Que Santa María nos ayude a estrenar, en este primer día del año, un corazón nuevo, lleno de paz
El Señor tenga piedad y nos bendiga. Esta oración del salmo 66 es una buena oración para comenzar el año 2017. En el Antiguo Testamento “bendecir” es desear toda clase de bienes materiales y espirituales. No sólo en tiempos de crisis; todos los años, y todos los días, es bueno pedirle a Dios que tenga piedad de nosotros y nos bendiga. Cada día nos levantamos cargados de debilidad y de buenos propósitos. Sólo la piedad de Dios, su comprensión de Padre, puede asumir nuestra debilidad y fortalecer nuestros buenos propósitos de cada mañana.
Cada día del año necesitamos echar fuera de nuestro corazón la inclinación al mal, la debilidad y el pecado, para poder llenarlo de un auténtico amor a Dios y de un siempre renovado amor al prójimo. Cada día del año necesitamos estrenar nuestro corazón. En este primer día del año 2017 debemos hacerlo con una especial fuerza interior y con una súplica humilde y sincera. Parece cierto que tendremos que vivir el año que comienza envueltos en las nieblas de la crisis económica y de las continuadas crisis de valores cristianos. Pero no nos asustemos demasiado, porque el ser humano siempre ha vivido, de una u otra manera, envuelto en alguna crisis. El vivir humano ya es, en sí mismo, un vivir en crisis. Por eso, necesitamos levantarnos cada día con un propósito renovado de vencer nuestras crisis. Para conseguirlo necesitamos la piedad de Dios, su amor y su misericordia. Nuestro corazón es un corazón frágil y quebradizo; intentemos estrenar cada mañana un corazón nuevo, moldeado por la mano amorosa de un Dios Padre y Madre. Sí, pidamos a Dios en este primer día del año 2017 que tenga piedad de nosotros y nos bendiga.
El Señor se fije en ti y te conceda la paz. Hoy, primer día del año 2017, celebramos también el Día Mundial de la Paz. La paz es el bien más necesario para una buena convivencia. La paz que pide Moisés a Dios para su pueblo, en esta lectura del libro de los Números, no era una paz pasiva, no era la paz de los cementerios; era una paz activa, una paz fruto de la concordia y de la justicia. Más de una vez se dice en la Biblia que la paz y la justicia se abrazan, se besan. Sin verdadera justicia no puede existir la paz. No podemos pedir a un pueblo, o a una persona, injustamente tratados, que quieran vivir en paz con quien les oprime o les maltrata. En este primer día del año debemos pedir por la paz; por la paz individual, por la paz familiar, por la paz entre todos los pueblos y todas las naciones de la tierra. Pidamos, pues, al Señor, que nos bendiga, ayudándonos a conseguir, en este año 2017, un orden social justo y pacífico, en el que se expresen y se realicen todos los derechos fundamentales de las personas.
Le pusieron por nombre Jesús. Jesús significa “Salvador” y, en el momento de la circuncisión, le pusieron este nombre porque “él salvaría a su pueblo de sus pecados” (Mt 1, 21). La Virgen María es, pues, madre de nuestro Salvador y, en cierto sentido, madre de cada uno de nosotros, porque, al perdonarnos los pecados por medio de su hijo, nos hizo hijos de Dios. María es la madre del Dios encarnado en la persona humana de Jesús de Nazaret y por eso la veneramos hoy con el título de Santa María Madre de Dios. Veneremos con especial devoción, en este primer día del año 2017, a Santa María Madre de Dios y madre nuestra.
La no violencia: estilo de una política para la paz. Este es el título que da el Papa Francisco a su mensaje para la Jornada mundial de la paz, en este año 2017. La no violencia activa, de la que habla el Papa Francisco, debe ser siempre un deseo vivo y eficaz, sabiendo que es algo muy difícil de conseguir. No sólo los Estados y los Gobiernos, sino cada uno de nosotros, todos debemos aspirar a no responder al mal con el mal, sino a superar el mal haciendo el bien, amando a todos, incluso a nuestros enemigos, tal como se nos manda en el evangelio. Aconsejo a todos los lectores de Betania que lean este mensaje del Papa Francisco. Yo copio aquí sólo una de sus frases: Deseo la paz a cada hombre, mujer, niño y niña, a la vez que rezo para que la imagen y semejanza de Dios en cada persona nos permita reconocernos unos a otros como dones sagrados dotados de una inmensa dignidad. Especialmente en las situaciones de conflicto, respetemos su dignidad más profunda y hagamos de la no violencia activa nuestro estilo de vida. ¡FELIZ AÑO 2017 A TODOS LOS LECTORES DE BETANIA Y A TODAS LAS PERSONAS DEL MUNDO!
Por Gabriel González del Estal
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