12 marzo 2016

Domingo de Ramos: Moniciones 3



SOLEMNE
(Sería bueno poder realizar este momento de la celebración fuera del templo, de manera que luego pudiera llevarse a cabo una PROCESIÓN, sencilla pero significativa, expresando un acompañamiento real a Jesús en su camino y en este comienzo de la Semana Santa. Aquí se iniciaría dicha celebración en los diversos elementos que proponemos u otros similares. En cada lugar será necesario evaluar, ver las posibilidades y el modo concreto de realizarlo).

SALUDO del SACERDOTE
El amor de Dios nuestro Padre, manifestado para siempre en Jesús, a quien vamos acompañar en esta Semana Santa, en su entrada en Jerusalén, en su muerte y humillación, en su entrega y en su resurrección, esté con todos vosotros.


MONICIÓN DE ENTRADA
Hermanos: desde el inicio de la Cuaresma nos venimos preparando para celebrar los Misterios de la Pascua del Señor. Hoy, cercana ya la Noche Santa de la Pascua, nos disponemos a inaugurar -en comunión con todo el pueblo de Dios-, las celebraciones y los acontecimientos de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo; esto es, la GRAN SEMANA para la Comunidad Cristiana.

De ahí que acompañar a Jesús en la procesión, implica ir también con Él a la pasión, en su entrega plena a la voluntad del Padre. Todo cristiano, si quiere serlo de verdad, ha de recorrer este camino de su Maestro. Esto queremos celebrar; a esto nos disponemos.

Lo iniciamos con este sencillo gesto de la Bendición de los Ramos.

ORACIÓN para la BENDICIÓN de los RAMOS

OREMOS:
En el inicio de esta Semana Santa, en la que vamos a ir contemplando los misterios centrales de nuestra fe cristiana, acudimos a Ti, Señor y Padre nuestro, para que envíes tu bendición sobre nuestras personas, de modo que permanezcamos siempre unidos a Jesús, el Señor, y lo manifestemos -de forma concreta- estando cerca de cuantos necesitan de nuestro compromiso cristiano. Bendice  también estos Ramos, con los que expresamos el inicio de las celebraciones de estos días. Por Jesucristo nuestro Señor.

(Se rocían los ramos con agua bendita)

MONICIÓN AL EVANGELIO: Lucas 19, 28-40
El evangelista Lucas, a lo largo de todo su testimonio escrito, su Evangelio, nos ha presentado a Jesús que, con sus palabras y con sus signos de liberación, ha anunciado el Reino de Dios. Ahora, Jesús entra en Jerusalén; eso sí, montado en un borrico, símbolo de la paz y de la humildad, y que es aclamado como aquél que viene en nombre del Señor, como el Esperado de los tiempos. Unimos nuestras voces y nuestros corazones a este momento tan significativo. Escuchamos el relato evangélico.

MONICIÓN A LA PROCESIÓN
El sentido de la procesión es acompañar a Jesús, pero no sólo en este momento. Se trata del deseo de estar presente en sus momentos de duda, de angustia, de soledad, de abandono, incluso de los suyos, de los que han compartido con él la propuesta del Reino de Dios.

Desde esa EXPERIENCIA de acompañar a Jesús, estaremos en disposición de estar CERCA de los que hoy mismo sufren de tantas maneras diferentes. Caminemos, pues, junto a Jesús, para aprender de Él, de sus motivaciones, de su estilo. Iniciamos la procesión.

ENTRADA SOLEMNE – PROCESIÓN
(Tras la lectura del relato evangélico de la entrada de Jesús en Jerusalén, convendría CANTAR una aclamación o canto fácil y que exprese la alabanza (por ejemplo: “Alabaré, alabaré, alabaré a mi Señor” u otro conocido por la Comunidad), que pueda ir repitiéndose en la procesión.

Realizada la MONICIÓN a la procesión y su significado, se inicia la marcha, acompañada por el canto, hasta el lugar de la Eucaristía (o de la Celebración de la Palabra). Llegados al presbiterio, el Presidente realiza la oración de la comunidad, antes de iniciar la Liturgia de la Palabra.

