Inicial.
Percibiendo ya el sonido de nuestras fiestas, hacemos un tiempo de silencio para encontrarnos con el Señor en la Eucaristía dominical.
Dios es fiel con su pueblo, es fiel con todos nosotros, y nos pide unas actitudes para seguirle: que seamos hombres y mujeres de fe, que nos fiemos de él y que esa confianza nos haga vivir con desprendimiento, siendo responsables con la vida que nos ha confiado y estando vigilantes para esperar su venida.
Dispongamos nuestro corazón para este encuentro con el Señor.
Primera Lectura.
El sabio israelita recuerda la salida de su pueblo de Egipto, su liberación. El pueblo esperaba vigilante su liberación, como lo espera hoy todo ser oprimido.
Segunda Lectura.
Los cristianos estamos llamados a creer y a esperar contra toda esperanza y por encima de todo fracaso. El testimonio de fe de los antiguos patriarcas nos puede ayudar.
Evangelio.
Jesús nos invita a pensar en lo que es definitivo y a estar preparados y vigilantes para esperar su venida. Declara dichosos a quienes encuentre dispuestos.
Puestos de pie cantamos aleluya.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deja tu comentario