24 noviembre 2015

I Domingo de Adviento: Misa con niños I



Domingo1° de adviento – (29 de noviembre de 2015)
Comienza el ciclo dominical “C”

1- Entrada:

¡Bienvenidos hermanos! Vamos a dar comienzo a un nuevo año litúrgico, y como siempre empezamos con el Adviento, tiempo de preparación para la venida de Jesús.

Nota: se ha hecho común en nuestra liturgia utilizar una corona de velas para marcar el ritmo del Adviento. Les proponemos aquí una oración para encender la primera de las velas. En el guión para jóvenes ofrecemos otra forma de hacerlo para que tengan dos opciones. También pueden buscar más alternativas en internet.
Luego del saludo inicial la persona designada enciende la primera de las velas mientras el sacerdote o el guía dice:

Encendemos, Señor, esta luz,
como aquél que enciende su lámpara
para salir, en la noche,
al encuentro del amigo que ya viene.
En esta primera semana del Adviento
queremos levantarnos para esperarte preparados,
para recibirte con alegría.
Muchas sombras nos envuelven.
Muchos halagos nos adormecen.
Queremos estar despiertos y vigilantes,
porque Vos nos traés la luz más clara,
la paz más profunda y la alegría más verdadera.
¡Ven, Señor Jesús!



2- Liturgia de la Palabra:

Para vivir como le gusta a Dios hay que escuchar su Palabra. Por eso, ahora, hacemos silencio y prestamos atención.


3- Oración de los fieles:

Porque no nos queremos conformar con una vida mediocre y queremos progresar en el amor, acudimos a Dios, diciéndole: Señor, danos tu salvación.

-      Te pedimos por todos los que se comprometen al servicio de la Iglesia, para que nunca les falte la esperanza.
-      Te pedimos por los cristianos perseguidos para que fortalezcas su corazón.
-      Te pedimos para que las preocupaciones de la vida no nos distraigan de Ti.
-      Te pedimos por nosotros, para que vengas a nuestro corazón y nos llenes con tu amor.

4- Ofrendas:

Preparemos la mesa para compartir el Pan. Acerquemos al altar nuestras ofrendas, mientras cantamos.

5- Comunión:

Queremos recibir a Jesús en nuestra vida. Quienes pueden recibirlo en la Eucaristía, acérquense. Quienes todavía no pueden hacerlo, pídanle con una oración que venga a sus corazones y que pronto puedan hacerlo. Cantamos.

6- Despedida:

Así empezamos este camino de preparación que concluirá en el pesebre, con el nacimiento de Jesús. Por eso, nos despedimos alegres pero manteniendo el corazón atento, reforzando nuestras oraciones. ¡Cantemos!
 



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