ATARDECE
Atardece…
el sol se marcha ya
dejando lugar al descanso.
En otros horizontes
resurgirán sus rayos
radiantes de vida
despertando a los pájaros
que entre melodiosos trinos
emprenderán raudos vuelos
anunciando el nuevo día,
invitando al trabajo,
al estudio, a las obras buenas
de hombres y mujeres
que aman a su prójimo.
Atardece…
los cuerpos fatigados
después de dura tarea
retornan a su morada
con ansias de hallar
el alivio reparador…
Un sitio acogedor
un diálogo que despeja
el cansancio que ya se aleja
entre risas y alegrías
de pequeños que no entienden
de trajines y problemas,
sólo tienen su mundo
de juguetes y fantasías.
Atardece…
la mente trata de ignorar
la dureza de aquel día
y en el silencio de la noche
buscará al fin reposo
para que el nuevo amanecer
portando frescas ilusiones
haga de la flamante jornada
una brillante labor
que permita hacer olvidar
los contratiempos vividos
las discusiones inútiles
que a ningún puerto llevan
y sólo la desdicha aumentan.
Atardece…
es hora de regresar al hogar
en busca de un lugar
donde al fin encontrar
rostros que me sonrían
manos que busquen las mías
una mesa bien tendida
con comida sencilla
que repare fuerzas perdidas
y que una a la familia
en una charla tranquila
donde todos compartimos
las pequeñas cosas que nos unen
y nos hacen tan felices.
19-2-2011
BENDITA ALEGRÍA
Alegría, bendita alegría…
quiero que seas la reina
de mi pobre corazón.
Que a Jesús y a María
yo eleve todos los días
agradecida mi oración,
por ponerte en mi vida
por tenerte conmigo
aun en la aflicción.
Que las desdichas
de mí no te alejen,
porque si lejos te vas
llega la tristeza,
mala consejera
enemiga de todo bien.
Alegría, bendita alegría…
llena mi alma de dicha
y haz que te lleve a todos
para que a nadie le falte
la felicidad de tenerte
porque contigo crecen
la fe y la esperanza
que con amor nos regala
generoso el buen Dios.
Alegría, bendita alegría
que yo sienta que estás
¡dentro de mí, cada día!
20 de enero de 2013
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