31 julio 2014

Dios no se toma vacaciones. Va donde tú vayas



Queridísimas Familias:

Llega el verano y con él, las merecidas vacaciones. Es una época en la que tenemos más TIEMPOlibre. Tengamos también tiempo para Dios. El verano se puede convertir en el invierno del alma si le damos vacaciones a nuestra vida de fe, o se puede convertir en un momento de gracia para profundizar en la oración, la formación en la Verdad de Cristo, vivir la Caridad, dedicar más tiempo a nuestra familia…

No se puede ser cristiano a TIEMPO PARCIAL: a Jesucristo se le sigue siempre o no se le sigue, porque “nadie puede servir a dos señores” (Mt 6, 24). Somos cristianos en casa y en la Iglesia, en el lugar de trabajo y en el lugar de descanso, en verano y en invierno. Hemos de vivir así, con Cristo y en Cristo, todos y cada uno de los instantes de nuestra existencia: en el trabajo, en la familia, en la calle, con los amigos… Eso es lo que se llama unidad de vida.


 Con estas ideas queremos haceros algunas propuestas que no aparecen en los folletos de las agencias de viajes. En la mayoría de los casos se trata de alternativas sencillas, baratas y a contra corriente. Porque estamos convencidos de que los mejores momentos, los más felices, son los que EMPLEAMOS PARA amar a Dios y a los demás.

Si transmitimos ESTE ánimo a vuestros hijos hará que este verano se convierta en un hito importante en su formación y educación.

El objetivo es no cejar en el empeño de hacer de los hijos PERSONAS felices, personas que quieren a Dios y que se dan a los demás.

El próximo curso seguirá siendo ese bastón seguro para este recorrido.

Un fuerte abrazo y ¡feliz verano!



MOCHILA DEL SUPERVIVIENTE


Vive el domingo. En vacaciones, el domingo sigue siendo el día del Señor y Dios no se va de vacaciones. Aprovecha la eucaristía dominical ahora con MÁS tiempo libre.

Vive la familia. Dialoga, JUEGA sin prisas, reza en familia.

Vive un valor. Piensa en que virtud o valor concreto pueden crecer tus hijos. Busca la manera de transmitírselo de forma positiva a través de las vuestro ejemplo en las ACTIVIDADES de cada día y a través de pequeños retos que ellos se marquen.

Es el mejor REGALO que podemos hacerles. Las virtudes les convertirán en personas recias, capaces de proponerse grandes metas y de llevarlas a cabo; personas que sabe lo que quieren, que no se asustan ante los obstáculos; y sobretodo personas felices.


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Esta lucha por adquirir las virtudes requiere esfuerzo, pero vale la pena. Vale la pena dejar que nuestros hijos se cansen, luchen, lo intenten una y otra vez; vale la pena exigirles aunque pueda costarnos a nosotros verles cansadas, que sufren; ellos esperan que nosotros les exijamos, primero con nuestro ejemplo.

Vale la pena enseñar el VALOR DEL ESFUERZO. Pero tenemos que tener en cuente que no hay esfuerzo si no hay motivo. Sin MOTIVACIÓN es imposible que alguien luche por una meta. Sin una meta, sin un objetivo… no existe el movimiento. Por tanto, es básico conocer, aplicar y generar las motivaciones que impulsan al niño, para lo que debemos conocer y escuchar a los hijos, entrenándoles en la capacidad de motivarse a sí mismos.


Algunas ideas prácticas:

Insistirles en el DOMINIO DE SÍ y en concreto en tres puntos: vencer el mal humor, saber acabar todos los proyectos que han empezado y dominar la impaciencia. 
Enseñarles el valor de la OBEDIENCIA. Pero para que haya obediencia ha de existir autoridad efectiva de los adultos: no hay que tener miedo a exigir. 
Un gran regalo: el ORDEN; que se den cuenta de que cada cosa tiene su sitio y que antes de empezar algo nuevo, lo anterior tiene que quedar recogido. Algunos ejemplos concretos pueden ser: hacerse la cama, dejar la ropa bien guardada en el armario, colgar la ropa mojada al volver de la piscina…
RECIEDUMBRE: que aprendan a hacer en cada momento lo que deben y no solo lo que les apetece. Algunos ejemplos concretos: 
tener un encargo de la casa
comer de todo.
evitar quejas: aprender a sonreí
si quieren algo extra que se lo ganen
Vive la amistad. Haz de las reuniones con amigos y familiares momento de escucha, ayuda, diálogo, enriquecimiento y respeto a las demás personas. 
Vive la justicia. No esperes que todo te lo den hecho. Otros trabajan para que tú tengas vacaciones. Ellos también tienen sus derechos. Respétalos y respeta sus bienes.
Vive la verdad. Evita la hipocresía, la mentira, la crítica, la presunción engañosa e interesada o la vanagloria.
Vive la limpieza de corazón. Supera la codicia, el egoísmo y el hedonismo. Vacación no equivale a permisividad.
Vive la solidaridad. No lo quieras todo para ti. Piensa en quienes no tienen vacaciones, porque ni siquiera tienen el pan de cada día. La caridad tampoco se toma vacaciones
Vive la naturaleza. En la playa, en la montaña, descubre la presencia de Dios y da gracias por todo.

NUESTRO MEJOR ALIADO: trato con Dios

Dios está totalmente dispuesto a ayudarnos pero se lo tenemos que pedir y no podemos dejarlo pasar.

Los padres -primeros educadores de los hijos- de la misma manera que enseñamos a vestirse, a comer, a andar… enseñamos a tratar a Jesús. Ser cristianos es un tesoro que no podemos guardar para nosotros, queremos hacer partícipes de ese tesoro ESPECIALMENTE a los más cercanos, a las personas que más queremos, nuestros hijos. Lo mismo que cuando hemos leído un libro o visto una película que nos ha gustado mucho, no paramos de recomendarla a nuestros amigos. Con Dios las vacaciones no existen, más bien nos vamos de vacaciones con Él.

No se trata de hacer grandes cosas, SOLO de rezar en familia para que Dios esté presente en sus vidas como por ósmosis. Y así aprendan a tratarlo con naturalidad.
Rezar al levantarnos y acostarnos 
Bendecir la mesa antes de COMER
Dar gracias a Dios por las cosas que tenemos, recurrir a su ayuda cuando necesiten algo, etc.
Participar de la SANTA Misa los domingos

Tomado de Catequesis Santiago

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