Hoy celebramos la solemnidad de san José. Hablar de él es hablar de sencillez, de serenidad, de saber aceptar las dificultades sin esconderse ni parar para otro lado. No hizo mucho ruido pero su vida dejó huella, eco y ejemplo para quienes queremos seguir día a día a Jesús a quien él acunó y educó.
Profundamente bueno era José, y lo elegiste para ser tu padre.
Fue un hombre sencillo, trabajador y disponible,
lo que esperas de las personas a las que llamas a seguirte,
que sean antes que nada sencillos, trabajadores y buenos.
Te gustan los sencillos, los que no usan palabras complicadas,
los que utilizan un lenguaje de cuentos como Tú,
los que no se expresan en otra lengua para demostrar su cultura,
los que hablan con ejemplos del día a día, de la vida corriente.
Te gustan los pequeños, los que no se hacen llamar padre,
los que sirven a los otros, los que se manifiestan vulnerables,
los que no hacen sentirse inferior a nadie,
los que crean relaciones de igualdad, de calidez.
Te gustan los trabajadores, los que están siempre disponibles,
los que no tienen horarios cómodos, sino que se adaptan,
los que están siempre abiertos,
los que entrelazan su vida con las de los otros.
Te gusta, Padre, que seamos como José,
personas de las que sirven a los tuyos,
con vida interior, entregadas y recogidas,
comprometidas con el mundo y sabiéndose retirar para llenarse de tu Amor.
Álvaro Ginel y Mari Patxi Ayerra
Fue un hombre sencillo, trabajador y disponible,
lo que esperas de las personas a las que llamas a seguirte,
que sean antes que nada sencillos, trabajadores y buenos.
Te gustan los sencillos, los que no usan palabras complicadas,
los que utilizan un lenguaje de cuentos como Tú,
los que no se expresan en otra lengua para demostrar su cultura,
los que hablan con ejemplos del día a día, de la vida corriente.
Te gustan los pequeños, los que no se hacen llamar padre,
los que sirven a los otros, los que se manifiestan vulnerables,
los que no hacen sentirse inferior a nadie,
los que crean relaciones de igualdad, de calidez.
Te gustan los trabajadores, los que están siempre disponibles,
los que no tienen horarios cómodos, sino que se adaptan,
los que están siempre abiertos,
los que entrelazan su vida con las de los otros.
Te gusta, Padre, que seamos como José,
personas de las que sirven a los tuyos,
con vida interior, entregadas y recogidas,
comprometidas con el mundo y sabiéndose retirar para llenarse de tu Amor.
Álvaro Ginel y Mari Patxi Ayerra
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