(Misa con niños, catequistas y padres)
Prepara: Javier Leoz
*Objetivo: la fe nos aporta seguridad y esperanza
*Idea: El Señor nos exige ser decididos
1. MONICIÓN DE ENTRADA
Amigos: ¡Es el Día del Señor! En el Día del Señor, el Domingo, suenan las campanas, elevamos oraciones, nos reunimos, nos vemos y cantamos la alegría de ser cristianos. Pero, a Jesús, no lo vamos a encontrar en los FUEGOS ARTIFICIALES. Es decir; Jesús, nuestro amigo, viene en las pequeñas cosas de cada día.
La Eucaristía, aunque nos parezca repetición, es siempre nueva, es brisa para nuestros corazones, para nuestros problemas y para nuestra fe. Que el Señor nos ayude a confiar y esperar en El. Iniciamos esta celebración con la disposición de seguirle y de obedecerle. Nos ponemos de pie
2. PENITENCIAL
2.1. Porque preferimos caminar sobre autopistas, antes que sobre las aguas de la fe. Señor, ten piedad
2.2. Porque caemos al suelo por no mirarte frente a frente, Cristo, ten piedad
2.3. Porque nos perdemos y nos asustamos en las tormentas de la vida, Señor, ten piedad
3. MONICIÓN A LAS LECTURAS
Creer en Dios es pedirle, con todas nuestras fuerzas, que salga a nuestro encuentro en toda situación, límite, dificultades, alegrías y penas.
Las lecturas de hoy tienen algo en común: el que cree ha de fiarse y dejarse llevar por la mano del Señor.
4. PETICIONES
4.1. Por la Iglesia. Para que en medio de las aguas que pretenden apartarla de la realidad del mundo, sepa mirar con decisión hacia el futuro. Roguemos al Señor.
4.2. Por todos aquellos que prometen mucho y luego dejan abandonada a la gente. Para que sean conscientes de sus limitaciones. Roguemos al Señor.
4.3. Por todos los que estamos en esta Eucaristía. Para que, a pesar de nuestras dudas, nos agarremos con fuerza a la mano de Cristo. Roguemos al Señor.
4.4. Para que no nos hundamos en nuestros problemas, para que aprovechemos la fe y la esperanza en Dios para caminar sobre todo lo que salga a nuestro encuentro. Roguemos al Señor.
5. OFRENDAS
5.1. Con esta señal de “PELIGRO” (señal de tráfico) llevamos hasta el altar la seguridad que nos infunde el Señor. Él nos orienta y nos guía por el camino de la vida.
5.2. Con el pan y con el vino, la ofrenda más viva y más grata a los ojos de Dios, nos comprometemos a subirnos en la barca de Jesús. Una barca que, con la confianza y la fe, jamás se vendrá abajo.
6. ORACIÓN
TUS OJOS ME MIRAN, SEÑOR
Y, se me miran, nunca fracasaré
Y, si me siguen, nunca me apartaré de Ti
Y, si me miran, no tendré miedo
TUS OJOS ME MIRAN, SEÑOR
Porque me quieres y me proteges
Porque me guías y me alcanzas
Porque me proteges y me diriges
TUS OJOS ME MIRAN, SEÑOR
Para que no me ahogue
en mis debilidades
Para que no tenga miedo
frente a las dificultades
Para que, mirándote, como Tú me miras
no mira al fondo sino al horizonte.
Amén.
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