ENTRADA
Bienvenidos, hermanos y hermanas, a la fiesta de las bodas de Jesucristo con su comunidad.
Hoy, la Palabra de Dios nos invita a hacer todo lo que Él nos diga. Jesús quiere que transformemos el agua amarga de la vida en el vino de la fiesta, la tristeza en alegría y el odio en amor.
La vida cristiana, a pesar de las luchas y fracasos, es una llamada a colaborar con Cristo en la transformación de nuestra vida y del mundo.
Celebremos la fiesta de la Eucaristía y entonemos el canto de entrada.
MONICIÓN A LA PRIMERA LECTURA
Dios visita de nuevo a su pueblo. Dios perdona a Israel una vez más y lo desposa consigo.
El profeta nos recuerda a los creyentes que el Dios que es totalmente otro es también el Dios totalmente con nosotros, amándonos a cada uno como a una esposa.
Escuchemos la proclamación de la Palabra de Dios.
MONICIÓN A LA SEGUNDA LECTURA
La comunidad de Corinto es la comunidad del entusiasmo, de los carismas y del gozo.
Pablo les recuerda y nos recuerda que hay muchos dones pero un solo dador; que hay diferentes dones pero un solo objetivo: el bien de la comunidad. Los dones de Dios son para ponerlos a disposición de la familia, de la Iglesia y del mundo.
Escuchemos la proclamación de la Palabra de Dios.
MONICIÓN AL EVANGELIO
El primer signo de Jesús revela algo de la persona y de la misión de Jesús.
Es un reto que nos lleva a creer en Jesús y a dar gloria a Dios.
Y nos invita a celebrar la nueva alianza, la nueva boda de Dios con su pueblo.
Jesús viene a desposarnos con Dios, a traernos el vino nuevo de la alegría y del amor.
Escuchemos la proclamación del Evangelio.
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