En las celebraciones que no tiene lugar la Bendición de Ramos fuera del templo y tampoco se realiza la procesión, tras la monición y el canto de entrada, se realiza el ACTO PENITENCIAL).

: : . . . - L A -- E U C A R I S T Í A - . . . : :



ACTO PENITENCIAL
+ Tú, rey humilde y sencillo, que muestras tu Amor a todas las personas. SEÑOR, TEN PIEDAD.

+ Tú, que te entregaste libremente por cada uno de nosotros. CRISTO, TEN PIEDAD.

+ Tú, que te solidarizas con los hombres hasta el fin, tomando la condición de los más necesitados. SEÑOR, TEN PIEDAD.

Danos, Señor, tu gracia y tu perdón, y acoge las limitaciones de nuestra vida.

ORACIÓN
OREMOS: Dios y Padre nuestro, origen de todo bien: Tú quisiste que nuestro Salvador se hiciese hombre y muriese en la cruz para mostrarnos así tu amor. En este Domingo de Ramos, queremos pedirte que nos concedas la fuerza para saber acompañar a Jesús con una vida de entrega y compromiso en favor de los hermanos que sufren y necesitan que alguien les ayude a llevar la cruz. Por el mismo Jesucristo nuestro Señor.
Moniciones a las lecturas
1ª Lectura: Isaías 50, 4-7
Hoy, Domingo de Ramos, todo quiere ayudarnos para así llegar preparados a la escucha y meditación del relato de la Pasión del Señor. Esta lectura de Isaías nos describe cómo el mismo profeta escucha y medita cada día esa Palabra para transmitirla como mensajero al pueblo. Así presenta la figura del Siervo de Yahvé, quien tiene la misión de ser aliento para los abatidos, y es que Dios mismo está en el sufrimiento del Siervo y ese sufrimiento se convertirá en redentor. Escuchamos.

2ª Lectura: Filipenses 2, 6-11
El apóstol Pablo nos ofrece, -en esta especie de himno-, su experiencia y lo que descubre, y la describe así: Cristo prefirió compartir la tragedia humana desde dentro, para así poder salvar a la humanidad; por eso, se despojó de su rango y se entregó hasta la muerte. Pero Dios Padre, resucitándole de entre los muertos, le da la razón y le glorifica, convirtiéndolo en el centro de toda la historia. Acogemos esta reflexión del apóstol.

Evangelio: Lucas 22, 14 – 23, 56
La figura del Siervo de Yahvé que nos presentaba el profeta, encuentra en Jesús su plena realización. Después de una vida dedicada, anunciando el bien y la Buena Noticia, llega el misterio de la Cruz, asumiendo los caminos de Dios-Padre y obedeciéndole hasta el final. El relato de la Pasión que ahora escucharemos, nos presenta el camino que recorrió Jesús hasta llegar a la muerte en el Calvario, dejándonos a las puertas de la resurrección. Nos preparamos a esta escucha y meditación.
Oración de los fieles
En este clima de encuentro y celebración, le presentamos al Padre todas nuestras necesidades, las de la Iglesia y las de toda la humanidad.

1.- Por la Iglesia y sus ministros, para que anuncien y vivan el misterio de la Cruz con actitud de servicio, apostando por los más pobres. OREMOS AL SEÑOR.

2.- Te pedimos, Señor, una vez más, por la PAZ en todo el mundo y por cuantos viven en situación de conflicto, para que los que tienen una responsabilidad, trabajen por la reconciliación y la justicia. OREMOS AL SEÑOR.

3.- Por todos los que sufren, en su cuerpo o en su espíritu, para que el dolor y la tristeza nos les impida seguir creyendo en aquél que ha dado su vida por todos nosotros, por amor y solidaridad. OREMOS AL SEÑOR.

4.- Por tantos hombres y mujeres que se afanan desinteresadamente en ayudar a los demás, para que hagamos nuestros los mismos sentimientos de Cristo Jesús y seamos portadores de esperanza. OREMOS AL SEÑOR.

5.- Para que en nuestra Comunidad aprendamos a compartir el sufrimiento de nuestros hermanos. Haznos cercanos a todos ellos. OREMOS AL SEÑOR.
Presentación de las ofrendas
NOTA: ofrecemos diversos "SIGNOS" que nos parecen posibles, "fáciles" y que expresan el significado y el caminar de la Comunidad Cristiana en este tiempo de Cuaresma.

