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1. Junto a mi casa vive un señor que no cree
Con este juego se afianza el Credo.
Se reparte a los miembros el credo, una parte para cada uno. Por ejemplo:
. Creo en Dios Padre Todopoderoso, creador del cielo y de la tierra
. Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo
. Y nació de Santa María Virgen
Y así, de acuerdo al número de miembros. Un miembro comienza diciendo: Junto a mi casa vive un señor que no cree en... El miembro que tiene la parte del Credo que se ha mencionado responde: El sí cree en... (lo dicho), pero no cree en...
Ejemplo:
El que inicia dice: Junto a mi casa vive un señor que no cree en la Virgen
El que tiene "y nació de Santa María Virgen" responde: Él sí cree en la Virgen, pero no cree en la Iglesia
El que tiene "creo en la santa Iglesia Católica" responde: Él sí cree en la Iglesia, pero no cree en la vida eterna.
Y así sucesivamente.
No hay que sacar a los que pierden, pues se trata de que repasen bien y ellos son los que más necesitan afianzarse. Solamente alguna vez, cuando ya todos están peritos, podría jugarse retirando a los que pierdan, se equivoquen, o se demoren, y otorgando un premio al que gana.
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2. Cabeza y cola
Es bueno especialmente para aquello que hay que aprender de memoria, o para las oraciones comunes. Igualmente, pueden prepararse preguntas para respuesta breve, a juicio del catequista.
Los niños se sientan en semicírculo. En un extremo está la cabeza y en otro la cola. La primera pregunta se le dirige al niño de la cabeza, si responde bien se queda ahí, pero si no sabe se le pregunta al segundo y a los que siguen, hasta que alguno responda bien. Cuando eso sucede, el que respondió bien sube al puesto del primero que recibió la pregunta y todos se corren un puesto hacia la cola. Se siguen haciendo preguntas y así los niños pueden conservar el puesto, subir o bajar.
Esta dinámica nos permite detectar quiénes son los que generalmente se quedan cerca de la cola, o sea los que saben menos, los distraídos, los que tienen dificultad para aprender. Al darse cuenta, hay que tomar a estos niños en tiempo extra para buscar la forma de afianzar en ellos el conocimiento.
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3. Dramatizaciones bíblicas
Puede dramatizarse algún pasaje de la Biblia, por ejemplo: el llamado de Dios a Samuel, o la visita de Jesús a la casa de Marta y María, o cualquier texto que pueda servir para el mensaje que se presenta.
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4. Dramatizaciones para analizar la realidad
También pueden dramatizarse hechos de la vida real, que puedan servir para iniciar la catequesis o realizar el análisis de la realidad. Por ejemplo: relaciones entre padres e hijos.
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5. El bautismo de emergencia
En la misma forma que el anterior.
Es bueno que los catequizandos aprendan cómo se bautiza a un niño en peligro de muerte. Esto desde cuando se preparan para la primera comunión.
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6. Venimos de Jerusalén
Se reparte a los miembros en dos bandos, o en más si son muchas personas. Cada equipo debe ir preparando la mímica de un pasaje de la Biblia, para que el otro pueda descubrir de qué se trata.
Al principio, pueden ser sólo pasajes del Evangelio. Y con grupos más avanzados, de toda la Biblia.
Los que van a representar llegan y los otros les preguntan: De dónde vienen?
Respuesta: De Jerusalén.
Pregunta: Qué oficio traen?
Respuesta: Ya lo verán.
E inmediatamente comienzan a representar su mímica. Los otros observan y cuando crean que ya saben de qué se trata, lo dicen en voz alta. Si está correcto, ahí se termina y pasan a actuar ellos. Si no lograron saber, pierden un miembro y el equipo que actuó dice a quién deben dar.
Se pueden dar una, dos, o tres posibilidades de "adivinar", según el grupo.
Los equipos siguen actuando en forma alterna. Cuando el tiempo termine, gana el equipo que tenga mayor número de miembros.
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7. La Biblia incompleta
Se distribuyen entre los participantes los nombres de los libros de la Biblia, o de una parte de la Biblia, por ejemplo: los profetas.
El que inicia dice: Esta Biblia está incompleta porque le falta el libro de Jeremías.
El que tiene asignado ese libro dice: El libro de Jeremías no le falta, el que le falta es el libro de Amós.
El otro dice: El libro de Amós no le falta, el que le falta es el libro de Sofonías.
Y así se continúa.
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8. La biblioteca del catequista
Es muy similar al de la Biblia incompleta, pero con los libros que debe tener un catequista. Por ejemplo: La Biblia, Vaticano II, Medellín, Puebla, Catecismo de la Iglesia Católica y otros.
A cada uno se le asigna el nombre de un libro.
El que inicia dice: Yo quiero comprar una Biblia. Al que le corresponde la Biblia interviene: Yo ya tengo la Biblia, pero quiero comprar el libro de Medellín. El otro dice: Yo ya tengo el libro de Medellín, pero quiero comprar el Catecismo de la Iglesia Católica, etc.
