29 noviembre 2016

II Domingo de Adviento: Liturgia 2


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4 DE DICIEMBRE DE 2016
Liturgia de las Horas – Segunda Semana del Salterio Adviento

R I T O S    I N I C I A L E S

CANTO DE ENTRADA.
Cielos destilad el rocío.  Nubes, derramad al justo.  Ábrase la tierra y brote al Salvador.  Ábrase la tierra y brote al Salvador.

Pueblo de Sión, mira al Señor.  Que viene a salvar a su pueblo.  El Señor hará oír la majestad de su voz.  Y os alegraréis de todo corazón. 

SALUDO, MONICIÓN, Y RITO DE LA CORONA DE ADVIENTO.

DESPUÉS DE ENCENDER LA VELA DE LA CORONA DE ADVIENTO.
Esperamos al Mesías con la lámpara de la fe y el amor.

Mantened la luz, preparad el camino, dad frutos de conversión.

ORACIÓN COLECTA.

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA.
Lectura del libro de Isaías 11, 1-10.

Aquel día brotará un renuevo del tronco, de Jesé, y de su raíz florecerá un vástago. 
Sobre él se posará el espíritu del Señor: espíritu de sabiduría y entendimiento, espíritu de consejo y fortaleza, espíritu de ciencia y temor del Señor. Lo inspirará el temor del Señor.
No juzgará por apariencias ni sentenciará de oídas; juzgará a los pobres con justicia, sentenciará con rectitud a los sencillos de la tierra; pero golpeará al violento con la vara de su boca, y con el soplo de sus labios hará morir al malvado.

La justicia será ceñidor de su cintura, y la lealtad, cinturón de sus caderas.
Habitará el lobo con el cordero, el leopardo se tumbará con el cabrito, el ternero y el león pacerán juntos: un muchacho será su pastor.
La vaca pastará con el oso, sus crías se tumbarán juntas; el león como el buey, comerá paja.
El niño de pecho retoza junto al escondrijo de la serpiente, y el recién destetado extiende la mano hacia la madriguera del áspid.
Nadie causará daño ni estrago por todo mi monte santo: porque está lleno el país del conocimiento del Señor, como las aguas colman el mar.
Aquel día, la raíz de Jesé será elevada como enseña de los pueblos: se volverán hacia ella las naciones y será gloriosa su morada. 
     PALABRA DE DIOS

SALMO RESPONSORIAL. Salmo 71.
Antífona: Que en sus días florezca la justicia, y la paz abunde eternamente.

Dios mío, confía tu juicio al rey, tu justicia al hijo de reyes, para que rija a tu pueblo con justicia, a tus humildes con rectitud.

En sus días florezca la justicia y la paz hasta que falte la luna; domine de mar a mar, del Gran Río al confín de la tierra. 

Él librará al pobre que clamaba, al afligido que no tenía protector; él se apiadará del pobre y del indigente, y salvará la vida de los pobres;

Que su nombre sea eterno, y su fama dure como el sol; él sea la bendición de todos los pueblos, y lo proclamen dichoso todas las razas de la tierra. 

SEGUNDA LECTURA. 
Lectura de la carta del apóstol San Pablo a los Romanos 15, 4-9.

Hermanos:
Pues, todo lo que se escribió en el pasado, se escribió para enseñanza nuestra, a fin de que a través de nuestra paciencia y del consuelo que dan las Escrituras mantengamos la esperanza.
Que el Dios de la paciencia y del consuelo os conceda tener entre vosotros los mismos sentimientos, según Cristo Jesús; de este modo, unánimes, a una voz, glorificaréis al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo.
Por eso, acogeos mutuamente, como Cristo os acogió para gloria de Dios. Es decir, Cristo se hizo servidor de la circuncisión en atención a la fidelidad de Dios, para llevar a cumplimiento las promesas hechas a los patriarcas y, en cuanto a los gentiles, para que glorifiquen a Dios por su misericordia; como está escrito: Por esto te alabaré entre los gentiles y cantaré para tu nombre.
PALABRA DE DIOS

ALELUYA.
Antífona: Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos.  Todos verán la salvación de Dios.    

EVANGELIO.
Lectura del santo Evangelio según San Mateo 3, 1-12. 

