05 septiembre 2016

Comentario al Evangelio de hoy, 5 de septiembre


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Queridos amigos y amigas:
En el Evangelio de hoy aparece un hombre con una dolencia: tenía el brazo paralizado.
Se me ocurre que además de las parálisis físicas, ese hombre representa a todas aquellas veces en que nos quedamos parados, sin movernos, sin actuar.
Hay una parálisis que viene del cansancio: si hemos trabajado demasiado, es bueno descansar. Aunque hay un cansancio interior que no se cura con el mero descanso.

Hay una parálisis que viene de la decepción: hemos trabajado, lo hemos intentado, y no hemos conseguido nada… Como cuando aquella noche los discípulos habían intentado pescar, sin resultado.
Hay una parálisis que viene por el miedo: cuando algo o alguien nos amenaza, eso nos paraliza y nos impide actuar.
El Señor Jesús viene a curar tu parálisis. Sea la que sea. Porque su Espíritu es fortaleza en el cansancio, aliento en el desánimo y fortaleza en el temor. También hoy te dice: “Extiende el brazo”. Y puedes quedar restablecido.
El Señor Jesús viene a curar tu parálisis… aunque sea “en sábado”.
Vuestro hermano en la fe:
Luis Manuel Suárez CMF

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