«Daos cuenta del momento en que vivís; ya es hora de despertaros del sueño, porque ahora nuestra salvación está más cerca que cuando empezamos a creer. La noche está avanzada: el día se echa encima: dejemos las actividades de las tinieblas y pertrechémonos con las armas de la luz» (Rom 13,11-12. 2a lectura de este domingo).
En medio de la noche de “la ciudad” -esta sociedad en la que estamos con todas sus “tinieblas”- Dios es luz, que está brotando por tantas partes. Tenemos que aprender a mirar de otra manera nuestra ciudad y nuestro Adviento, para no dejarlo para más tarde. Ahora, ahora es el tiempo del Dios-con-nosotros. Dios está aquí: «estad también vosotros preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre» (Mt 24,44. Evangelio de este domingo).
Recordemos las palabras de Juan XXIII al comienzo del concilio:
«En el cotidiano ejercicio de nuestro ministerio pastoral llegan a veces a nuestros oídos, hiriéndolos, ciertas insinuaciones de almas que, aunque con celo ardiente, carecen del sentido de la discreción y de la medida. Tales son quienes en los tiempos modernos no ven otra cosa que prevaricación y ruina. Van diciendo que nuestra hora, en comparación con las pasadas, ha empeorado y así se comportan como quienes nada tienen que aprender de la Historia (...) Mas nos parece necesario decir que disentimos de esos profetas de calamidades que siempre están anunciando infaustos sucesos como si fuese inminente el fin de los tiempos. En el presente orden de cosas, en el cual parece apreciarse un nuevo orden de relaciones humanas, es preciso reconocer los arcanos designios de la Providencia divina, que a través de los acontecimientos y de las mismas obras de los hombres, muchas veces sin que ellos lo esperen, se llevan a término, haciendo que todo, incluso las fragilidades humanas, redunden en bien para la iglesia» (Bto. Juan XXIII, Discurso de inauguración del Concilio Vaticano II el 11 de octubre de 1962, 9-10).
LA CORONA DE ADVIENTO
Encendemos esta primera vela de la Corona del Adviento.
Una vela verde, del color de la esperanza.
Pero sabemos, Señor, que tú no estás lejos de nosotros:
“Tu vienes, vienes, vienes siempre”.
En medio de la noche sabemos que ya está amaneciendo.
Queremos estar preparados, precisamente ahora,
para verte presente en medio de nosotros.
Por eso encendemos esta primera vela.
Queremos ver.
Queremos aprender a mirar.
Queremos reconocerte allí donde las espadas
comienzan a convertirse en arados.
Que tu presencia no nos coja desprevenidos.
Ilumina tú, Señor, nuestra mirada.
Tú vives ahora con nosotros.
Una vela verde, del color de la esperanza.
Pero sabemos, Señor, que tú no estás lejos de nosotros:
“Tu vienes, vienes, vienes siempre”.
En medio de la noche sabemos que ya está amaneciendo.
Queremos estar preparados, precisamente ahora,
para verte presente en medio de nosotros.
Por eso encendemos esta primera vela.
Queremos ver.
Queremos aprender a mirar.
Queremos reconocerte allí donde las espadas
comienzan a convertirse en arados.
Que tu presencia no nos coja desprevenidos.
Ilumina tú, Señor, nuestra mirada.
Tú vives ahora con nosotros.
Al tiempo que se enciende esta primera vela y se lee la primera oración, se coloca en el panel de la ciudad, la imagen de una mirada, que colocaremos en el centro, presidiendo todos los domingos del Adviento. En la homilía podrían citarse algunas “presencias” de esperanza en medio de la ciudad: allí donde se genera violencia, agresividad, competitividad agresiva, se siembran también acciones y se dan presencias de personas e instituciones que son auténticos creadores de paz, que convierten las espadas en podaderas. Lo acompañaremos con un símbolo de paz que colocaremos en algún lugar de la ciudad, bajo la mirada que todo lo preside.
DIOS DE TODO LOS DÍAS
Padre Bueno,
Dios de la Vida,
enséñame a descubrirte
en la vida de todos los días.
Dios de la Vida,
enséñame a descubrirte
en la vida de todos los días.
Tu nos ofreces tu presencia amiga
en la historia que vivimos.
Sales a nuestro encuentro
en amaneceres y atardeceres.
Nos miras en los ojos de nuestros hermanos.
Te revelas cercano,
en el que sufre y está sólo.
en la historia que vivimos.
Sales a nuestro encuentro
en amaneceres y atardeceres.
Nos miras en los ojos de nuestros hermanos.
