MONICIÓN DE ENTRADA
Recibid, hoy, nuestra más alegre bienvenida a la Eucaristía. La Solemnidad de San José, el esposo de la Virgen María, es como un paréntesis pleno de alegría en Cuaresma. El padre adoptivo de Nuestro Señor Jesús es un dechado de virtudes y de modestia. Nos haría falta imitar a José de Nazaret en este tiempo actual de tanta soberbia y egoísmo. Aprovechemos pues la fiesta litúrgica de hoy y aprendamos de José. Decíamos que hemos hecho un alto en la marcha de la Santa Cuaresma. Y así es el próximo domingo celebraremos el Domingo de Ramos que es la consecución de la Cuaresma y el inicio de la Semana Santa.
MONICIÓN SOBRE LAS LECTURAS
1.- La primera lectura que vamos a escuchar, del Segundo Libro de Samuel incide, sobre todo, en la ascendencia familiar de David sobre Jesús, a través de San José. Y es que para el pueblo judío la llegada del Mesías era una promesa que Dios había hecho a la estirpe de David.
S.- En este salmo 88 hay frases de hondo contenido mesiánico y por ello está muy bien elegido en esta fiesta de San José. Pero hay que decir también que el salmo 88 tiene un contenido no homogéneo. Etán fue su primer redactor pero luego fue reelaborado para darle ese contenido mesiánico fijado en la figura del Rey David.
2.- La Carta de Pablo a los Romanos hace referencia a Abrahán como padre de todos los creyentes, lo cual también es aplicable a Cristo que tomó el linaje humano para salvarnos. Y hemos de decir además, que Abrahán, apoyado en la esperanza creyó contra toda esperanza.
3.- A la herencia davídica de Jesús, a través de José de Nazaret, se refiere el Evangelio de San Mateo, al igual que ya lo hemos escuchado en la primera lectura. Pero además el Evangelio nos revela que, como a José, nunca nos faltará el apoyo de Dios en situaciones difíciles y de difícil valoración para nosotros. El Ángel del Señor explicó a José cual era el Camino.
Lectura de Postcomunión
MONICIÓN
El presbítero don Javier Leoz nos ofrece hoy esta bellísima dedicada a nuestro patriarca San José.
¡QUÉ BIEN HABLASTE!
Sí, José; ¡qué bien hablaste!
Nunca, un ángel,
llevó tan grata respuesta al cielo:
José cree y calla
José espera y duerme
José se fía y camina
José obedece y… despierta
Nunca, un ángel de las alturas,
en un intento de descender sosiego,
recibió en respuesta
tu serenidad y tu paz como consuelo.
Tomaste a María como esposa
Recibiste a Jesús como hijo
Fuiste hombre de pocas palabras
pero tus obras hablaron.
Exhortación de despedida
Salgamos alegres del templo. Siempre la solemnidad de San José es un derroche de alegría en Cuaresma. Y, en fin, este próximo domingo –Domingo de Ramos—iniciamos la Semana Santa.
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