28 febrero 2017

Domingo I Cuaresma: Moniciones 1


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MONICIÓN DE ENTRADA

Os deseamos nuestra más cordial bienvenida a la Eucaristía del Primer Domingo de Cuaresma. Jesús impulsado por el Espíritu va al desierto. Allí será tentado, como cualquier otro hombre o mujer. La tentación forma parte de nuestras vidas, aunque lo importante es no caer. Hemos iniciado el pasado miércoles –el Miércoles de Ceniza— esta Cuaresma 2017, que nos llevará a la contemplación de los misterios más sublimes de nuestra Fe: la Muerte y Resurrección del Señor. Sepamos aprovechar este tiempo de mejora y conversión. Iniciemos, por tanto, con la máxima esperanza nuestra Eucaristía




MONICIONES SOBRE LAS LECTURAS

1.- El relato, bello y entrañable, del pecado del Edén nos va a llegar a lo más hondo. Esta sacado del Libro del Génesis y es nuestra primer lectura. La tentación del árbol trajo la muerte al género humano. Adán y Eva perdieron su vida de casi dioses por querer ser Dios mismo.

2.- Pablo cuenta en la segunda lectura, sacada de la Carta a los Romanos, la realidad entre Adán, que nos perdió y Cristo que nos ha salvado. Y como todas las cosas del Apóstol de los Gentiles, San Pablo crea con maestría la doctrina del nuevo Adán, del Salvador del Pueblo de Dios.

S.- El Salmo 50 –que también se proclamó en la Misa del Miércoles de Ceniza— ha sido durante muchos siglos el salmo penitencial por excelencia. Es el “Misirere” latino. Pero también para los judíos tenía se sentido penitencial. Está cerca de muchos profetas y, sobre todo, de Jeremías. Tras confesar con humildad el pecado, se recibe en seguida la curación del Señor, el Perdón de Dios. Es uno de los salmos más bellos del salterio.

3.- El Evangelio de San Mateo es casi un guión cinematográfico del episodio de las tentaciones de Cristo. Es de una belleza formidable. Jesús fue tentado como lo han sido, son y serán todos los hombres y mujeres de todos los tiempos. Pero se trata de no escuchar al Tentador y solo aceptar el camino y misión que Dios nos ha marcado.

Lectura de Postcomunión

MONICIÓN

Breve oración del Padre Leoz para estos momentos tan especiales de nuestra eucaristía. Escuchemos con atención

GRACIAS, SEÑOR

Conocerte ha merecido la pena

Servirte es mi lucha cada día

Y, no caer en la tentación de la debilidad,

es mi oración a Ti confiada.

Guárdame y ayúdame, Señor,

a salir victorioso de tantas dudas

que siembran en mí interior incertidumbre.

Amén

Exhortación de Despedida

Hemos de salir del templo felices porque sabemos que Jesús de Nazaret está siempre con nosotros en los momentos difíciles, en las muy insistentes tentaciones que nos llegan. Él las venció. Nosotros con Él, también…

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