05 enero 2015

Guión Litúrgico 3. La Epifanía del Señor, 6 de enero

MARTES 6 DE ENERO DE 2015
SOLEMNIDAD DE LA EPIFANÍA DEL SEÑOR

PREPARACIÓN: 
Antes de la salida del celebrante

Celebramos hoy la Solemnidad de la Epifanía del Señor: la manifestación de Dios a todos los hombres, en su Hijo, Jesucristo, el Mesías. Precisamente, los Magos del relato evangélico, venidos de Oriente, simbolizan a los hombres de todas las razas y de todos los pueblos que descubren en Cristo al Hijo de Dios.

AMBIENTACIÓN: 
Luego del saludo inicial y antes del acto penitencial

Hoy es el día en que conmemoramos, revivimos, el momento en el que Dios se manifiesta a los gentiles, es decir, cuando el Señor abre las puertas de su Reino a todos los hombres, sean o no hebreos, pertenezcan o no al pueblo judío. Hoy el Señor destruye todas las fronteras: con el nacimiento de Cristo una nueva estrella se enciende en lo alto de los cielos, su luz brilla con claridad y fuerza, es un signo visible del amor de Dios, de su llamada insistente y persuasiva para que cada uno siga el camino marcado por la luz de la fe en Cristo, un camino distinto para cada uno, pero igual para todos ya que a todos, sin distinciones, nos llama Dios a ser santos.

1ª. LECTURA:  (Is 60, 1-6)     (Ver texto)

En esta profecía de Isaías, debemos contemplar a la Iglesia que es iluminada por la gloria del Mesías. Ella ha de convertirse en luz de todas las naciones, que acudirán para adorar el nombre del Señor.


SALMO RESP.:      (71, 1-2. 7-8. 10-13)    (Ver texto)

                   R.   Pueblos de la tierra alaben al Señor.  

2ª. LECTURA:     (Ef 3, 2--6)     (Ver texto)

El Apóstol nos dice que el mensaje salvador de Cristo alcanza a todos los pueblos, coherederos con el pueblo judío, de la misma gracia. 

EVANGELIO:    ( Mt 2, 1-12)    (Ver texto)

Cristo es la Luz, y con su estrella quiere guiarnos hacia Él. Hoy, como hace dos mil años, sigamos esa estrella y adoremos al Mesías, a quien ahora aclamamos cantando el Aleluya.

ORACIÓN DE LOS FIELES:

CELEBRANTE:

Y ahora, queridos hermanos, con toda humildad y confianza, presentemos nuestra oración al Padre, llenos de fe en esta fiesta de la manifestación del Salvador, adorado por los magos.

GUÍA:  A cada una de las peticiones responderemos orando:

"QUE TU LUZ NOS GUÍE SIEMPRE, SEÑOR"

v Padre, al pedirte por la Iglesia y el Papa Francisco, queremos que la fiesta de la epifanía del Señor nos anime a buscar siempre a Dios y a ser anunciadores y evangelizadores de su presencia entre nosotros, y por eso te pedimos...

v Padre, queremos que en nuestra Iglesia diocesana, bajo la guía de nuestro Obispo y nuestros sacerdotes, nuestras manos siempre estén tendidas y nuestras puertas abiertas para que entre todo el que, con sincero corazón, busque la verdad y el verdadero rostro de Dios, y por eso te pedimos...

v Padre, al pedirte por nuestra Patria, para que todos los que la habitamos sepamos descubrir a Cristo como verdadero centro de nuestras vidas, te pedimos...

v Padre, al pedirte por los niños, para que sepamos hacerles descubrir que el gran regalo que nos haces, es el regalo de la fe, el regalo de la esperanza, el regalo del amor a Dios, te pedimos...

v Padre al pedirte por toda nuestra comunidad, para que purificando nuestro corazón y nuestra mirada, para ser verdaderos fermentos de unidad y amor entre los hombres, y con nuestras vidas iluminemos el camino de los que te buscan, te pedimos...

CELEBRANTE:

Acepta, Padre santo, las súplicas que te presentamos y concédenos caminar siempre como hijos de la luz, recorriendo con fe, esperanza y caridad el camino de la verdad y de la vida, manifestada por tu Hijo Jesucristo, Salvador del mundo. Que vive y reina por los siglos de los siglos.

PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS:

En estos dones del pan y del vino, Jesucristo se nos va a ofrecer como sacrificio y se nos va a dar como alimento. Ofrezcamos el oro, el incienso y la mirra de nuestras propias vidas, en un deseo de entregarnos como adoración a Dios.

Al término del “Lavatorio de Manos” y cuando el celebrante vuelve al centro del altar y antes de la oración siguiente, se hace poner de pie a la asamblea

DIÁLOGO DEL PREFACIO:
Al iniciarse el Prefacio (antes de "El Señor esté con vosotros")

Uniendo nuestros corazones y nuestras voces, elevemos nuestra acción de gracias al Padre, que nos ha dado a su Hijo para liberarnos de las tinieblas con la luz de su resurrección.

COMUNIÓN:

El Señor se nos ha manifestado en la Palabra proclamada, y ahora en su Cuerpo y en su Sangre que debemos compartir fraternalmente, ya que todos estamos invitados a sentarnos a la mesa del Reino.

COMUNIÓN ESPIRITUAL:
Al término de la distribución de la comunión.

Hermanos:
Todos aquellos que no han podido acercarse a recibir a Jesús Sacramentado, pueden hacer la Comunión Espiritual rezando la siguiente oración:

Creo Señor mío que estás realmente presente
en el Santísimo Sacramento del altar.
Te amo sobre todas las cosas y deseo
ardientemente recibirte dentro de mi alma;
pero, no pudiendo hacerlo  ahora sacramentalmente,
ven al menos espiritualmente a mi corazón.
Y como si te hubiese recibido, me abrazo
y me uno todo a Ti;
Oh Señor, no permitas que me separe de Ti.
Amén.

DESPEDIDA:

Al igual que aquellos hombres, que vinieron por un camino y se marcharon por otro; que vinieron con la ansiedad de quien busca y se marcharon con el gozo del que ha encontrado lo que tanto buscaban. El camino de ida era incierto y penoso, el de vuelta seguro y alegre... La estrella sigue brillando, "se han abierto los caminos divinos de la tierra", así nosotros debemos recorrerlos y encontrar a Cristo para seguir caminando con seguridad, con esperanza, con alegría y paz.

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