29 noviembre 2014

LITURGIA DE LA SOLEMNIDAD DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN

LITURGIA DE LA SOLEMNIDAD DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN     

 8 DE DICIEMBRE DE 2014

R I T O S    I N I C I A L E S

CANTO DE ENTRADA.
Que hermosa sois ¡Oh Madre Inmaculada!  El mismo Dios formó tanta beldad.  Te viste el sol tus pies calzan la luna, tu sien de estrellas coronada está.

¡Ah! Tiéndeme oh Madre una mirada de paz y amor me llene el corazón y con la fe que tu gracia me inspire ensalzaré tu Pura Concepción.

SALUDO Y MONICIÓN.

ACTO PENITENCIAL.

GLORIA.
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor.

ORACIÓN COLECTA.

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA.
Lectura del libro del Génesis 3, 9-15. 20.


Después que Adán comió del árbol, el Señor llamó al hombre: «¿Dónde estás?»
Él contestó: «Oí tu ruido en el jardín, me dio miedo, porque estaba desnudo, y me escondí.»
El Señor le replicó: «¿Quién te informó de que estabas desnudo? ¿Es que has comido del árbol del que te prohibí comer?»
Adán respondió: «La mujer que me diste como compañera me ofreció del fruto, y comí.»
El Señor dijo a la mujer: “¿Qué es lo que has hecho?”
Ella respondió: «La serpiente me engañó, y comí.»
El Señor Dios dijo a la serpiente: «Por haber hecho eso, serás maldita entre todo el ganado y todas las fieras del campo; te arrastrarás sobre el vientre y comerás polvo toda tu vida; establezco hostilidades entre ti y la mujer, entre tu estirpe y la suya; ella te herirá en la cabeza cuando tú la hieras en el talón.»
El hombre llamó a su mujer Eva, por ser la madre de todos los que viven.
                                     PALABRA DE DIOS

SALMO RESPONSORIAL.  Salmo 97.   
Antífona: Cantad al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas.

Cantad al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas: su diestra le ha dado la victoria, su santo brazo.

El Señor da a conocer su victoria, revela a las naciones su justicia: se acordó de su misericordia y su fidelidad a favor de la casa de Israel.

Los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios.  Aclama al Señor, tierra entera; gritad, vitoread, tocad.

SEGUNDA LECTURA.
Lectura de la carta del apóstol San Pablo a los Efesios 1, 3-6. 11-12.

Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en la persona de Cristo con toda clase de bienes espirituales y celestiales.
Él nos eligió en la persona de Cristo, antes de crear el mundo, para que fuésemos santos e irreprochables ante él por el amor.
Él nos ha destinado en la persona de Cristo, por pura iniciativa suya, a ser sus hijos, para que la gloria de su gracia, que tan generosamente nos ha concedido en su querido Hijo, redunde en alabanza suya.
Por su medio hemos heredado también nosotros.
A esto estábamos destinados por decisión del que hace todo según su voluntad.
Y así, nosotros, los que ya esperábamos en Cristo, seremos alabanza de su gloria.
                        PALABRA DE DIOS

ALELUYA.
Antífona: Alégrate, María, llena de gracia, el Señor está contigo; bendita tú eres entre las mujeres.

EVANGELIO.
Lectura del santo Evangelio según San Lucas 1, 26-38.

En aquél tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; la virgen se llamaba María.
El ángel, entrando en su presencia, dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo; bendita tú eres entre las mujeres.»
Ella se turbó ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquél.
El ángel le dijo: «No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios.  Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús.  Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.»
Y María dijo al ángel: «¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?»
El ángel le contestó: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios.
Ahí tienes a tu pariente Isabel, que, a pesar de su vejez, ha concebido un hijo, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible.»
María contestó: «Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.»
Y la dejó el ángel.
PALABRA  DEL SEÑOR

HOMILÍA.

CREDO.

ORACIÓN DE LOS FIELES.

LITURGIA EUCARÍSTICA

OFERTORIO.
Canto:
Por los niños que empiezan la vida, por los hombres sin techo ni hogar, por los pueblos que sufren la guerra, te ofrecemos el vino y el pan.

Pan y vino sobre el altar son ofrenda de amor.  Pan y vino serán después tu cuerpo y sangre, Señor. (Bis)

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS.

PREFACIO Y SANTO.

PLEGARIA EUCARÍSTICA.

RITO DE LA COMUNIÓN

PADRE NUESTRO.

RITO DE LA PAZ.

CORDERO DE DIOS.

COMUNIÓN.
Canto:
Santa María de la esperanza, mantén el ritmo de nuestra espera, mantén el ritmo de nuestra espera.

Nos diste al esperado de los tiempos, mil veces prometido en los profetas.  Y nosotros de nuevo deseamos que vuelva a repetirnos sus promesas.

Brillaste como aurora del gran Día, plantaba Dios su tienda en nuestro suelo.  Y nosotros soñamos con su vuelta, queremos la llegada de su reino.

Viviste con la cruz de la esperanza, tensando en el amor la larga espera.  Y nosotros buscamos con los hombres, el nuevo amanecer de nuestra tierra.

Esperaste, cuando todos vacilaban, el triunfo de Jesús sobre la muerte.  Y nosotros esperamos que su vida, anime nuestro mundo para siempre.

Otro canto:
Hija de Sión, alégrate.  Porque el Señor está en ti, Salvador y Rey.

Álzate y resplandece porque viene tu luz.  Sobre ti se alza la Gloria del Señor.  Mientras las tinieblas se extienden por la tierra.  Y yacen los pueblos en densa oscuridad.

Hacia tu luz caminarán las naciones.  Y los Reyes al fulgor de tu aurora.  Alza los ojos y mira en torno tuyo.  Todos tus hijos vienen a Ti.

Verás todo esto radiante de gozo.  Te llenarás de emoción.  Porque te llegan las riquezas de las gentes.  Y vienen a Ti los tesoros del mar.

Te llamarán “Ciudad del Señor”.  “Sión del Santo de Israel.  Porque haré de Tí un objeto de orgullo.  Causa de alegría por la eternidad.

Ya no será el Sol tu luz en el día.  Ni te alumbrará la claridad de la Luna.  Porque el Señor será tu luz eterna. Y tu belleza será tu Dios.

No se te ocultará nunca la Luna.  Ni tu Sol conocerá el ocaso.  Porque el Señor será tu Luz eterna.  Los días de tu duelo llegaron a su fin.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN.
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.

Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia
 –como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.

ORACIÓN.

RITO DE CONCLUSIÓN.

BENDICIÓN Y DESPEDIDA.
Canto.
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra: Dios te salve.  A ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a ti suspiramos, gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas.  Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos, y, después de este destierro, muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre.  ¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce Virgen María!

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