02 agosto 2014

Los valores del reino. La implicación compasiva

LOS VALORES DEL REINO:  LA IMPLICACIÓN COMPASIVA
Imposible contemplar a Jesús, hablar de Él, sin que aparezca en primer plano la misericordia: “misericordia quiero y no sacrificio" (Mt 9, 13). Es la imagen de Jesús ante la muchedumbre hambrienta (Mc 6, 34), o ante la viuda de Naím (Lc 7, 13), etc. Y lo que nos cuenta en la parábola del buen samaritano (Lc 10, 29-37). La transformación de las estructuras exige el contacto directo y compasivo con la realidad concreta de las personas que sufren.
LOS DOS HERMANOS
«Dos hermanos, uno soltero y otro casado, poseían una granja cuyo fértil suelo producía abundante grano, que los dos hermanos se repartían a partes iguales.
Al principio todo iba perfectamente. Pero llegó un momento en el que el hermano casado empezó a despertarse sobresaltado por las noches, pensando: “No es justo. Mi hermano no está casado y se lleva la mitad de la cosecha. Yo tengo mujer y cinco hijos, de modo que, cuando sea anciano, tendré todo cuanto necesite. Sin embargo, ¿quién cuidará de mi pobre hermano cuando sea viejo? Necesita ahorrar para el futuro mucho más de lo que actualmente ahorra, porque su necesidad es mayor que la mía”.

Entonces se levantaba de la cama, e iba en secreto a donde vivía su hermano y vaciaba en el granero de éste un saco de grano.
También el hermano soltero comenzó a despertarse por las no- ches y a decirse a sí mismo: “Esto es una injusticia. Mi hermano tiene mujer y cinco hijos y se lleva la mitad de la cosecha. Yo no tengo que mantener a nadie más que a mí mismo. ¿Es justo acaso que mi her- mano, cuya necesidad es mayor que la mía, reciba lo mismo que yo?
Entonces se levantaba de la cama y llevaba un saco de grano al granero de su hermano.
Un día, se levantaron de la cama al mismo tiempo y tropezaron uno con otro, cada cual con un saco de grano a la espalda.
Muchos años más tarde, cuando ya habían muerto los dos, el hecho se fue conociendo por toda la comarca. Y cuando los ciudadanos decidieron levantar un templo, escogieron para ello el lugar en el que ambos hermanos se habían encontrado, porque no creían que hubiera en toda la ciudad un lugar más santo que aquél».

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