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9. Un profeta
Se van nombrando las diferentes clases de personajes que aparecen en la Biblia: profetas, reyes, apóstoles, evangelistas, patriarcas, fariseos, etc.
Se ponen todos en círculo. El primero dice: Un profeta
El que sigue dice: Un profeta y dos...
El que sigue dice: Un profeta, dos... y tres...
Y así sucesivamente.
Ejemplo
¾ Un profeta
¾ Un profeta y dos apóstoles
¾ Un profeta, dos apóstoles y tres reyes
¾ Un profeta, dos apóstoles, tres reyes y cuatro evangelistas
Cuando alguien pierde, se vuelve a comenzar.
Gana el que queda de último.
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10. Hablando con los personajes de la Biblia
A uno de los miembros se le asigna con tiempo un personaje bíblico, conocido por todos, para que se estudie bien quién fue ese personaje, qué hizo, cómo fue su vida, etc.
La persona se presenta, ojalá vestida como el personaje, y les comienza a contar su vida. También, si se quiere, se permite a los asistentes que le hagan preguntas.
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11. El personaje desconocido
Variante del anterior.
Cuando se quiere presentar a un personaje desconocido por los participantes, para que asílo conozcan.
Por ejemplo: Si se está estudiando los jueces de Israel, alguien -en algunos casos el mismo catequista y en otros algún estudiantes que se ha preparado con tiempo-
Se presenta ante los demás, si quiere ataviado como el personaje y comienza a contarles de su vida.
Por ejemplo: Yo me llamo Gedeón, estaba trabajando cuando el Señor me llamó de tal y tal manera, yo le pedí una señal, etc.
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12. Béisbol bíblico
Se reparten en dos o más equipos. Cada equipo elige su líder.
Debe haber tres clases de preguntas: hit, doble y jonrón. Estas preguntas se habrán preparado y clasificado con anterioridad, revisadas por el catequista.
El líder de un grupo dirige una pregunta al primer miembro del equipo que está jugando. Si responde bien, se anota un hit, doble, o jonrón. Si no responde, puede responder el segundo miembro, si no sabe puede responder el tercero y así sucesivamente. Si nadie responde, es un out y ahí termina la ronda, pero un miembro del equipo del líder debe responder correctamente o de lo contrario también e out.
Se inicia entonces la segunda ronda, cambiando de equipo. Y así se continúa de acuerdo al tiempo que se programe.
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13. Bolsitas de sorpresa
Se tiene una bolsita, con diversas preguntas sobre los temas de la catequesis. Cada miembro va sacando una y la debe responder. Si no la responde, el compañero puede hacerlo y se va llevando la cuenta de las respuestas correctas.
Es preferible que todos participen durante todo el tiempo, sin sacarlos, para que los que no saben mucho escuchen y así tengan la oportunidad de repasar lo que no saben bien.
Cuando están ya muy adelantados, se puede alguna vez ir sacando a los que fallan y dar un premiecito al ganador.
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14. Alcance la estrella
Se realiza en forma de concurso, con dos o tres equipos, que deben tener igual número de miembros.
Las estrellas estarán prendidas en un tablero un poco alejado de los asientos. Por detrás cada estrella lleva una pregunta.
Los miembros se numeran: 1, 2, 3... Y cuando sea el momento, quien dirige el juego indica: salgan los números tal. El primero que llegue, coge la estrella que desee, lee en voz alta la pregunta y da su respuesta. Si no lo sabe, no o responde bien, otro de su mismo número puede responder. De lo contrario, devuelve la estrella a su sitio. Se va notando la puntuación, para saber al final cuál es el equipo ganador.
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15. Coleccionando estrellas
Es una variante del anterior. No hay equipos. Es personal.
En cada estrella figuran la pregunta y la respuesta correcta. Todos se sientan en rueda. El primero alcanza la estrella, lee la pregunta y se la lanza al segundo. Si este responde correctamente recibe su estrella y pasa a tomar otra para seguir el juego. Si no responde bien, el que trajo la estrella le dice la respuesta y regresa la estrella a su sitio. El segundo, aunque no hubiera respondido bien, pasa a buscar otra estrella y le hace la pregunta al tercero y así se continúa.
Gana el que haya recogido más estrellas.
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16. Orden del día
Se puede usar especialmente para un día de encuentro o convivencia.
El catequista, de acuerdo a la programación, prepara tarjetas con diversos servicios o ministerios. Por ejemplo: adornar el salón, dirigir la oración inicial, preparar una dinámica, mantener todo en orden, repartir algo, encargarse de distribuir el refrigerio, explicar un tema, preparar una cartelera, etc. Guarda estas tarjetas en una bolsa. Cada catequizando saca una y se preparar para hacer lo indicado.
Esto ayuda a fomentar la responsabilidad y el espíritu de servicio y además permite ver que uno es capaz de hacer las cosas bien, si se preparara convenientemente.
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17. Descubriendo a los personajes de la Biblia
Uno de los catequizandos, o el propio catequista, representa a un personaje de la Biblia, que sea bastante conocido. Les va indicando algunas cosas sobre su vida, de manera que ellos puedan descubrir de quién se trata.
