11 mayo 2016

Pentecostés: Moniciones 4


Resultado de imagen de pentecostés

MONICIÓN DE ENTRADA

Os deseamos nuestra más fraternal bienvenida a la Eucaristía de este domingo. Es Pentecostés. Jesús, tal y como lo había prometido, envía a los Apóstoles el Espíritu Santo. Con esta fiesta culminamos un emocionante periodo de gozo y esperanza. Hemos completado un largo recorrido desde el inicio de la Cuaresma. Hoy, ese mismo Jesús, nos envía el Espíritu Santo a todos, a cada uno de nosotros. El Espíritu Santo es el mayor regalo que el Padre ha hecho a los hombres por medio de Cristo. Esto nos compromete a vivir nuestra fe, a mantener la esperanza, a ser fuertes en la dificultad. No para quedar parados y boquiabiertos mirando a las nubes, sino para hacer una conexión entre en cielo y la tierra. Y así facilitar a nuestros hermanos el camino hacia la plenitud que otorga el Espíritu Santo a todos los que le siguen. Y todo ello, en la cercanía del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, en este Año de la Misericordia.




MONICIONES SOBRE LAS LECTURAS

1.- La primera lectura, sacada del libro de los Hechos de los Apóstoles, nos narra la llegada del Espíritu Santo y la sorpresa que supuso para todos. Hoy, deberíamos sorprendernos nosotros, tanto como ellos, de ese Espíritu que llega a cada uno. Ya no estamos solos, el Espíritu de Jesús vive y actúa en todos los hombres y mujeres, en toda la creación. Esto ha de movernos a llevar, sin miedo, el mensaje del Espíritu allí donde nos encontremos.

S.- El Salmo 103, es un relato de la creación, probablemente aún más antiguo que el Libro del Génesis e incluso que el llamado Segundo Isaías. Es, en definitiva un magnífico himno al poder creador de Dios.

2.- La responsabilidad de la transmisión de la Palabra de Dios es de todos, como dice la segunda lectura, de la Carta de Pablo a los fieles de Corinto, porque somos miembros de un único Cuerpo, bautizados en un mismo Espíritu y cada uno tendrá que responder de su tarea. Pentecostés no es una cosa de ayer. No es un recuerdo histórico. Es una realidad viva para esta hora, para este mundo en el que vivimos. Tenemos todos, y cada uno, que vivir nuestro Pentecostés.

SECUENCIA.- Y hemos de referirnos a la Secuencia del Espíritu que vamos a proclamar, ahora, antes del Evangelio. Es un himno singular y bellísimo, compuesto en los primeros años de la Iglesia. Es un texto muy hermoso, probablemente uno de los más bellos del todo contenido general de la liturgia.

3.- Las claves de lo que es Pentecostés las encontraremos en el Evangelio de Juan: Igual que Jesús penetra en el Cenáculo en medio de personas aterradas por el miedo, así aparece hoy Jesús en nuestro corazón. Vamos a dejarle entrar; Él nos trae el amor, la paz, la fortaleza, la luz, la compañía... Y nos ofrece para siempre el Espíritu.



Lectura de Postcomunión

MONICIÓN

El padre Javier Leoz nos ha preparado una bella plegaria para estos momentos finales de nuestra Eucaristía. Escuchemos con mucha atención:

CON TU ESPÍRITU SANTO, SEÑOR

Hablaré, y no callaré sobre  TI

Me entregaré, para nunca más  cerrarme

Avanzaré, sin echar la  mirada hacia atrás

Cantaré, aun a riesgo de  quedar afónico

entonando que, al fondo de  todo, vives y permaneces Tú.

CON TU ESPÍRITU SANTO, SEÑOR

Exhortación de despedida

El Espíritu Santo llega en Pentecostés y nosotros le hemos sentido en esta eucaristía, tal vez, de manera especial, cuando hemos escuchado la Secuencia. El Espíritu vive entre nosotros y nos hace mejores.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deja tu comentario