08 junio 2017

Comentario Domingo de la Santísima Trinidad

Oración
O Dios Padre,
fuente de toda vida y de todo ser,
Tú nos enviaste a tu amado Hijo para mostrarnos tu amor a nosotros, y derramaste tu Espíritu
para revelarnos al Padre y al Hijo: comunícanos tu misterio de vida
y de amor inmensos;
y haznos vivir de Ti,
pozo insondable de gozo y fortaleza, el único Dios que merece
ser adorado y alabado en este mundo y por toda la eternidad.
AMEN.

Jn 3, 16-18
«16Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no perezca, sino que tenga vida eterna.
17Porque Dios no envió al Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo sea salvado por medio él.
18El que cree en él, no es juzgado; pero el que no cree, ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios».
¡PALABRA DEL SEÑOR!
 

CONTEXTO
Estos pocos versículos forman parte del encuentro entre Jesús y Nicodemo (Jn 3,1-21). Este fariseo queda extrañado de la invitación de Jesús a “nacer de nuevo” y le pregunta cómo puede ser eso. Entonces Jesús le responde con un pequeño discurso (vv. 10-21) para explicar que ese “nuevo nacimiento” consiste en acoger (“creer”) la novedad que Jesús había traído, su propia persona de Hijo unigénito de Dios y su misión de ser mediador de la salvación de Dios, de la vida eterna. Después de este pasaje evangélico, Jesús marchará con sus discípulos de Jerusalén a Judea y asistiremos al último testimonio de Juan Bautista sobre Jesús (3,22-36).
 

TEXTO
Aunque el evangelio no forma por sí mismo una perícopa propia, podemos presentar una estructura ternaria, que se abre y se cierra con la mención del “Hijo unigénito de Dios” (vv. 16 y 18), presentada de forma quiástica (notad: al comienzo: Dios-Hijo-unigénito; al final: unigénito-Hijo-Dios) y “el que cree en él” (vv. 16 y 18). Así, tenemos tres partes: a) v.16: el amor de Dios se manifiesta en el don del Hijo unigénito para conseguirnos la vida eterna; b) v. 17: Dios quiere salvar al mundo por medio de su Hijo; c) v. 18: la respuesta humana es creer en este plan de Dios.

ELEMENTOS INTERESANTES
• “Tanto amó Dios al mundo”: lo que caracteriza a Dios en relación con el mundo es el amor que conduce a la vida eterna. Dios nos ofrece una experiencia profunda de relación y encuentro, una experiencia que se vive al interior del propio misterio de Dios. Una cadena que se propaga: “Como el Padre me amó, yo también os he amado” (15,9): “Amaos los unos a los otros como yo os he amado” (15,12). Experimentar a Dios es entrar en una dinámica de amor. ¿Cómo vivimos esta realidad? ¿En qué se manifiesta? Recordemos las palabras de 1Jn: “Por esto hemos conocido el amor: Él ha dado su vida por nosotros; por tanto también nosotros debemos dar la vida por los hermanos” (1Jn 2,6). Amar y salvar son como las “obsesiones” de Dios. ¿Son las nuestras?
• El término “mundo” se usa mucho en el evangelio de Juan, con diversos significados. Puede significar “la tierra”, el espacio habitado por los seres humanos, o la Creación. Aquí, en nuestro texto, “mundo” significa las personas que habitan en esta tierra, toda la humanidad, amada por Dios. Y puede significar, sobre todo, aquella parte de la humanidad que se opone a Jesús y se convierte en su “adversario” (Jn 7,4.7; 8,23.26; 9,39; 12,25). La esperanza que el evangelio de Juan comunica a la comunidad es que Jesús vence al “príncipe de este mundo” (12,31), porque Él es más fuerte que el “mundo”. “Tendréis tribulación en el mundo, pero tened confianza, yo he vencido al mundo” (16,33).
• Creer en Jesús es entrar en una dinámica de salvación y de vida eterna, es empezar a vivir el dinamismo de amor de Dios, Padre, Hijo y Espíritu. ¿Qué son para nosotros esos conceptos? ¿Experimentamos así a Jesús?
 
Paso 1 Lectio: ¿Qué dice el texto? Atiende todos los detalles posibles. Imagina la escena. Destaca todos los elementos que llaman la atención o te son muy significativos. Disfruta de la lectura atenta. Toma nota de todo lo que adviertas.
Paso 2 Meditatio: ¿Qué me dice Dios a través del texto? Atiende a tu interior. A las mociones (movimientos) y emociones que sientes. ¿Algún aspecto te parece dirigido por Dios a tu persona, a tu situación, a alguna de tus dimensiones?
Paso 3 Oratio: ¿Qué le dices a Dios gracias a este texto? ¿Qué te mueve a decirle? ¿Peticiones, alabanza, acción de gracias, perdón, ayuda, entusiasmo, compromiso? Habla con Dios…
Paso 4 Actio: ¿A qué te compromete el texto? ¿Qué ha movido la oración en tu interior? ¿Qué enseñanza encuentras? ¿Cómo hacer efectiva esa enseñanza?

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