10 noviembre 2015

Domingo 15 noviembre: recursos

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LOS CRISTIANOS HOY DEBEMOS APRENDER A… DISCERNIR SENTIDO DEL APRENDIZAJE
Hoy está muy de moda la palabra “discernir”. Pero sería necesario apurar bien su significado para acertar con aquello que supone un hábito en la vida de cada día. Hay que saber “leer la vida”, que es lo que tantas veces hizo Jesús, como leemos hoy en el evangelio. Hay que “discernir” los signos de los tiempos, hay que “discernir” cuáles son los caminos que llevan a más vida y los que llevan a más muerte, hay que “discernir” el propio proyecto vital como individuo y como pareja o como comunidad, hay que “discernir” las políticas y los sistemas. Hay que apurar la mirada para prever el futuro posible, que no otra era la función de los profetas, la función de Jesús. Y todos nosotros hemos sido llamados a ejercer esa “profecía” del discernimiento para nuestro propio bien, para el bien de los que nos son cercanos, y para bien de la sociedad y del mundo.
UN TEXTO
«Los cristianos, a quienes les ha sido prometido que el Espíritu de Dios se infundirá en sus corazones, debieran saber que los principios de la racionalidad ética, o los de la moral general, o los de la obediencia eclesial…, son ciertamente necesarios, pero no su cientes para un adecuado conocimiento y cumplimiento de lo que Dios quiere de cada uno aquí y ahora…

…La Ley, o el magisterio, o las prácticas eclesiásticas no bastan, porque las situaciones históricas concretas son in nitamente diversas y constantemente cambiantes, y porque hay que realizar el designio de Dios en la situación histórica concreta y cambiante en la que a cada uno de nosotros le ha tocado vivir. Por eso hay que estar en constante discernimiento…
…Podríamos decir que la actitud de discernimiento es lo que más propiamente caracteriza al cristiano en el ámbito de la conducta. Porque lo más especí co de la conducta cristiana es que no está sujeta a un código preestablecido, a un sistema de leyes morales o de prácticas rituales o cultuales -y menos todavía a un conjunto de «tabús» tradicionales, tan propio de algunas formas religiosas primitivas-, sino regida por el ejercicio responsable, en la «libertad de hijos» (…), la vida de hijos, que ya no será la vida de sumisión a una Ley extrínseca, sino el ejercicio de una libre y amorosa responsabilidad, en la que todos y cada uno han de «discernir lo que es mejor» (Flp 1,9), lo que verdaderamente corresponde a un comportamiento de hijos, lo que pueda ser, en cada situación concreta, más agradable al Padre y lo que más pueda contribuir a hacer efectiva la filiación de todos en la fraternidad.
…Nunca se subrayará bastante la centralidad del discernimiento en la vida cristiana …La tentación permanente del cristiano es la de «volver a la esclavitud», la de no asumir la responsabilidad de su filiación y de su libertad, la de buscar una seguridad cómoda en el simple cumplimiento de la ley y de la norma extrínseca, de las prácticas consuetudinarias o de las tradiciones no discernidas, la de huir de la molestia de tener que examinar cada caso y decidir por una verdadera y responsable opción propia y personal (aunque enmarcada y contrastada con el sentir de la comunidad de fe en que hinca sus raíces toda vida cristiana): en de nitiva, la tentación de «alienarse» en la irresponsabilidad, el conformismo, el tradicionalismo «borde» o el infantilismo. Este tipo de actitudes, por desgracia demasiado frecuentes, son como la carcoma que roe y seca la savia de nuestro cristianismo».
Josep Vives, S.J.
UNA CANCIÓN
No es fácil andar por la vida interpretando la realidad que vemos, porque muchas veces no miramos más que con los ojos. Jesús veía la higuera y soñaba con el verano. Sabía “discernir” y “leer” la realidad. Tenemos que ver el mundo del color… que no se ve.
“Que no se ve” (Teresa Prodi) https://www.youtube.com/watch?v=gd25WHaqoYc
Cuánta poesía tiene la vida que no se ve,
cuánto milagro, pan cotidiano que no se ve.
Vaya a saber cómo se mira, que no se ve.
Cuánto se olvida que no se ve,
cuánto se pierde que no se ve.
Vamos buscando tan apurados quién sabe qué,
hasta que un día nos damos cuenta cuándo se fue.
Vaya a saber con qué indulgencia -que no se ve-
nos perdonamos más de una vez 

lo que dejamos, que no se ve
Sé que no es tarde, que nunca es tarde para aprender.
Que si te quiero debo decirlo más de una vez.
Vuelvo a nacer cada mañana, vuelvo a nacer.
Voy tras de aquello que no se ve.
Qué maravilla, canto a la vida, vuelvo a nacer.

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