29 diciembre 2016

María conservaba todas estas cosas meditándolas

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María, Madre de Jesús,
hoy es otro día tuyo
dentro de nuestro calendario.

Un día este que seguramente
expresa con más justicia
la raíz de tu grandeza,
el papel más grande de tu vida:
Tú eres la Madre de Jesús, el Redentor.

Estamos estos días de Navidad
celebrando el nacimiento de tu Hijo,
del Hijo de Dios.
Él es el centro de nuestra atención.
Y en estos días no podemos olvidarte
porque Tú, María, eres su Madre.

Gracias María por asumir ese papel
y por la manera como fuiste,
siendo la Madre de Dios:
esta misión la llevaste con humildad y sencillez.

Tú, María, fuiste la del SÍ
con todas sus consecuencias.

Tú María, nos dice el evangelista,
que guardabas y meditabas
todas aquellas cosas
que iban sucediendo en tu vida,
todo lo que Dios iba haciendo,
toda la vida de tu Hijo Jesús:
sus palabras y sus obras y también
la reacción de la gente
ante la novedad de tu Hijo.
Todo iba reposando en tu corazón
y era tu sustento.

¿Qué es lo que yo guardo
y medito en mi corazón?
¿Qué es lo que me alimenta?

A veces pienso que soy más dado
a guardar y meditar los fracasos,
los desaires, las afrentas…
A veces constato que suelo guardar
muchas tonterías y cosas banales,
cuando no perjudiciales.

¿Por qué no guardo y medito más
las obras de Dios? Porque Dios sigue
haciendo maravillas en nuestro mundo.

Enséñame María
a guardar y meditar la obra de Dios
en nuestro mundo.
Enséñanos a guardar y meditar
como Tú lo hacías

Yo quisiera también estar presto,
como los pastores,
para ir al encuentro de tu Hijo,
al encuentro de lo que Dios
está haciendo en nuestro mundo.

Yo quisiera, como ellos,
encontrar en la vida a tu Hijo,
el gran tesoro.
Y a su vez, como ellos,
compartir con otros ese encuentro
para que otros muchos experimenten
el bien inmenso de Jesucristo.

Enséñame, María, a ser el pastor
que sigue las insinuaciones del Espíritu;
el pastor que va en busca de las huellas de Dios,
el pastor que va al encuentro de tu Hijo
para después ser apóstol tuyo.

Danos, María,
muchos pastores para nuestros
equipos, grupos y comunidades.
Tú sabes que tenemos necesidad
de ellos.
Es quizás esta una de nuestras mayores necesidades.

Felicidades María,
por ser la escogida por Dios
para ser la Madre del Salvador.
Felicidades por tu SI.
Felicidades por su tu estilo de vida.
Gracias.

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