26 octubre 2016

Domingo 30 octubre: ¿Qué me quiere decir hoy Jesús?

Esta vez no es un leproso, ni un ciego quien busca a Jesús. Ahora lo busca un rico, jefe de cobradores de impuestos para los romanos, y por lo mismo odiado por los de su tiempo. A Zaqueo no le falta nada material: tiene un buen trabajo y mucho dinero, pero no es feliz, y por eso quiere conocer a Jesús de quien ha escuchado tantas maravillas. lo logra, y su vida cambia, llenándose de una gran alegría y vaciándose de lo que le estorbaba para ser feliz: su apego a las riquezas y su remordimiento por haberse hecho de ellas abusando de los demás. 

Todos tenemos cosas que nos atraen tanto, que pueden volvernos egoístas alejándonos de Dios y de los demás. Quien deja que esto ocurra, siempre sentirá un vacío en su vida, pues ninguna de esas cosas materiales puede llenar el espacio que está destinado para Dios.
Como Zaqueo, busquemos conocer a Jesús para que entre a nuestras vidas, dándole la importancia que merece sobre nuestros gustos e intereses y dejando que nos transforme y nos llene.
Cuando conocemos a Jesús, nos ocurre lo que a Zaqueo: 
  • Reconocemos a Dios como el Señor de nuestras vidas.
  • Reconocemos lo que nos aleja de Él y queremos corregirlo.
  • Reconocemos a los demás como hermanos y al amarlos nos acercamos a Dios.
Subamos al árbol de la oración, de la lectura de la palabra de Dios, de la misa y los sacramentos, para conocer a Jesús. Dejemos que nos ayude a vaciarnos de apegos, egoísmos, envidias, engaños, perezas y todo lo que nos aleje de Él para darnos a los demás.
¿Tengo la necesidad de encontrar y conocer a Cristo en mi vida? ¿He hecho lo necesario para lograrlo?

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