió a sus discípulos a que subieran a la barca y se le adelantaran a la otra orilla mientras él despedía a la gente.
Y después de despedir a la gente subió al monte a solas para orar. Llegada la noche estaba allí solo.
Mientras tanto la barca iba ya muy lejos de tierra, sacudida por las olas, porque el viento era contrario. A la cuarta vela de la noche se les acercó Jesús andando sobre el mar. Los discípulos, viéndole andar sobre el agua, se asustaron y gritaron de miedo, diciendo que era un fantasma.
Jesús les dijo enseguida: «¡Animo, soy yo, no tengáis miedo!».
Pedro le contestó: «Señor, si eres tú, mándame ir a ti sobre el agua».
Él le dijo: «Ven».
Pedro bajó de la barca y echó a andar sobre el agua acercándose a Jesús; pero, al sentir la fuerza del viento, le entró miedo, empezó a hundirse y gritó: «Señor, sálvame».
Enseguida Jesús extendió la mano, lo agarró y le dijo: «¡Hombre de poca fe! ¿Por qué has dudado?».
En cuanto subieron a la barca amainó el viento.
Los de la barca se postraron ante él diciendo: «Realmente eres Hijo de Dios».
 PALABRA  DEL SEÑOR

HOMILÍA.

CREDO.

ORACIÓN DE LOS FIELES.

LITURGIA EUCARÍSTICA

OFERTORIO.
Canto:
Te ofrecemos Señor, lo que nos diste Tú.

La fe que sembraste en todos los hombres, el amor y la esperanza que llenan la vida.

El pan en las manos de tu sacerdote, el cáliz que ofrece por todos los hombres. 

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS.

PREFACIO Y SANTO.

PLEGARIA EUCARÍSTICA.

RITO DE LA COMUNIÓN

PADRE NUESTRO.

RITO DE LA PAZ.

CORDERO DE DIOS.

COMUNIÓN.
Canto:
Si vienes conmigo y alientas mi fe, si estás a mi lado a quien temeré. (Bis)

A nada tengo miedo, a nadie he de temer, Señor, si me protegen tu amor y tu poder.  Me llevas de la mano, me ofreces todo bien.  Señor, Tú me levantas, si vuelvo a caer.

¡Qué largo mi camino! ¡qué hondo mi dolor!  Ni un árbol me da sombra ni escucho una canción.  ¿Será que a nadie puedo mirar ni sonreír?  Señor, Tú solo quedas, Tú solo junto a mí.

En cosas que se mueren yo puse el corazón.  Fue tierra mi tesoro, fue vana mi ilusión.  En cosas que se mueren me voy muriendo yo, Tú solo vives siempre, Tú solo mi Señor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN.

Gracias, Señor, por estar siempre a nuestro lado.  Ahora ya no puedes estar más cerca, te llevamos en el corazón.

Señor, como Pedro, somos frágiles.  Tú nos conoces bien.  Ante cualquier adversidad tenemos muchas dudas, nos tambaleamos.

Te buscamos con frecuencia, pero no te reconocemos.  Te esperamos en acontecimientos importantes y te muestras en el silencio...  Nos desconciertas.

Pero también como los apóstoles queremos confesar: «Realmente eres Hijo de Dios».

Desde nuestra pequeñez, queremos seguir remando en la barca de tu Iglesia, con la confianza de que Tú nunca nos abandonas. 

ORACIÓN.

RITO DE CONCLUSIÓN.

BENDICIÓN Y DESPEDIDA.

Canto.
Id amigos por el mundo, anunciando el amor, mensajeros de la vida, de la paz y el perdón, sed amigos, los testigos de mi resurrección, id llevando mi presencia, con vosotros estoy.

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