02 septiembre 2016

Comentario al Evangelio de hoy, 2 septiembre


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A la paz de Dios:
Decir que Jesús no quería el ayuno y la oración (y la limosna), como le reprochan los escribas y fariseos, está fuera de lugar. Basta leer Mt 6, 1-18. Lo que quiere es que se haga de otra manera.
Copio del libro de SED para la Cuaresma del año 2012: Venid, benditos de mi Padre. “Limosna, ayuno y oración no eran prácticas novedosas para quienes escuchaban a Jesús, como tampoco lo son para nosotros. Lo novedoso (y retador), para quienes le escuchaban entonces y los que lo escuchamos ahora, es la invitación a practicarlas con una actitud diferente: `no lo hagas como los demás…`

Lo que importa no es lo que se vea al exterior, sino la calidad de vida que le pongas por dentro, porque es allí, “adentro”, donde se da la intimidad del encuentro con el Padre. Limosna, ayuno y oración, vividas con deseo de autenticidad, con delicadeza, en sencillez, en serenidad, pueden ayudarnos a entrar en íntima relación con Dios”.
Jesús invita a la novedad. Ni siquiera el Bautista era la novedad. Una pieza de tela nueva en un vestido viejo va tirando de ella hasta hacer un roto peor.
Con Jesús empieza lo nuevo. Vino nuevo en odres nuevos. ¿Te apuntas a la novedad?
Vuestro hermano y amigo
Óscar Romano

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