Viernes Santo: Celebración de la
Pasión del Señor – (25 de marzo de 2016)
En toda la Semana Santa es bueno tener presente que si bien muchos
de los que participan en la celebraciones lo han hecho muchas veces, también es
probable (y sería de esperar) que haya gente que asiste por primera vez y
debería poder comprender lo que se está haciendo. Por eso, el guión, sin pecar
de extenso, tendría que lograr ubicar a todos en cada cosa que se va
realizando.
1-
Entrada:
Queridos hermanos,
conmemoramos en esta tarde la pasión y muerte de nuestro Señor. Recibamos en
silencio al padre que presidirá la celebración. Al llegar al altar, él se
postrará rostro en tierra. Los que podamos acompañaremos ese gesto poniéndonos
de rodillas para orar unos momentos y compenetrarnos con la entrega amorosa de
Jesús.
2-
Liturgia de la Palabra:
Jesús tuvo misericordia de
nuestras debilidades y se entregó por nuestra salvación. Prestemos atención a la
profecía de Isaías y a la descripción de la Carta a los Hebreos. Por último,
compartamos el relato de la Pasión según San Juan. ¡Abramos el corazón!
3-
Oración de los fieles (oración universal):
La realizan el sacerdote y el
diácono siguiendo lo previsto por el Misal.
Realizaremos ahora
la oración universal propia de este día. En primer lugar se nos dirá por qué
intención rezaremos, haremos un instante de silencio y, por último, el
sacerdote convertirá en oración la intención propuesta.
Según la costumbre del lugar se puede permanecer de pie, de rodillas
o alternar. Conversarlo previamente con el sacerdote para determinar cómo se
hará.
4-
Adoración de la Santa Cruz:
Terminada la oración universal se hace la adoración solemne de la
Santa Cruz. Según el Misal hay dos modalidades para el ingreso de la Cruz, por
eso, una vez más, es importante haberlo conversado previamente con quien
presida la celebración.
Ahora, hermanos,
comenzamos la adoración de la Cruz. Con este gesto reconocemos que Jesús nos ha
salvado asumiendo nuestros pecados y clavándolos en la cruz para regalarnos su
misericordia y su perdón.
Mientras ingresa la
cruz, el sacerdote por tres veces cantará una invocación a la que todos
responderemos: “venid y adoremos”.
Con amor, agradecimiento
y respeto acerquémonos a adorar la cruz del Señor. Podemos hacer una
genuflexión y también darle un beso. Acompañemos este momento cantando y
reflexionando en nuestro corazón.
5-
Preparación del altar:
En este momento se puede realizar la colecta, que en este día la
Iglesia la destina para la ayuda a los lugares de Tierra Santa. Sugerimos
conversarlo previamente con el sacerdote.
Entramos ahora en
la última parte de esta liturgia que nos llevará al encuentro con Jesús en la
Comunión. Como hoy no se realiza la consagración del pan y el vino, preparamos
el altar con las Hostias consagradas en la Misa de ayer.
6- Comunión:
Antes de entregarse
en la cruz, Jesús, desde la última cena quiso quedarse para siempre en medio
nuestro en la Comunión. Por eso, si tenemos el corazón bien dispuesto, vayamos
a recibirlo con profunda devoción, mientras cantamos.
7-
Despedida:
La liturgia de hoy
concluye en silencio, igual que como empezó. Este silencio, además de ser signo
de respeto, debería ayudarnos a meditar en el inmenso misterio de misericordia
que estamos celebrando.
Les recordamos
también que luego (informar horario y lugar) realizaremos
el Via Crucis. Seamos misioneros de la misericordia e invitemos a otros a
participar con nosotros.
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