Queridos amigos y amigas:
¿Cómo encajar hoy el texto evangélico con las imágenes que tenemos de Maria? No me cuadra mucho una mujer que es capaz de gritar a los cuatro vientos la grandeza de Dios por las cosas que ha hecho en ella, las certezas que se dan en el mundo con las coronas que plantamos y las fiestas que organizamos.
Dejemos hablar a María, que nos explique lo que significa estar llena de Dios, plena de gracia para notar en nosotros la fuerza del Espíritu que también pueda invadir nuestro ser.
Si somos capaces de escuchar lo que nos habla puede que notemos un tono revolucionario en su pensar y sentir. Una cierta inquietud puede brotar de nuestros adentros ahora que nosotros sabemos el final de la vida que su hijo nos trajo.
Si somos capaces de escuchar lo que nos habla puede que notemos un tono revolucionario en su pensar y sentir. Una cierta inquietud puede brotar de nuestros adentros ahora que nosotros sabemos el final de la vida que su hijo nos trajo.
“Proclama mi Alma la grandeza del Señor”. Sólo desde la confianza puede llegar a decirse estas cosas. Sólo cuando existe unidad y unión entre las personas es cuando puede darse la confianza, el saber que tú estás ahí conmigo, apostando por mí y compartiendo mi vida y cuando yo apuesto por ti y comparto tu vida. Cuando nuestros lazos están unidos en una relación tal, que ambos sabemos que nada de los proyectos que existen van a fracasar. Confío en tu palabra, que siempre ha sido causa de vida y se ha cumplido. Confío porque te conozco, porque compartimos la vida, porque juntos andamos los caminos y reconozco en ello tu grandeza, porque haciéndote pequeño renuncias al poder que oprime, que mata la cultura y que envilece el amor. Confío en ti y sigo proclamando tu nombre a los cuatro vientos. Sé que cuentas conmigo como yo contigo y por ello “se alegra mi espíritu en Dios mi salvador”.
¡Qué alegría contarme entre los que trabajan contigo!. Seguramente tú puedas sentir la misma alegría que María. Sólo se necesita escuchar y aceptar el trabajo sencillo y humano, el de Dios que, abandonando todo lo que el hombre pensaba de su grandeza, se hizo PEQUEÑO Y POBRE.
Que Dios nos bendiga y seamos bendición para mucho.
Mª Jes
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