Lectura del santo evangelio según San Juan
NARRADOR:
En aquel tiempo, las hermanas de Lázaro mandaron un recado a Jesús para que supiera que su amigo estaba muy enfermo. Al enterarse dijo Jesús:
JESÚS:
Esta enfermedad no acabará en la muerte, sino que servirá para que el Hijo de Dios sea
glorificado por ella.
NARRADOR:
Jesús amaba a Marta, a su hermana y a Lázaro. Cuando se enteró de que estaba enfermo, se quedó todavía dos días en donde estaba. Sólo entonces dice a sus discípulos:
JESÚS:
Vamos otra vez a Judea.
NARRADOR:
Cuando Jesús llegó, Lázaro llevaba ya cuatro días enterrado. Cuando Marta se enteró de que llegaba Jesús salió a su encuentro, mientras María se quedaba en casa. Y dijo Marta a Jesús:
MARTA:
Señor, si hubieras estado aquí no habría muerto mi hermano. Pero aún ahora sé que todo lo
que pidas a Dios, Dios te lo concederá.
JESÚS:
Tu hermano resucitará.
NARRADOR:
Marta respondió:
MARTA:
Sé que resucitará en la resurrección del último día.
NARRADOR:
Jesús le dijo:
JESÚS:
Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y el que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre. ¿Crees esto?
NARRADOR:
Marta le contestó:
MARTA:
Si, Señor: yo creo que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo.
NARRADOR:
Jesús sollozó y, muy conmovido, preguntó:
JESÚS:
¿Dónde lo habéis enterrado?
NARRADOR:
Le contestaron:
VECINO:
Señor, ven a verlo.
NARRADOR: Jesús se echó a llorar y los judíos comentaban:
VECINO:
¡Cómo lo quería!
NARRADOR:
Pero algunos se preguntaban si uno que había abierto los ojos a un ciego no podía haber
impedido que muriera su amigo. Entonces Jesús, sollozando de nuevo, llegó al sepulcro y dijo:
JESÚS:
Quitad la losa.
NARRADOR:
Entonces le dijo Marta.
MARTA:
Señor, ya huele mal, porque lleva cuatro días.
JESÚS:
¿No te he dicho que si crees verás la gloria de Dios?
NARRADOR:
Entonces quitaron la losa y Jesús, levantando los ojos a lo alto, dijo:
JESÚS:
Padre, te doy gracias porque me has escuchado; yo sé que tú me escuchas siempre; pero lo digo por la gente que me rodea, para que crean que tú me has enviado.
NARRADOR:
Y con fuerte voz dijo:
JESÚS:
Lázaro, ven afuera.
NARRADOR:
El muerto salió, los pies y las manos atados con vendas, y la cara envuelta en un sudario.
JESÚS:
Desatadlo y dejadlo andar.
NARRADOR:
Y muchos judíos que habían venido a casa de María, al ver lo que había hecho Jesús, creyeron en él.
Palabra del Señor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deja tu comentario