13 abril 2012

Evangelio del día 14 de abril


Evangelio según San Juan 21,1-14. 
Después de esto, Jesús se apareció otra vez a los discípulos a orillas del mar de Tiberíades. Sucedió así: 
estaban juntos Simón Pedro, Tomás, llamado el Mellizo, Natanael, el de Caná de Galilea, los hijos de Zebedeo y otros dos discípulos.  
Simón Pedro les dijo: "Voy a pescar". Ellos le respondieron: "Vamos también nosotros". Salieron y subieron a la barca. Pero esa noche no pescaron nada.  
Al amanecer, Jesús estaba en la orilla, aunque los discípulos no sabían que era él. 
Jesús les dijo: "Muchachos, ¿tienen algo para comer?". Ellos respondieron: "No". 
El les dijo: "Tiren la red a la derecha de la barca y encontrarán". Ellos la tiraron y se llenó tanto de peces que no podían arrastrarla. 
El discípulo al que Jesús amaba dijo a Pedro: "¡Es el Señor!". Cuando Simón Pedro oyó que era el Señor, se ciñó la túnica, que era lo único que llevaba puesto, y se tiró al agua. 
Los otros discípulos fueron en la barca, arrastrando la red con los peces, porque estaban sólo a unos cien metros de la orilla. 
Al bajar a tierra vieron que había fuego preparado, un pescado sobre las brasas y pan. 
Jesús les dijo: "Traigan algunos de los pescados que acaban de sacar". 
Simón Pedro subió a la barca y sacó la red a tierra, llena de peces grandes: eran ciento cincuenta y tres y, a pesar de ser tantos, la red no se rompió. 
Jesús les dijo: "Vengan a comer". Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle: "¿Quién eres", porque sabían que era el Señor. 
Jesús se acercó, tomó el pan y se lo dio, e hizo lo mismo con el pescado. 
Esta fue la tercera vez que Jesús resucitado se apareció a sus discípulos.