Inicial.
Celebramos hoy la fiesta del Bautismo del Señor, con la que cerramos el ciclo de Navidad. Jesús, ungido por el Espíritu Santo, es proclamado por Dios como su Hijo amado, y viene para anunciar la Buena Noticia de la salvación.
Nosotros, por el bautismo fuimos incorporados a Cristo y pasamos a ser hijos de Dios. Que celebrar esta fiesta nos haga tomar conciencia de nuestra misión de bautizados, llamados a continuar la obra de Jesús, proclamando la Buena Noticia con nuestra vida.
En esta celebración vamos a realizar dos signos que nos recuerdan nuestro bautismo: ahora, la aspersión del agua sobre nuestras cabezas, y luego, responderemos al Credo renovando nuestro compromiso bautismal.
Primera Lectura.
El profeta Isaías nos presenta al elegido de Dios y la misión que trae. Su obra es suave, pero firme. Viene a dar vida, a defender y liberar al oprimido, a ser luz para todos.
Segunda Lectura.
Jesús, el ungido de Dios, pasó haciendo el bien, curando y liberando. Su obra está destinada a todas las naciones. Así estamos llamados a vivir los cristianos.
Evangelio.
El pueblo esperaba con expectación al Mesías. Jesús, mezclado entre la gente, como un pecador más, se acerca a recibir el bautismo de manos de Juan y Dios lo manifiesta como su Hijo amado.
Puestos de pie cantamos aleluya.
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