Te revelas cercano,
en el que sufre y está sólo.
Tu estás siempre,
Señor Dios de todos.
Somos nosotros quienes
no te vemos,
ni te escuchamos.
Señor Dios de todos.
Somos nosotros quienes
no te vemos,
ni te escuchamos.
Creemos hallarte
donde nuestras explicaciones señalan.
Tú te escabulles
y apareces donde menos lo esperamos.
Tú te escabulles
y apareces donde menos lo esperamos.
Dios de la pura sorpresa,
que nos dejas inquietos
y nos enseñas a estar atentos.
Enséñanos otra vez,
y otra, y una más.
Nos cuesta tanto aceptar tus palabras...
y dejarnos en tus manos.
que nos dejas inquietos
y nos enseñas a estar atentos.
Enséñanos otra vez,
y otra, y una más.
Nos cuesta tanto aceptar tus palabras...
y dejarnos en tus manos.
Dios de todos los días,
vivo y actuante en las cosas que pasan.
vivo y actuante en las cosas que pasan.
Dios cercano y compañero,
Dios sencillo,
Dios hermano
Dios sencillo,
Dios hermano
Descúbrenos tu presencia,
ayúdanos a recorrer el camino de la conversión.
Necesitamos dar la vuelta,
volver sobre nuestras convicciones,
revisar nuestras prácticas,
abandonar toda seguridad
para empezar de nuevo.
ayúdanos a recorrer el camino de la conversión.
Necesitamos dar la vuelta,
volver sobre nuestras convicciones,
revisar nuestras prácticas,
abandonar toda seguridad
para empezar de nuevo.
Dios de todos los días,
que nos visitas en diarios y noticias,
que abres tu boca
en la necesidad de tantos,
que abres tus manos
en las búsquedas de muchos,
que caminas a nuestro paso,
que te sientas a nuestro lado,
en la familia, el trabajo, en la escuela.
que nos visitas en diarios y noticias,
que abres tu boca
en la necesidad de tantos,
que abres tus manos
en las búsquedas de muchos,
que caminas a nuestro paso,
que te sientas a nuestro lado,
en la familia, el trabajo, en la escuela.
Dios, sencillamente Dios,
te revelas en la vida, la creación y la historia
que vivimos, cotidianamente, todos.
te revelas en la vida, la creación y la historia
que vivimos, cotidianamente, todos.
Cambia nuestra mirada...
abre nuestros oídos...
despierta nuestra mente...
abre nuestros oídos...
despierta nuestra mente...
enséñanos a contemplarte,
para responder a tu llamada
y vivir la fe,
en la vida de todos los días.
para responder a tu llamada
y vivir la fe,
en la vida de todos los días.
Marcelo A. Murúa
A LA LUZ DEL CONCILIO VATICANO II
«Al proclamar el Concilio la altísima vocación del hombre y la divina semilla que en éste se oculta, ofrece al género humano la sincera colaboración de la Iglesia para lograr la fraternidad universal que responda a esa vocación. No impulsa a la Iglesia ambición terrena alguna. Sólo desea una cosa: continuar, bajo la guía del Espíritu, la obra misma de Cristo, quien vino al mundo para dar testimonio de la verdad, para salvar y no para juzgar, para servir y no para ser servido. (...) Para cumplir esta misión es deber permanente de la Iglesia escrutar a fondo los signos de la época e interpretarlos a la luz del Evangelio, de forma que, acomodándose a cada generación, pueda la Iglesia responder a los perennes interrogantes de la humanidad sobre el sentido de la vida presente y de la vida futura y sobre la mutua relación de ambas. Es necesario por ello conocer y comprender el mundo en que vivimos, sus esperanzas, sus aspiraciones y el sesgo dramático que con frecuencia le caracteriza» (Concilio Vaticano II, Gaudium et Spes, 3-4)
POSIBLES CANCIONES
* “Cerca está el Señor” (Carmelo Erdozain, álbum “Cerca está el Señor”)
* “Poneos en pie” (Ain-Karen, álbum “¡Alégrate!”)
* “Dame, Señor, tu mirada” (Cecilia Rivero):
* “Poneos en pie” (Ain-Karen, álbum “¡Alégrate!”)
* “Dame, Señor, tu mirada” (Cecilia Rivero):
http://www.youtube.com/watch?v=TxBXEGaRy2g (Previsualizar) * “Las otras voces” (Luis Guitarra, álbum “Todo es de todos”):http://www.youtube.com/watch?v=RVs2YfmmHCc (Previsualizar)
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