22 noviembre 2016

Martes XXXIV de Tiempo Ordinario

Hoy es 22 de noviembre, martes XXXIV de Tiempo Ordinario.
La paz de espíritu es una de las señales de que estamos en presencia de Dios. Por eso ahora, que te dispones a entrar en oración, deja que el espíritu vaya poco a poco, inundándote. Que la paz de pasar un rato en intimidad con el Señor se apodere de ti. Él te está esperando, te acompaña desde el primer instante del día. Y ahora, en estos minutos, se va a dirigir a ti mediante su palabra. Ábrete a lo que hoy te tiene que decir. Lo que el Señor sugiera hoy en tu corazón, puede ser el acontecimiento más importante del día.

La lectura de hoy es del evangelio de Lucas (Lc 21, 5-11):
En aquel tiempo, algunos ponderaban la belleza del templo, por la calidad de la piedra y los exvotos. Jesús les dijo: «Esto que contempláis, llegará un día en que no quedará piedra sobre piedra: todo será destruido.» Ellos le preguntaron: «Maestro, ¿cuándo va a ser eso?, ¿y cuál será la señal de que todo eso está para suceder?» Él contestó: «Cuidado con que nadie os engañe. Porque muchos vendrán usurpando mi nombre, diciendo: “Yo soy”, o bien “El momento está cerca”; no vayáis tras ellos. Cuando oigáis noticias de guerras y de revoluciones, no tengáis pánico. Porque eso tiene que ocurrir primero, pero al final no vendrá en seguida.» Luego les dijo: «Se alzará pueblo contra pueblo y reino contra reino, habrá grandes terremotos, y en diversos países epidemias y hambre. Habrá también espantos y grandes signos en el cielo.»
Es fácil despistarse con todo lo accesorio. Quedarse en las fachadas, las primeras impresiones. Jesús nos invita hoy a ir más allá. A contemplar el corazón de lo que nos rodea. Quizá puedes descubrir al padre cuando estás en una iglesia, o en misa, o en oración. Pero el Señor es más grande que unas determinadas normas, o ritos o lugares. Él habita más hondo, incluso en los lugares más insospechados. En aquellos que jamás pensaste.
En la palabra, Jesús previene a sus discípulos acerca de falsos mitos o señales y lo hace enseñándoles a leer los acontecimientos. A descubrir el acontecer de Dios en los hechos de todos los tiempos. También hoy en lo que ocurre en este 22 de noviembre, también en lo que te sucede hoy a ti, está la mano de Dios. ¿Descubres el rastro de Dios en lo que te ocurre a tu alrededor? ¿En los acontecimientos que relatan las noticias? ¿Y en tu quehacer diario, tus rutinas?
Cuando vas a volver a leer la palabra de Dios, procura hacerlo desde la invitación que Jesús hace a sus discípulos. Que te hace hoy a ti. Jesús dice: no tengáis pánico. Te invita a no tener miedo de los acontecimientos, a mirarlos a través de sus ojos. Escucha la palabra junto a Jesús.
En este rato de intimidad con Jesús, repasa los acontecimientos ocurridos en los últimos días y busca los signos del Reino que contienen. Pídele al Señor que te permita descubrir su mano, que impulsa la historia de salvación. Tu historia de salvación. Finaliza con el Padre nuestro, prestando especial atención al momento en que pedimos que venga a nosotros tu Reino.

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