POR FAVOR: que nadie piense que hay que hacer todos ellos. Que cada Comunidad, o Grupo de Liturgia los escoja y los adapte a su realidad.


OFRENDA DEL FINAL DE LA VIDA
(Por lógica la debe hacer una de las personas mayores de la comunidad)

ORACIÓN – EXPLICACIÓN: Mira, Señor, aquí estoy, con la vida ya a las espaldas. Tú has sido generoso al regalarme tantos días. Yo quiero hoy ofrecerte no sólo la vida sino también la muerte. Quiero hoy que la unas a la muerte de tu Hijo Jesucristo, pues solo así tendrá sentido, y me abre a la esperanza de poder participar de su resurrección.

OFRENDA DE LA MARGINACIÓN
(La debe hacer uno de los jóvenes de la comunidad, aunque, con toda seguridad, él no sea víctima de alguno de esos muchos problemas)

ORACIÓN – EXPLICACIÓN: Por mi parte, Señor, te traigo los golpes de dolor que sufren hoy tantos jóvenes, compañeros míos, aunque sólo sean por la edad. Ahí están: el paro y la falta de ilusión ante el oscuro futuro, la droga, el sida, los grupos y tribus marginales, el apego al alcohol y tantas lacras. En nombre de todos, te pido que unas nuestros sufrimientos a los de tu Hijo Jesucristo.

OFRENDA DEL TERCER MUNDO
(La puede hacer otro joven o, de existir en la comunidad, un miembro de alguna ONG)

ORACIÓN – EXPLICACIÓN: A mí me corresponde, Señor, traerte otro de los sufrimientos que rompe tu corazón de Padre, pues implica a una buena parte de la humanidad. Te ofrezco el hambre, la miseria y el subdesarrollo del Tercer Mundo. También te traigo las semillas de la esperanza de tantas y tantas personas del Primer Mundo, que son sensibles con los problemas de los más pobres del mundo. Que no muera ningún justo más sin sentido, que no se te escapen sus lágrimas y sus lamentos. Que crezcan los que se comprometen en el cambio de la sociedad y del mundo.

PROGRAMA DE LAS CELEBRACIONES DE LA SEMANA SANTA
(Alguien del Consejo Pastoral presenta la HOJA de todos los encuentros, celebraciones y acciones que se den en la Comunidad durante esta Semana Santa)

ORACIÓN – EXPLICACIÓN: Yo te quiero ofrecer, Señor, todos los esfuerzos de nuestra Comunidad de cara a estos días santos para vivir de cerca todo cuanto nos ofrece tu Hijo amado. Te volvemos a presentar su ofrenda, inmensa y creadora de vida. Concédenos, te pedimos, vivir una experiencia NUEVA en esta Semana Santa y poder así disfrutar con Él y contigo de la alegría de la resurrección y de la Vida.
Prefacio
(De pie, toda la comunidad se dispone a participar en la oración de Acción de Gracias que pronuncia el Presidente, diciendo: «CRISTO, POR NOSOTROS, SE SOMETIÓ A LA MUERTE EN LA CRUZ»).

Uníos todos a mi acción de gracias,
no acalléis vuestras voces,
ni templéis vuestros calificativos,
por el Señor, Jesucristo,
el mismo Hijo primogénito de Dios,
la Palabra eterna,
que se hizo como uno de nosotros
y obedeció la voluntad del Padre,
sin ofrecer alguna resistencia.
R/. CRISTO, POR NOSOTROS, SE SOMETIÓ A LA MUERTE EN LA CRUZ.

Toda su vida, desde sus inicios,
fue una preparación para su hora,
el momento definitivo de jugarse la vida
entre pedirle a Dios que hiciera pasar su cáliz
o entregarse al cumplimiento de su voluntad.
Y vencida la sombra de la tentación,
nada le frenó para subir, primero, a Jerusalén
y, después, afrontar su pasión y muerte,
hasta el mismo momento de poner su espíritu
en manos del propio Dios.
R/. CRISTO, POR NOSOTROS, SE SOMETIÓ A LA MUERTE EN LA CRUZ.

