¡QUÉ MANDÁIS HACER DE MÍ!
Día de San José – Día del Seminario
(Día del Padre – Día del Patrón de la Iglesia)
1. MONICIÓN DE ENTRADA
Así le gustaba, a San Pablo, presentarse ante en sus cartas a las comunidades cristianas: ¡APOSTOL POR GRACIA!
En este 19 de marzo, festividad de San José – Esposo de la Virgen María, celebramos muchas cosas: el día del padre; el día del Patrón de la Iglesia y el Día del Seminario.
Damos gracias a Dios por nuestros padres; ellos hicieron posible nuestra existencia y nos ayudan a crecer espiritual y físicamente.
Damos gracias a Dios por San José. El, hombre obediente, pobre, humilde, sencillo y modelo de fe, es el protector de la Iglesia.
Damos gracias a Dios y, además, pedimos por las vocaciones sacerdotales. Necesitamos de personas que nos lleven al encuentro de Jesucristo.
Pongámonos de pie e iniciemos con alegría esta Eucaristía en honor de San José
2. PENITENCIAL
2.1. San José era buena persona. Tenía buen corazón. Pidamos al Señor perdón por aquellos momentos en los que no tenemos sentimientos de bondad. Señor, ten piedad
2.2. San José era trabajador. Pidamos perdón al Señor, por la pereza que a veces rodea todo lo que hacemos y somos. Cristo, ten piedad
2.3. San José era responsable en la educación de Jesús. Pidamos perdón por aquellos padres que olvidan educar a sus hijos como auténticos cristianos. Señor, ten piedad
3. MONICIÓN A LAS LECTURAS
Las lecturas que vamos a escuchar en este día nos hablan de la generosidad de Dios sin límites; nos recuerda la historia de Abraham –que como la de San José- fue una historia de fe y de confianza en Dios. Finalmente, en el evangelio, escucharemos una vez más, el famoso relato de la Anunciación de José. ¿Qué hizo El? Guardó silencio, se fio y obedeció. Escuchemos con atención.
4. ORACIÓN DE LOS FIELES
4.1. Un recuerdo especial por la Iglesia. Que en este día, en el que celebra a su Patrón San José, se deje guiar y llevar por las virtudes que fueron grandes en El: obediencia, humildad, sencillez y entrega. Roguemos al Señor.
4.2. Una oración sentida por los Seminarios de todo el mundo. Por todos los jóvenes que se preparan para ser sacerdotes. Para que se preparen con esmero e ilusión con una buena formación humana y cristiana. Roguemos al Señor.
4.3. No olvidemos a nuestros padres. Hoy es el DIA DEL PADRE. Para que seamos agradecidos con ellos. Para que se tomen más en serio la familia y la educación cristiana de los hijos. Como lo hizo San José. Roguemos al Señor.
4.4. Recemos, además, por tantas congregaciones que llevan el nombre de San José. Pidamos por los pobres. Tengamos una súplica especial por los que se encuentran gravemente enfermos. Roguemos al Señor.
4.5. Finalmente pidamos por los carpinteros. Por todos los que trabajan en la madera. Para que cómo San José, santifiquen sus vidas con un buen ejemplo y un buen trabajo. Roguemos al Señor.
5. OFRENDAS
5.1. Con el cartel del Día del Seminario “QUÉ MANDÁIS HACER DE MI” queremos llevar hasta el altar el deseo de que nunca nos falten en nuestras parroquias, sacerdotes que nos hablan y hagan presente el Misterio de Dios. (Si no hay un cartel se puede ofrecer, por ejemplo, una lámpara, unas sandalias, unas manos, etc.)
5.2. Con el serrón, el martillo y unas maderas, queremos agradecer a Dios la colaboración de San José en la Redención. Su silencio, su valentía y su bondad fueron bendecidas por el Señor
5.3. Con la palabra “FELICIDADES” queremos expresar, en este día del padre, nuestra acción de gracias a nuestros padres: gracias por la vida, gracias por la educación, gracias por la fe, gracias por enseñarnos a distinguir entre el bien y el mal. Gracias por todo, padres
5.4. Con el pan y el vino, hoy más que nunca, queremos simbolizar todo el esfuerzo, el sufrimiento y el sacrificio que realizan nuestros padres en medio de nuestras familias. Que el Señor los transforme el alimento de vida eterna.
6. ORACION FINAL
GRACIAS SAN JOSÉ, POR TU SILENCIO
No dijiste nada, pero hiciste mucho
Tus palabras no las recogió nadie
pero tu huella hoy sigue viva
GRACIAS SAN JOSÉ, POR TU SILENCIO
No hiciste excesivo ruido
No se te vio demasiado
No quisiste ser protagonista
GRACIAS SAN JOSÉ, POR TU SILENCIO
Tu felicidad fue acompañar a la Virgen
Tu alegría fue ver crecer a Jesús
Tu fe estuvo sostenida por Dios
GRACIAS SAN JOSÉ, POR TU SILENCIO
Tuviste dudas, pero seguiste caminando
Tuviste sueños, y un ángel en ellos habló
Tuviste momentos malos, pero el ángel te consoló
GRACIAS SAN JOSÉ, POR TU SILENCIO
Fuiste como un padre para Jesús
Fuiste auténtico esposo de la Virgen
Fuiste trabajador en tu taller
Fuiste hombre de bien y de fe
GRACIAS SAN JOSÉ, POR TU SILENCIO
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