Domingo1° de adviento – (29
de noviembre de 2015)
Comienza el ciclo
dominical “C”
1-
Entrada:
¡Bienvenidos
hermanos! Vamos a dar comienzo a un nuevo año litúrgico, y como siempre
empezamos con el Adviento, tiempo de preparación para la venida de Jesús.
Nota: se ha hecho común
en nuestra liturgia utilizar una corona de velas para marcar el ritmo del
Adviento. Les proponemos aquí una oración para encender la primera de las
velas. En el guión para jóvenes ofrecemos otra forma de hacerlo para que tengan
dos opciones. También pueden buscar más alternativas en internet.
Luego del saludo inicial la persona designada enciende la primera de las
velas mientras el sacerdote o el guía dice:
Encendemos, Señor,
esta luz,
como aquél que
enciende su lámpara
para salir, en la
noche,
al encuentro del
amigo que ya viene.
En esta primera
semana del Adviento
queremos
levantarnos para esperarte preparados,
para recibirte con
alegría.
Muchas sombras nos
envuelven.
Muchos halagos nos
adormecen.
Queremos estar
despiertos y vigilantes,
porque Vos nos
traés la luz más clara,
la paz más profunda
y la alegría más verdadera.
¡Ven,
Señor Jesús!
2-
Liturgia de la Palabra:
Para vivir como le gusta a
Dios hay que escuchar su Palabra. Por eso, ahora, hacemos silencio y prestamos
atención.
3-
Oración de los fieles:
Porque no nos queremos conformar con una vida mediocre y queremos
progresar en el amor, acudimos a Dios, diciéndole: Señor, danos tu
salvación.
- Te
pedimos por todos los que se comprometen al servicio de la Iglesia, para que
nunca les falte la esperanza.
- Te pedimos
por los cristianos perseguidos para que fortalezcas su corazón.
- Te
pedimos para que las preocupaciones de la vida no nos distraigan de Ti.
- Te
pedimos por nosotros, para que vengas a nuestro corazón y nos llenes con tu
amor.
4-
Ofrendas:
Preparemos la mesa
para compartir el Pan. Acerquemos al altar nuestras ofrendas, mientras
cantamos.
5- Comunión:
Queremos recibir a Jesús en nuestra vida. Quienes pueden recibirlo en la
Eucaristía, acérquense. Quienes todavía no pueden hacerlo, pídanle con una oración
que venga a sus corazones y que pronto puedan hacerlo. Cantamos.
6-
Despedida:
Así empezamos este
camino de preparación que concluirá en el pesebre, con el nacimiento de Jesús.
Por eso, nos despedimos alegres pero manteniendo el corazón atento, reforzando
nuestras oraciones. ¡Cantemos!
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