14 diciembre 2016

IV Domingo de Adviento: Monición para la Corona


Resultado de imagen de cuarto domingo de adviento

LA CORONA DE ADVIENTO

La corona de Adviento es la fórmula más habitual y más sencilla de ir iniciando los domingos de Adviento. Y nuestras moniciones como, en otros años, irán reflejando ese hecho. La corona de Adviento tiene cuatro velas de colores diferentes y cada domingo de Adviento se enciende una. En el caso del primer domingo se encenderá la primera y las demás quedarán apagadas. Cuando lleguemos al segundo domingo de Adviento, antes de iniciarse la Eucaristía, ya estará encendida la vela del domingo anterior y, por tanto, se encenderá la segunda. Haremos lo mismo con la tercera y la cuarta. En caso de la tercera, iniciaremos la celebración con las dos velas anteriores ya encendidas y prenderemos la tercera. Para la cuarta, antes de comenzar ya estarán encendidas las tres y completaremos la corona con la cuarta vela encendida.


OTRAS POSIBILIDADES

Pueden presentarse, delante del altar, cuatro cirios grandes, también de colores, situados sobre una pequeña escalera que los sitúe a diferentes alturas. Esa escalera o estructura puede cubrirse con un paño del color morado típico del Adviento. La más baja será la del primer domingo y la más alta la correspondiente al cuarto. Se encenderán de la misma forma.

Otra fórmula interesante es colocar un “misterio”, un gran portal de Belén. Puede servir el que se vaya a destinar después al Nacimiento. Y se irán poniendo imágenes distintas de manera sucesiva. Al estar el portal vacío, la primera colocación puede ser la del pesebre –la cunita—vacía. Más adelante, en el segundo, se completa con los animales. El tercero con los pastores y San José. El cuarto colocar la imagen orante de la Virgen María manteniendo el pesebre vacío pues todavía no ha nacido el Señor.

El uso de las moniciones es parecido y similar a lo que se cita en el caso de las velas. Y en lugar de decir, por ejemplo, “al encender esta vela” pues se cambia por “al colocar esta figura de…”



BENDICIÓN DE LA SEGUNDA VELA DE LA CORONA DE ADVIENTO

MONICION

Señor Jesucristo, tu venida, tu cercanía, lo transforma todo,

convierten este vetusto y abrumado mundo nuestro

en germen de un cielo y una tierra nuevas,

y a nosotros, débiles y pecadores,

en constructores de tu Reino y heraldos de tu presencia amorosa.



Al encender estas dos velas en la corona de Adviento,

queremos manifestar nuestro deseo de acoger tu llamada

a preparar los caminos y alzar nuestra voz para que,

quienes tienen hambre y sed de justicia

logren experimentarte próximo

y sepan que aquí estas Tú, nuestro Dios.

R. Amén

(Se acerca una persona y enciende el segundo cirio)

Canto: ¡Ven, ven Señor no tardes! (Otro canto apropiado)

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