Tomado de aciprensa
NUEVA JERSEY, 08 Ago. 16 / 02:36 pm (ACI).- Sydney McLaughlin, quien a su corta edad se convirtió en el miembro más joven de la selección de Estados Unidos para participar en los Juegos Olímpicos de 2016 en Río de Janeiro (Brasil), considera que su fe cristiana la impulsa a competir con los mejores atletas del mundo.
"El atletismo es un deporte muy mental, hay mucha presión y la expectativa está puesta en ti. Cumplir con lo que sé y saber que todo lo que me fue dado proviene de Dios, sin duda jugó un papel muy importante para mí", dijo la atleta a ACI Prensa.
El 10 de julio, con todavía 16 años, McLaughlin consiguió la clasificación terminando tercera en los 400 metros con vallas en los ensayos del estado de Oregon, a pesar de que en los últimos meses enfermó de mononucleosis, su madre sufrió un ataque al corazón y tuvo un ataque de nervios antes de la competencia.
McLaughlin nació en Nueva Jersey y asiste a la escuela secundaria local Unión Católica (Union Catholic High School).
Como cristiana, explicó que su fe en Dios la ayudó durante todo el viaje, y encontró el valor para competir con la ayuda de su familia y entrenadores. A pesar del pánico en las pruebas olímpicas y de estar a punto de dar vuelta atrás, McLaughlin terminó estableciendo un récord mundial juvenil en 54.14 segundos, que ostentaba Xing Wang de China desde 2005.
“Las olimpiadas han estado siempre en mi mente, pero no a la edad de 16 años. Este logro sin duda mostró que este es el plan de Dios para mí”, dijo la atleta.
McLaughlin contó que siempre incluye la oración durante su etapa de calentamiento antes de cada prueba “independientemente de lo que vaya a suceder".
Después de las pruebas, la joven atleta asistió a los premios ESPY y recibió un premio de la Gatorade National High School por ser la atleta femenina del año. Posteriormente dio un discurso y habló sobre los obstáculos que se había enfrentado el año anterior.
Un autobús lleno de gente de Unión Catholic High School estaba en el aeropuerto en Nueva Jersey listo para darle la bienvenida de vuelta a casa.
El pasado 7 de agosto cumplió 17 años y hoy se encuentra en Río de Janeiro para participar de los Juegos Olímpicos.
En el otoño, McLaughlin regresará a la escuela para su último año. Su objetivo es la construcción de un club escolar dedicado al malabarismo.
"Me voy a concentrar mucho en eso este año, intentar conseguir más miembros, armar un equipo juntos para poder participar de los encuentros de motivación previos a los encuentros deportivos”.
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