Inicial.
Un domingo más, el Señor nos reúne para
celebrar juntos la Eucaristía.
Encontrar a Jesús es encontrar el mayor
tesoro. Lo proclamaremos luego en el Evangelio, pero ¿lo vivimos nosotros así?
¿Venimos llenos de alegría, porque la fe y el camino del Evangelio es lo más
valioso para nosotros? ¿O simplemente estamos aquí por cumplir un precepto, por
costumbre, o rutina…?
Vamos a pedir que la celebración de cada
Eucaristía sea un encuentro gozoso con el Señor, que reavive en nosotros la
alegría de la fe.
Primera
Lectura.
Escuchamos cómo Salomón sólo pide a Dios
sabiduría y discernimiento y esto le agrada al Señor. Contrasta esta actitud
con nuestras peticiones cargadas de bienestar. Para llegar a él debemos
renunciar a lo que por comodidad le pediríamos.
Segunda
Lectura.
San
Pablo nos habla en su carta de que la fe y el amor cristiano, son poderosos
estimulantes para la liberación del ser humano.
Evangelio.
Jesús nos sigue hablando en el Evangelio en
parábolas. Hoy nos presenta el reino de los cielos como el mayor tesoro y la
mejor perla que podemos encontrar.
Puestos de pie, cantamos aleluya.
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