Os deseo de corazón la bendición de Dios en este nuevo año 2014. Que Él, como leemos en el libro de los Números, os bendiga y os proteja, ilumine su rostro sobre vosotros, y os conceda su favor; que el Señor se fije en vosotros y os conceda la paz, que manifieste su amor a sus más de seis mil millones de hijos e hijas, para que nadie se sienta huérfano en este difícil y maravilloso mundo en el que vivimos.
Abrimos el año con la solemnidad de Santa María, Madre de Dios. En la carta de Pablo a los gálatas encontramos seguramente el texto más antiguo del Nuevo Testamento referido a la madre de Jesús: Cuando se cumplió el tiempo, envió Dios a su Hijo, nacido de una mujer. Y en el evangelio de Lucas descubrimos a una María que conservaba todas estas cosas meditándolas en su corazón.
La tradición de la Iglesia ha reflexionado sobre lo que queremos decir con esa fórmula tan atrevida: Madre de Dios. Ahora podemos centrar nuestra atención en un aspecto concreto: María sigue engendrando al Hijo de Dios en nosotros. Al reconocerla como Madre de Dios estamos afirmando su función maternal en nuestra experiencia de fe. El Dios que nace en nosotros es también un Dios nacido de mujer. Lo que no podemos explicar fácilmente con nuestras palabras lo encontramos reflejado en el itinerario de muchos creyentes que han tomado conciencia de lo que ha significado para ellos la mediación de María.
Hoy celebramos también la Jornada Mundial de la Paz. El Papa Francisco nos dirige un mensaje cargado de fuerza profética que invito a todos a leer despacio. Lo pdoeis encontraAQUÍ.
Feliz Año 2014 a todos. Ojalá sea un año vivido con María, para que pueda ser por eso mismo pacífico y pacificador
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