08 abril 2017

Cofradía de la Orden Franciscana Seglar: los preparativos de la Semana Santa



La Semana Santa de Valladolid destaca por sus tallas y procesiones; pero hay mucho más detrás que,a menudo, no se ven. Son esos ritos, costumbres y tradiciones que penitenciales y cofradías viven con mucha solemnidad y recogimiento y no siempre trascienden. Es precisamente en los preparativos de la Pasión donde Tribuna de Valladolid ha podido presenciar un acto íntimo.


Miguel Santos Romón-Mena, hermano ministro de la Cofradía de la Orden Franciscana Seglar La Santa Cruz Desnuda, nos recibe en el histórico Convento de Santa Isabel de Hungría, lugar donde descansan los tres pasos que procesional esta cofradía. Ha autorizado que presenciemos los solemnes preparativos de las imágenes que, más tarde, el Domingo de Lázaro o quinto de Cuaresma subirán a los pasos.

En una pequeña capilla, junto al claustro conventual, se produce la ceremonia. El ministro comienza los rezos, mientras seis comisarios de San Diego colocan los atributos a la Santa Cruz, paso titular de la cofradía. El INRI, los clavos y el sudario. En esta capilla de San Francisco, a la que da una preciosa talla de Juna de Juni, descansa el Santísimo Cristo Yacente, una obra del siglo XVI atribuida a la escuela de Berruguete.

Tras el rezo, la vitrina se abre y con sumo cuidado; los comisarios –ataviados con el hábito de clara inspiración franciscana- trasladan esta talla a una mesa, donde será cubierta por un sudario a la espera de su montaje en el paso. El momento es silencioso y sobrecogedor. Clavos y espinas recuerdan la Pasión del Cristo ya muerto. Tras la operación, de nuevo los rezos y varios cirios encendidos que iluminan la escena.

Las imágenes ya están preparadas para que el Domingo de Lázaro puedan colocarse en los respectivos pasos, que desfilarán Jueves y Viernes Santo. Pero tan importantes como las propias procesiones son los rezos que llevan a cabo en el seno de la cofradía. Lo explica Miguel Santos Romón-Mena.

“El Domingo de Lázaro se celebran los terceros ejercicios, un ritual centenario, que consisten en el rezo de la corona franciscana con siete decenarios, es decir 72 avemarías, que recuerdan los 72 años, que según la tradición franciscana, tenía la Virgen cunado ascendió a los cielos”, dice el ministro, quien recuerda un emotivo acto. “El hermano ministro se humilla ante el resto de hermanos, en señal de servicio, y besa los pies a cada uno de los que participan en este rezo que es impresionante”.

Asimismo, durante el Miércoles, Jueves y Viernes de Dolores se celebra un triduo a la Santa Cruz, con la veneración del Lignum Crucis en la iglesia de los Franciscanos. Por último, el Lunes Santo se venera a Nuestra Señora de la Soledad, con la celebración de un besamanos. El Jueves Santo está prevista su procesión más importante con los pasos del Santísimo Cristo Yacente, Nuestra Señora de la Soledad y la Santa Cruz, a partir de las 19 horas desde el convento de Santa Isabel, para dirigirse a la catedral a realizar estación de penitencia.

El Viernes Santo por la mañana salen en procesión con la Cruz Desnuda en un solemne Vía Crucis y por la tarde, en la procesión general de la Sagrada Pasión del Redentor.

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