15 marzo 2016

Solemnidad de San José: Moniciones



MONICIÓN DE ENTRADA

Recibid, hoy, nuestra más alegre bienvenida a la Eucaristía. La Solemnidad de San José, el esposo de la Virgen María, es como un paréntesis pleno de alegría en Cuaresma. El padre adoptivo de Nuestro Señor Jesús es un dechado de virtudes y de modestia. Nos haría falta imitar a José de Nazaret en este tiempo actual de tanta soberbia y egoísmo. Aprovechemos pues la fiesta litúrgica de hoy y aprendamos de José. Decíamos que hemos hecho un alto en la marcha de la Santa Cuaresma. Y así es el próximo domingo celebraremos el Domingo de Ramos que es la consecución de la Cuaresma y el inicio de la Semana Santa.




MONICIÓN SOBRE LAS LECTURAS

1.- La primera lectura que vamos a escuchar, del Segundo Libro de Samuel incide, sobre todo, en la ascendencia familiar de David sobre Jesús, a través de San José. Y es que para el pueblo judío la llegada del Mesías era una promesa que Dios había hecho a la estirpe de David.

S.- En este salmo 88 hay frases de hondo contenido mesiánico y por ello está muy bien elegido en esta fiesta de San José. Pero hay que decir también que el salmo 88 tiene un contenido no homogéneo. Etán fue su primer redactor pero luego fue reelaborado para darle ese contenido mesiánico fijado en la figura del Rey David.

2.- La Carta de Pablo a los Romanos hace referencia a Abrahán como padre de todos los creyentes, lo cual también es aplicable a Cristo que tomó el linaje humano para salvarnos. Y hemos de decir además, que Abrahán, apoyado en la esperanza creyó contra toda esperanza.

3.- A la herencia davídica de Jesús, a través de José de Nazaret, se refiere el Evangelio de San Mateo, al igual que ya lo hemos escuchado en la primera lectura. Pero además el Evangelio nos revela que, como a José, nunca nos faltará el apoyo de Dios en situaciones difíciles y de difícil valoración para nosotros. El Ángel del Señor explicó a José cual era el Camino.

Lectura de Postcomunión

MONICIÓN

El presbítero don Javier Leoz nos ofrece hoy esta bellísima dedicada a nuestro patriarca San José.

¡QUÉ BIEN HABLASTE!

Sí, José; ¡qué bien hablaste!

Nunca, un ángel,

llevó tan grata respuesta al  cielo:

José cree y calla

José espera y duerme

José se fía y camina

José obedece y… despierta

Nunca, un ángel de las  alturas,

en un intento de descender  sosiego,

recibió en respuesta

tu serenidad y tu paz como  consuelo.

Tomaste a María como esposa

Recibiste a Jesús como hijo

Fuiste hombre de pocas  palabras

pero tus obras hablaron.

Exhortación de despedida

Salgamos alegres del templo. Siempre la solemnidad de San José es un derroche de alegría en Cuaresma. Y, en fin, este próximo domingo –Domingo de Ramos—iniciamos la Semana Santa.

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