Por aquellos días, Juan el Bautista se presenta en el «desierto de Judea, predicando: «Convertíos porque está cerca el reino de los cielos». 
Este es el que anunció el profeta Isaías diciendo: «Una voz grita en el desierto: "Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos"».
Juan llevaba un vestido de piel de camello, con una correa de cuero a la cintura, y se alimentaba de saltamontes y miel silvestre. 
Y acudía a él toda la gente de Jerusalén, de Judea y de la comarca del Jordán; confesaban sus pecados y él los bautizaba en el Jordán. 
Al ver que muchos fariseos y saduceos venían a que los bautizara, les dijo: «¡Raza de víboras!, ¿quién os ha enseñado a escapar del castigo inminente? 
Dad el fruto que pide la conversión.
Y no os hagáis ilusiones, pensando: "Tenemos por padre a Abrahán", pues os digo que Dios es capaz de sacar hijos de Abrahán de estas piedras.
Ya toca el hacha la raíz de los árboles y todo árbol que no dé buen fruto será talado y echado al fuego.
Yo os bautizo con agua para que os convirtáis; pero el que viene detrás de mí es más fuerte que yo y no soy digno de llevarle las sandalias.
El os bautizará con Espíritu Santo y fuego.
Él tiene el bieldo en la mano: aventará su parva, reunirá su trigo en el granero y quemará la paja en una hoguera que no se apaga».
 PALABRA  DEL SEÑOR

HOMILÍA.

CREDO.

ORACIÓN DE LOS FIELES.

LITURGIA EUCARÍSTICA

OFERTORIO.
Canto:
En este mundo que Cristo que nos da, hacemos la ofrenda del pan.  El pan de nuestro trabajo sin fin y el vino de nuestro cantar.  Traigo ante Ti nuestra justa inquietud: Amar la justicia y la paz.

Saber que vendrás, saber que estarás, partiendo a los pobres tu pan.  (Bis)

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS.

PREFACIO Y SANTO.

PLEGARIA EUCARÍSTICA.

RITO DE LA COMUNIÓN

PADRE NUESTRO.

RITO DE LA PAZ.

CORDERO DE DIOS.

COMUNIÓN.
Canto:
Vamos a preparar el camino del Señor.  Vamos a construir la ciudad de nuestro Dios.  Vendrá el Señor con la aurora, Él brillará en la mañana, pregonará la verdad.  Vendrá el Señor con su fuerza, Él romperá las cadenas, Él nos dará la libertad.

Él estará a nuestro lado, Él guiará nuestros pasos, Él nos dará la salvación.  Nos limpiará del pecado, ya no seremos esclavos, Él nos dará la libertad.

Visitará nuestras casas, nos llenará de esperanza, Él nos dará la salvación.  Compartirá nuestros cantos, todos seremos hermanos, Él nos dará la libertad.

Caminará con nosotros, nunca estaremos ya solos, Él nos dará la salvación.  Él cumplirá la promesa y llevará nuestras penas, Él nos dará la libertad. 

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN.

Preparemos los caminos 
–ya se acerca el Salvador- 
y salgamos, peregrinos, 
al encuentro del Señor.

Ven, Señor, a libertarnos, 
ven tu pueblo a redimir; 
purifica nuestras vidas 
y no tardes en venir.

El rocío de los cielos 
sobre el mundo va a caer, 
el Mesías prometido,
hecho niño, va a nacer.

De los montes la dulzura, 
de los ríos leche y miel, 
de la noche será aurora 
la venida de Emmanuel.

Te esperamos anhelantes 
y sabemos que vendrás; 
deseamos ver tu rostro 
y que vengas a reinar.

Consolaos y alegraos, 
desterrados de Sión, 
que ya viene, ya está cerca, 
él es nuestra salvación.
  
(Himno de la Liturgia de las Horas-Adviento) 

ORACIÓN.

RITO DE CONCLUSIÓN.

BENDICIÓN Y DESPEDIDA.

Canto.
Santa María de la esperanza, mantén el ritmo de nuestra espera, mantén el ritmo de nuestra espera.

Brillaste como aurora del gran Día, plantaba Dios su tienda en nuestro suelo.  Y nosotros soñamos con su vuelta, queremos la llegada de su reino. 

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