25 febrero 2012

Evangelio del día y reflexión, 25 febrero




Evangelio de nuestro Señor Jesucristo 
según san Lucas 5, 27-32
Jesús salió y vio a un publicano llamado Leví, que estaba sentado junto a la mesa de recaudación de impuestos, y le dijo: «Sígueme». Él, dejándolo todo, se levantó y lo siguió.
Leví ofreció a Jesús un gran banquete en su casa. Había numerosos publicanos y otras personas que estaban a la mesa con ellos. Los fariseos y sus escribas murmuraban y decían a los discípulos de Jesús: «¿Por qué ustedes comen y beben con publicanos y pecadores?»
Pero Jesús tomó la palabra y les dijo: «No son los sanos los que tienen necesidad del médico, sino los enfermos. Yo no he venido a llamar a justos, sino a pecadores, para que se conviertan».

Compartiendo la Palabra

Por Carlos Sánchez Miranda, cmf

Hola, amigos y amigas:
La conversión a la que estamos invitados en este tiempo de cuaresma, no es una estrategia para crecer en nuestro afán perfeccionista. Muchas veces, detrás de nuestros propósitos de conversión se puedan infiltrar pretensiones que, al final, nos conducen a sentirnos mejores que los otros, a aislarnos cada vez más de nuestras propias limitaciones y a volvernos feroces jueces de los demás. Esto les pasó a los fariseos y maestros de la ley que no soportaban que Jesús y sus discípulos puedan compartir la vida, la mesa y la comida con personas que no eran “perfectas” como ellos, sino pecadores públicos. Sigue leyendo...