Si hay varios participantes, el que logró descubrir pasa a representar a otro personaje.
De acuerdo a la madurez del grupo, esto puede traerse preparado, o repartir y dejar unos momentos para prepararse, o cuando la persona deba actuar, saca a la suerte la papeleta con el nombre del personaje que deberá representar.
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18. Que me pueden decir
Uno de los miembros sale del salón y los demás seleccionan un personaje de la Biblia, que sea muy conocido.
Cuando regresa, pregunta: Del Antiguo o del Nuevo Testamento? Y cuando le responden, continúa: Qué me saben decir?
Cada miembro le dice, sin repeticiones, algo sobre el personaje, hasta que logre detectar quién es.
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19. Que tenemos en común
Cada miembro saca una papeleta, en la cual figura el nombre de un personaje de la Biblia y reflexiona qué tiene en común con ese personaje: por ejemplo: que es varón, que el joven, que es tímido, que vive en el campo, que se desanima fácilmente.
Después hay socialización.
En grupos adelantados, los otros miembros pueden intervenir diciéndole en qué más se parece.
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20. Adivina el personaje
Se tiene ya preparadas unas series de "pistas" sobre diferentes personajes de la Biblia. Puede ser verbalmente o con papeletas, para que se pueda descubrir de quién se trata. De acuerdo a la madurez del grupo, se puede preguntar a todos en general, o a cada uno en particular. Es posible establecer quipos.
Ejemplo:
¾ Un profeta
¾ Tuvo un encuentro especial con Dios en el monte Horeb
¾ Puso en ridículo a los sacerdotes de Baal
¾ Fue arrebatado en un carro de fuego.
Las pistas se escogen de acuerdo con la madurez del grupo y su conocimiento de la Biblia.
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21. Los libros de la Biblia
Se toma un grupo de libros de la Biblia, por ejemplo los profetas o las epístolas paulinas. Se sientan todos en rueda y a cada uno se le asigna el nombre de un libro (puede ser en el orden en que aparecen en la Escritura). El primero lo dice, el segundo repite ese y dice el siguiente, y así se continúa.
Ejemplo: Epístolas Católicas
El primero dice: Primera de Pedro
El segundo dice: Primera de Pedro, segunda de Pedro
El tercero dice: Primera de Pedro, segunda de Pedro, carta de Santiago
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22. Contenido de los libros de la Biblia
Cuando el grupo ya conoce, aunque sea a grandes rasgos, el contenido de los libros de la Biblia, se puede realizar la siguiente dinámica:
El que inicia menciona un libro y su contenido general, pero luego añade: me gustaría saber de qué se trata el libro tal, mencionando otro. El que sigue debe responder, y así sucesivamente. Si alguno no sabe, se da la oportunidad de que el siguiente responda, pero sin retirar a nadie, pues lo que necesitamos es que afiancen y memoricen los contenidos.
También se puede jugar entre dos o más equipos, anotando qué equipo ha respondido mejor.
Ejemplo:
¾ Yo se que el libro del Éxodo narra cómo Dios sacó al pueblo de la esclavitud en Egipto y lo puso en camino hacia la tierra prometida. Me gustaría saber de qué trata el libro de los jueces.
¾ El libro de los jueces trata sobre el pueblo establecido ya en la tierra prometida, liderado por hombres carismáticos llamados jueces. Me gustaría saber de qué trata el libro de la Sabiduría.
¾ El libro de la sabiduría trata de...
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23. Por qué se llaman así
Esta dinámica está relacionada con la anterior y permite memorizar la razón por la cual cada libro lleva su nombre.
El catequista y en grupos más avanzados los mismos catequizandos, pueden referirse al libro, para que el que va a contestar lo identifique.
Ejemplo:
¿Por qué se llama así el libro de los Números?
O bien:
¿Qué libro lleva un nombre que significa "segunda ley"?
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24. A quién te pareces
Se selecciona a uno de los miembros y los demás le van diciendo a qué personaje de la Biblia se parece y por qué.
También se le puede pedir a uno que se retire unos momentos del salón, mientras todos deciden a qué personaje se parece. Cuando llega, cada uno le va diciendo una característica y él debe detectar de quién se trata.
Ejemplo: El grupo lo encuentra parecido a San Pedro.
Cuando llega le van diciendo: eres entusiasta, te gusta hablar en nombre de todos, a veces eres imprudentes, eres, líder, tienes suegra...
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25. Dones y frutos del Espíritu Santo
Pueden distribuirse entre los presentes, e irlos repitiendo como se hizo con los libros de la Biblia, o adaptarse otras dinámicas.
Ejemplo:
Se reparten entre los participantes los dones del Espíritu.
El que inicia dice: Estoy pidiéndole al Espíritu Santo el don de fortaleza.
El que lo tiene, responde: Yo también le estoy pidiendo el don de consejo
Y así se continúa.
En la misma forma puede hacerse con los frutos, o con los carismas.
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