08 septiembre 2014

Moniciones para el 14 septiembre. Exaltación de la Cruz

MONICIÓN DE ENTRADA

Recibid, queridos hermanos y hermanas, la más cordialidad bienvenida a nuestra Eucaristía dominical. Coincide con la fecha del 14 de septiembre en la que la Iglesia celebra, desde hace casi 17 siglos, la Exaltación de la Cruz de Jesús. La fiesta se remonta a la dedicación de dos basílicas en Jerusalén en tiempos del Emperador romano Constantino, acto que, además, celebraba haber encontrado la verdadera cruz del Salvador. La importancia de la fiesta ha prevalecido sobre la celebración del Domingo 24 del Tiempo Ordinario. Y es bello –y oportuno—hacer este alto en el camino del Ciclo litúrgico A para contemplar y meditar la Cruz de Cristo. Y, también , nuestras propias cruces, las de cada de uno nosotros. Merece la pena disponerse a celebrar esta Eucaristía pensando en el misterio central de la Redención humana por el amor de Jesús de Nazaret.



MONICIONES SOBRE LAS LECTURAS

1.- El fragmento del Libro de los Números refiere el episodio del ataque de las serpientes venenosas al pueblo judío mientras peregrinaba por el desierto. Moisés recibe el encargo del Señor Dios que construya un estandarte con una serpiente de bronce. Y todos los israelitas mordidos mortalmente que miraban a la serpiente de bronce eran curados. Luego, en el evangelio, Jesús se va a referir a este hecho.

S.- En el salmo 77 el salmista quiere resumir la historia del pueblo judío desde el éxodo por el desierto hasta la construcción del Templo, en Jerusalén. Por supuesto, guarda relación con el episodio de las serpientes en el desierto a que se refieren la primera lectura y el evangelio. Para nosotros, en este tiempo, es útil porque se reconoce el amor y ternura del Padre Dios respecto a sus criaturas.

2.- San Pablo, en la segunda lectura, que corresponde al capítulo segundo de la Carta a los Filipenses, nos narra magistralmente el camino de Jesús en la redención del género humano. Siendo Dios se abajó como un hombre cualquiera aceptando la muerte, incluso una muerte de Cruz.

3.- El Evangelio de San Juan nos va a mostrar la conversación entre Jesús y el Senador judío, Nicodemo, quien le visitó de noche por temor a sus correligionarios. Jesús de Nazaret le recuerda la escena de la serpiente de bronce que nos ha contado la primera lectura. Y añade que hay que mirarle --a Él al mismo Jesús—en lo alto de la cruz para obtener la vida eterna.



Lectura de Postcomunión

MONICIÓN

Anónimo poema, anterior al siglo XVII, atribuido a Santa Teresa y a Lope de Vega, pero cuyo autor no es conocido. Su belleza es grande. El poeta anónimo demuestra un amor total por Jesús, Nuestro Señor que llama poderosamente la atención.

POEMA A JESÚS EN LA CRUZ.

No me mueve, mi Dios, para quererte 

el cielo que me tienes prometido; 

ni me mueve el infierno tan temido, 

para dejar por eso de ofenderte.



Tú me mueves, señor; 

muéveme al verte clavado en una cruz y escarnecido; 

muéveme el ver tu cuerpo tan herido; 

muéveme tus ofrendas y tu muerte.



Muéveme, en fin, tu amor de tal manera, 

que aunque no hubiera cielo, 

yo te amara y aunque no hubiera infierno, te temiera. 



No me tienes que dar porque te quiera; 

porque aunque lo que espero no esperara, 

lo mismo que te quiero te quisiera. 

Exhortación de Despedida

Hoy hemos aprendido que la Cruz es amor y que todos tenemos una cruz personal. Acompañemos a Jesús hacia el Calvario, cargando nosotros con nuestra cruz y ayudando a los hermanos a llevar la suya.

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