27 abril 2016

Del grito a la risa

DEL GRITO A LA RISA
Inclinó al fin su cabeza,rota en grito la Palabra;hubo llantos y lamentosde la tarde a la mañana.Qué silencio y qué vacíopor la Palabra enterrada!Todo aquel día de sábadofue silencio y esperanza.
Y a la mañana siguiente,
primera de la semana,la Palabra se convierteen risa resucitada.Es risa de primavera,es risa que se regala,Es risa que no termina,es risa que vive y habla.Todo se llena de risa,todo se estremece y canta;aquel grito del Calvarioes ya risa prolongada.

Se acabaron las tristezas,
las tristes muertes del alma;
hay un rostro que sonríe
y va sembrando esperanzas.
No llores ya, Magdalena,
buscando lo que más amas:
es hortelano que ríe:
una risa que no acaba.
No llores más, Pedro amigo,
recordando las tres faltas:
ahora está junto a ti
el que es risa soberana,
y tan sólo te pregunta
si le quieres, si le amas,
y solamente te pide
reír con todas tus ganas.

No estéis tristes peregrinosde Emaús o de cualquier patria:Alguien sale a vuestro encuentroy su risa es una llama;siempre se deja invitarcuando la tarde se acaba,y cuando parte su pande risa a todos contagia.
Parte tu pan conmigo,Amigo mío del alma,colorea con tu risalos rincones de mi casa;y que la risa florezcay que fluya como el agua;y los grupos resucitenen risas multiplicadas.
Cáritas, 87-1

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