Criado en la cercanía del corazón del Padre,
conocía, desde siempre, su plan de salvación,
la locura del amor,
que no le permitía dejar por el camino
a ninguno de los hombres,
que Él soñó, desde el principio,
como el espejo de su ser en este mundo.
Y ésa fue la fortaleza
que le mantuvo en los duros momentos de la desolación,
cuando a solas consigo mismo,
sintiéndose abandonado del mismo Dios,
hubo de sufrir en su propia carne
las huellas y las marcas del desamor.
R/. CRISTO, POR NOSOTROS, SE SOMETIÓ A LA MUERTE EN LA CRUZ.

Con las manos clavadas en la cruz,
en un interminable abrazo,
nos regaló a su madre, como madre de todos,
recordándonos nuestra comprometida fraternidad.
Desde entonces, somos cainitas,
cuando cerramos a alguien nuestro corazón
o apretamos nuestros puños
y no abrimos las manos
y formamos el corro del amor.
R/. CRISTO, POR NOSOTROS, SE SOMETIÓ A LA MUERTE EN LA CRUZ.

Que nuestra alabanza y acción de gracias
se vuelvan también lucha responsable
para que, nunca más, ninguno de los hombres
sufran sin sentido bajo el imperio de la injusticia,
ni nuestras manos se manchen de sangre,
ni hagamos de nuestro bienestar
el subdesarrollo de los otros.
Porque no dejaste morir para siempre
a tu Hijo clavado en la cruz,
tenemos derecho a soñar otro mundo
y obligación para que sea una realidad.
R/. CRISTO, POR NOSOTROS, SE SOMETIÓ A LA MUERTE EN LA CRUZ.
Monición de Despedida
DESPEDIDA
Hermanos: hemos sido fortalecidos con la Palabra y con la Eucaristía. Ojalá estemos dispuestos a subir a Jerusalén, y hacer presente el acontecimiento y el mensaje de Jesús en medio de nuestro mundo. Que en estos días sagrados sepamos acompañar a este Señor y Maestro y, así aprendamos a estar también más cerca de los hermanos que sufren la angustia, la soledad, la incomprensión, las injusticias. ¡Feliz, profunda y “cristiana” Semana Santa!

BENDICION

+ Que el Dios Padre de misericordia, que en la pasión de su Hijo nos ha dado ejemplo de amor, nos conceda, por nuestra entrega a Él y a las personas, la mejor de sus bendiciones. R/. Amén.

+ Y que, gracias a la muerte temporal de Cristo, alejó de nosotros la muerte eterna, obtengamos el gozo de una vida plena. R/. Amén.

+ Y así, imitando su ejemplo de una vida de humildad, generosidad y solidaridad con todos las personas, participemos un día en su resurrección gloriosa. R/. Amén.

+ Y que la bendición de Dios,  Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre todos nosotros y nos acompañe siempre. R/. Amén.
Reflexión para este día
“Cristo por nosotros se sometió a la muerte
y una muerte de cruz.
Por eso, Dios lo levantó sobre todo”
 (Flp 2, 8-9)




Ya estamos. Hemos llegado. Son los DÍAS santos, inmensos, impresionantes: días cargados de misterio de Dios, del AMOR: un hombre entrega TODA SU VIDA en favor de los demás. Al final de los días se nos dirá queÉl es el camino, la puerta de la PASCUA, de la liberación.

La SEMANA SANTA es el anuncio de la PASCUA. Ha terminado ya el recorrido cuaresmal y es la hora de la verdad, querámoslo asumir o no: estamos con Él o “pasamos” de Él. Es un examen decisivo.

El DOMINGO de RAMOS es la puerta de esta semana, cargada de fuerza y de significado.HOY aclamamos a Cristo Jesús: Él es nuestro Salvador, el Mesías. Los próximos días habrá que ACOMPAÑARLE para descubrir en profundidad su forma de vivir, de entregarse e, incluso, de morir. Es necesario.
¡ FELIZ y “CRISTIANA” SEMANA SANTA!
(No olvidemos que hay “Semanas Santas”
que tienen muy poco de “cristianas”).

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