22 enero 2016

Dios ha visitado a su pueblo

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Salmo misionero
Concede, Señor, a todos los niños del mundo,
Que también hoy,

en todos los lugares de la tierra,
haya Reyes Magos que porten sus regalos:
El cofre dela paz a quienes crecen en la guerra,

El cofre del amor a quienes nacieron olvidados,
El cofre de la justicia a quienes mueren perseguidos,
El cofre de la felicidad a quienes detestan la vida,
El cofre de la amistad a quienes juegan con armas;
El regalo del alimento a quienes pasan hambre, 
El regalo del vestido a quienes sienten frío,
El regalo del agua a quienes padecen sed,
El regalo de la palabra a quienes carecen de cultura
El regalo de “reyes” que gobiernen con equidad

A todos los pueblos del mundo.
Y concédenos a nosotros ser tus misioneros,
Y a tus misioneros, ser “Reyes Magos”
De tu Pan, de tu Palabra, de ti, Señor.
Palabra de Dios
Jesús se dirigió a una ciudad llamada Naím, acompañado de sus discípulos y de una gran multitud. Justamente cuando se acercaba a la puerta de la ciudad, llevaban a enterrar al hijo único de una mujer viuda, y mucha gente del lugar la acompañaba. Al verla, el Señor se conmovió y le dijo: «No llores». Después se acercó y tocó el féretro. Los que lo llevaban se detuvieron y Jesús dijo: «Joven, Yo te lo ordeno, levántate».
El muerto se incorporó y empezó a hablar. y Jesús se lo entregó a su madre.
Todos quedaron sobrecogidos de temor y alababan a Dios, diciendo: «Un gran profeta ha aparecido en medio de nosotros y Dios ha visitado a su Pueblo».
El rumor de lo Jesús acababa de hacer se difundió por toda la Judea y en toda la región vecina.
Lucas 7, 11-17
Compartiendo la Palabra
Lucas nos ha descrito la trágica situación de la mujer. Es una viuda, sin esposo que la cuide y proteja en aquella sociedad controlada por los varones. Le quedaba solo un hijo, pero también éste acaba de morir.
La mujer no dice nada. Solo llora su dolor. ¿Qué será de ella?
El encuentro ha sido inesperado. Jesús venía a anunciar también en Naín la Buena Noticia de Dios. ¿Cuál será su reacción? Según el relato, “el Señor la miró, se conmovió y le dijo: No llores”. Es difícil describir mejor al Profeta de la compasión de Dios.
No conoce a la mujer, pero la mira detenidamente. Capta su dolor y soledad, y se conmueve hasta las entrañas. El abatimiento de aquella mujer le llega hasta dentro. Su reacción es inmediata: “No llores”. Jesús no puede ver a nadie llorando. Necesita intervenir.
Se acerca al féretro, detiene el entierro y dice al muerto: “Muchacho, a ti te lo digo, levántate”. Cuando el joven se reincorpora y comienza a hablar, Jesús “lo entrega a su madre” para que deje de llorar. De nuevo están juntos. La madre ya no estará sola.
El relato invita a sus lectores a que vean en él la revelación de Dios como Misterio de compasión y Fuerza de vida. Así es la compasión de Dios
Oración
Presentemos a Dios Padre, por intercesión de San Juan Bosco nuestras oraciones por todos los hombres del mundo. Respondemos: Padre, escúchanos.
– Por todos los evangelizadores, especialmente por los que están cansados , por los que son perseguidos, por los que se sienten solos, para que a todos se mani este la cercanía y la delidad de Dios. Oremos al Señor
– Por todos los niños y jóvenes para que encuentren siempre una mano amiga que les lleve a Dios. Oremos al Señor.
– Por todos los que buscan algo en sus vidas y no ven respuestas, para que encuentren en Jesús la verdadera respuesta a sus vidas. Oremos al Señor.
– Para que todos seamos fortalecidos por el sacramento del amor viviendo en comunión los unos con los otros. Oremos al Señor.

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