17 mayo 2017

VI Domingo de Pascua: Moniciones

MONICIÓN DE ENTRADA

Recibid nuestra más cordial bienvenida en este momento jubiloso del inicio de nuestra Eucaristía. Vamos a celebrar hoy el Sexto Domingo de Pascua. Este tiempo de plenitud, tras la Resurrección del Señor Jesús, va alcanzando sus objetivos. El próximo domingo celebraremos la Ascensión del Señor y ya el siguiente será la gran fiesta de Pentecostés. Y hoy como adelanto de todo ello, Jesús nos recuerda que el Espíritu Santo está ya cerca. Y que Él vendrá en enseñárnoslo todo, aquello que nos falta por saber y aprender… para ser felices ya en esta vida. Abramos, pues, nuestros corazones a la celebración y de hoy y con desbordante alegría iniciemos, pues, la Eucaristía de este domingo 21 de Mayo, él último del mes de María tengámoslo en cuenta para nuestro canto mariano del final de la celebración.




MONICIONES SOBRE LAS LECTURAS

1.- Los Hechos de los Apóstoles –es la primera lectura-- nos refieren los trabajos de Felipe, que, recién nombrado diácono, emprende una vigorosa acción de apostolado. Predica en Samaria, el país considerado por los judíos como apostata y extranjero, a pesar de que adoraban el mismo Dios. La Palabra es bien recibida y tanto es así que se hace necesario el viaje de Pedro y Juan para confirmar a tanto convertido. La imposición de las manos --hoy lo hacen los obispos en el sacramento de la confirmación-- hace adultos en la fe a los recién bautizados. Los comunica el Espíritu. Y este Espíritu de Dios aletea en proximidad al acercarse el tiempo de Pentecostés.

S.- Es un salmo universalista, en su tono y en su estilo, aplicado por los judíos contemporáneos de Jesús como liturgia de aclamación y de adoración jubilosa para Dios, Nuestro Padre. Por otro lado, la transformación del mar en tierra firme para que pase su pueblo elegido es una acción frecuente en Dios para salvar a su pueblo.

2.- En la segunda lectura, sacada de la Primera Carta de San Pedro, el primer vicario de Cristo sobre la Tierra –el primer Papa--, nos sigue hablando los últimos días de Jesús en la tierra. Ahora narra la resurrección producida por el Espíritu Santo y esa es una esperanza plena para todos nosotros, que esperamos la resurrección gloriosa.

3.- En el evangelio de San Juan, Jesús anuncia el envío y la presencia de ese Espíritu, el defensor. Es Él mismo quien nos anima día a día, hora a hora, a la Iglesia en su caminar y es Él el que está presente en estos momentos, en nuestra celebración del domingo. La fuerza del Espíritu realizará también hoy el milagro cotidiano de transformar el pan y el vino en Cuerpo y Sangre de Nuestro Señor Jesucristo.

MONICIÓN

Escuchemos con atención esta bella plegaria del Padre Leoz para este momento último de nuestra Eucaristía.



POR TI, SEÑOR, LO HARÉ

Miraré hacia el cielo cada vez que me encuentre

en cruel batalla con mi soledad

Buscaré respuestas en tu Palabra

cuando el discurso del mundo sea promesa hueca

Aceptaré tus mandamientos,

porque al aceptarlos, reverenciarlos y vivirlos

sé que se encuentra el secreto para dar contigo

para amar al Padre y vivir en el Espíritu

POR TI, Y PORQUE LO NECESITO, LO HARÉ SEÑOR

Exhortación de despedida

Salgamos felices del templo. Vayamos a nuestras casas con la enorme esperanza y gozo que no da saber que el Espíritu Santo ya llega, ya está muy cerca de nosotros.

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