COMUNIDAD DEL ESPÍRITU
El estallido del Espíritu llena el universo entero. Estaba como encerrado entre las cuatro paredes del individualismo y la competitividad, y se abre ahora inundando a toda la humanidad con un nuevo lenguaje, en obras y palabras: Espíritu de misericordia, nueva palabra de amor que puebla el universo. Todo se llena de Vida y de Luz y se convierte en tarea esperanzada para la construcción y el reencuentro de la olvidada utopía de la fraternidad.
Recuperamos aquí, a modo de Monición de entrada, la reflexión sugerida en la sección de LA MÚSICA:
La hora del Espíritu ha llegado a nuestros corazones. La fuerza del Señor nos invade. El Aliento de vida transforma nuestro desierto en mil vergeles. Llama de amor viva: danos el lenguaje de la entrega, danos el don de la comunicación y la humildad. Haznos comunidad de amor; haznos Iglesia abierta a todos. Irrumpe con tu viento impetuoso en nuestras casas, proyectos e instituciones. ¡Asombrosa Presencia! que fermentas los mostos de amor y de esperanza, y nos abrazas uno a uno con tu presencia nombrando nuestros nombres “tatuados en tus manos”.
Imagen: El Espíritu que brota de Cristo resucitado comunica su luz a toda la comunidad. Los seguidores de Jesús, sin esa luz, no pueden hacer nada. Pero ahora su luz llega a todos y cada uno y se extiende por el mundo. La Iglesia “en salida” lleva la marca del Espíritu. Mientras se recita la Secuencia, -bien recitada o cantada (sección LA MÚSICA)- se encienden ahora, desde el Cirio Pascual, doce velas que se colocan sobre cada una de las cajas, en la misma disposición que tenían el domingo pasado. El Espíritu vive ya en cada uno. El Cirio, pues, se apaga: su presencia es otra.
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