MONICIÓN DE ENTRADA
Sed todos bienvenidos a la Eucaristía del Segundo Domingo del Tiempo Ordinario. Iniciamos, pues este primer periodo del Tiempo Ordinario, tras el Adviento y la Navidad. Y llegaremos hasta el 5 de marzo, fecha que celebraremos la conmemoración del Miércoles de Ceniza y así iniciar la Cuaresma. El relato evangélico de hoy nos recuerda al del domingo pasado. Nos habla del Bautismo del Señor y de la presencia del Padre, del Hijo y del Espíritu junto con las aguas del Jordán. Y hoy, también, queremos recordar que la Iglesia Universal celebra la Jornada Mundial de las Migraciones, y hemos de tener muy en cuenta este difícil tema de los emigrantes e inmigrantes. Seamos fraternos y solidarios con todas esas personas que abandonaron sus casas y no precisamente por gusto. Y no olvidemos jamás que Jesús de Nazaret, con sus padres María y José, fueron inmigrantes en Egipto… Iniciemos, pues, con amor y alegría nuestra Asamblea Dominical.
MONICIONES SOBRE LAS LECTURAS
1.- En la primera lectura, del capítulo 49 del Libro de Isaías, escucharemos la profecía del Siervo de Yahvé. Y ella se cumplirá en Cristo, humilde y pacífico, que asume la misión redentora de ser “Luz de las naciones”.
S.- Interesante, desde el punto de vista histórico, este Salmo 39. El salmista se pronuncia contra los ritos de la religión oficial y aboga por un culto más del espíritu y de la bondad para con todos. Tiene, pues, muchas conexiones con lo que más tarde diría San Pablo y el cristianismo.
2.- Iniciamos, como segunda lectura, la Carta primera de San Pablo a los Corintios, que leeremos durante varios domingos más. En ella, el Apóstol saluda, con gran sentido profético a todos los bautizados, a los de su tiempo y a los del futuro, a los de todos los tiempos, porque todos hemos sido salvados por Cristo, sin importar el lugar y la época.
3.- El Evangelio de Juan, sobre el bautismo de Jesús, nos muestra como San Juan, el Bautista, da la gran buena noticia de la llegada del Hijo de Dios. Refleja este texto el testimonio fundamental del Precursor, surgido de la comunicación del Espíritu Santo: Nos anuncia, pues, la llegada ungido por el Espíritu, del Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Y este texto de San Juan, de hoy, enlaza con el de San Mateo que leímos el domingo pasado, en la Fiesta del Bautismo del Señor. Es el principio de la vida pública del Señor, el inicio del camino de la salvación del género humano.
MONICIÓN
Un día más –y para esta hora de paz de nuestra Eucaristía—ofrecemos una bella oración del sacerdote navarro, don Javier Leoz.
HAS VENIDO POR MÍ, SEÑOR
Has venido por mí, Señor
Para que, mis dolores, siguiéndote
se sientan aliviados por tu presencia
Para que, mis pecados, llorando ante Ti
sean perdonados por tu mano misericordiosa
¡Has venido, por mí, Señor!
¡Gracias Señor!
Exhortación de despedida
Salgamos a la calle y proclamemos nuestra alegría por el amor que nos trasmite Jesús de Nazaret. Es nuestro Maestro y nuestro amigo fiel.
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